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El mostrador de los medios

Si los medios son los vigilantes del poder, este modesto espacio electrónico será además un vigilante de los medios. Si ellos son omnipotentes, nosotros seremos entes irreverentes para mostrar aquello que no se nombra.


Todos acostumbramos a consumir los medios de comunicación como si fueran no sólo infalibles sino inefables. Es decir, actuamos como si la sociedad les hubiera entregado el monopolio de la crítica social y de la definición de lo noticiable. Los periódicos, la TV y la radio establecen qué es noticia y el público sólo puede optar entre consumirla o no. Ahí termina el rol del público. A lo más, un lector tiene el derecho de enviar una carta al director, carta que el medio se arroga el derecho de resumir o incluso, tirar al canasto de la basura.

Esta columna pretende dar vuelta el espejo y alumbrar el opaco mundo de los medios de comunicación en Chile.

Este mostrador de los medios será una minúscula lupa para ver la viga en el ojo de los diarios, la radio y la TV, un conjunto impresionante de medios masivos a quienes les encanta hurgar en busca de la paja ajena y que sólo son felices si se miran el ombligo.

Buscaremos mostrar lo que hay tras la cortina de la representación mediática, como diría algún sociólogo. El Mostrador enfocará su ojo -arbitrario e inmisericorde, por cierto- sobre los errrores y aciertos de los medios; se hará eco de las críticas que suelen escucharse en la calle, en los salones, en los seminarios, pero que nunca logran abrirse paso en los medios.

Es cierto que los diarios escudriñan el pulso del negocio de la televisión y son ágiles en contarnos qué actriz se cambia de canal o qué refunfuña un conductor de noticias cuando lo sacan de pantalla. Pero eso ni es todo. No es siquiera lo más relevante.

No sabemos cómo nos informamos. No nos preguntamos cómo se construyen las pautas de la TV, no estamos acostumbrados a hacer el simple ejercicio de comparar una misma información escrita en diferentes diarios.

Cuando hace algún tiempo Marcelo Schilling salió ante las cámaras de TV para lanzar a la basura un diario La Tercera diciendo que ese medio escribía mentiras, estaba sacando a la luz por un segundo una frustración común a muchos individuos que sienten la carencia de un canal para reclamar del imperio de los medios.

Un ejemplo reciente lo podemos ver en la verdadera dictadura mediática organizada en torno al Kramer, el díscolo líder de la barra de «Los de Abajo», a quien los medios lo condenaron sin atenuantes antes del juicio. Titulares principales de Las Ultimas Noticias y La Tercera, en plenas elecciones presidenciales, daban cuenta de un sólo punto de vista, relegando las palabras disonantes del presidente de la «U» René Orozco a pequeños párrafos menores, cuando no fueron directamente criticadas.

Esta columna será una plataforma para la vigilancia crítica de los medios.

Si los medios son los vigilantes del poder, este modesto espacio electrónico será además un vigilante de los medios. Si ellos son omnipotentes, nosotros seremos entes irreverentes para mostrar aquello que no se nombra.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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