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Comunidad internacional rechaza «golpe blanco» en Venezuela Tribunal Supremo nombrado por el chavismo asumió funciones del parlamento elegido

Comunidad internacional rechaza «golpe blanco» en Venezuela

En general los gobiernos de América expresaron su preocupación por la «ruptura del orden democrático» en el país petrolero e hicieron un llamado al respeto por el orden constitucional, la separación de poderes y los principios de la democracia.


Luego que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela decidiera asumir las competencias del Parlamento, controlado por los opositores, debido a la persistencia del «desacato», un estatus que el Supremo impuso el año pasado a la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) por el incumplimiento de varias sentencias, la comunidad internacional se ha mostrado en contra de esta resolución y que por la oposición ha sido catalogada como un «golpe de estado».

«Mientras persista la situación de desacato y de invalidez de las actuaciones de la Asamblea Nacional, esta Sala Constitucional garantizará que las competencias parlamentarias sean ejercidas directamente por esta Sala o por el órgano que ella disponga, para velar por el Estado de Derecho», rezó una sentencia de dicha Sala esta mañana.

Cabe mencionar que la decisión surgió en respuesta a un recurso de interpretación en el que cuatro abogadas pidieron al Supremo analizar el alcance de un artículo constitucional y otro de la Ley Orgánica de Hidrocarburos.

El Presidente de la Asamblea Nacional, dominada ampliamente por la oposición, Julio Borges, dijo que «esto es claramente un golpe de estado».

Por su parte, el vicepresidente del organismo, Freddy Guevara, remarcó que «esta no es una sentencia más, es una sentencia que marca un punto de no retorno de la dictadura que requiere de todos nosotros, pueblo, organizaciones de la sociedad civil, partidos y sobre todo los diputados, iniciar un nuevo proceso de movilización y resistencia democrática para enfrentar esta arremetida y recuperar el terreno perdido».

Pero esta decisión no sólo ha irrumpido en Venezuela, el gobierno del Perú, encabezado por el derechista Pedro Pablo Kuczynski, decidió retirar de manera permanente a su embajador en Caracas. Mediante un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Gobierno peruano consideró la medida como «arbitraria», ya que «violenta el Estado de Derecho y constituye una ruptura del orden constitucional y democrático en la República Bolivariana de Venezuela».

Asimismo el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, tachó de «autogolpe de estado» la decisión del Tribunal Supremo de Venezuela, quien además señaló que «aquello que hemos advertido lamentablemente se ha concretado», lamentó.

Esta tarde, EE.UU. pidió «al Gobierno de Venezuela que permita a la Asamblea Nacional democráticamente elegida desempeñar sus funciones constitucionales, celebrar elecciones lo antes posible e inmediatamente liberar a todos los presos políticos».

También Brasil repudió la sentencia que suspende «arbitrariamente» la inmunidad de los parlamentarios venezolanos y dijo que mantendrá su política de examinar la «preocupante situación» conjuntamente con todos los países de la región «interesados».

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, llamó a «recomponer el orden democrático» e insistió en la necesidad de que se cumpla con un calendario electoral y se liberen a los «presos políticos».

El canciller mexicano, Luis Videgaray, aseguró que a su país le preocupa «de manera grave el deterioro del orden democrático en un país hermano» y subrayó que deben ser los venezolanos, en ejercicio pleno de su soberanía, «los que resuelvan los problemas».

Panamá también hizo un llamado «al respeto del orden constitucional, el respeto a la separación de poderes y los principios de la democracia, y que se den las garantías para la celebración de elecciones democráticas».

Finalmente quien también se refirió a la crisis constitucional que atraviesa Venezuela, fue el canciller Heraldo Muñoz, que señaló que «esta situación nos lleva a consultar con los países amigos el cómo proceder de ahora en adelante». Además aclaró que lo ideal es que «los propios venezolanos resuelvan sus asuntos», pero «claramente esto va en la dirección opuesta».

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