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Luces y miserias de la prensa

Quizá lo más rescatable de este mes en la prensa fue el ejemplo dado por la Radio Bío Bío al investigar la verdad de los atentados mapuches contra fundos de la Forestal Mininco.


Mal mes, febrero, para la prensa en Chile.

Ampliamente dominado por el festival de la catatonia de Viña, el panorama veraniego parece más bien «panorama Festival», aquel en que las noticias se inventan, pues nada importa realmente. Como aquel titular de La Segunda de la semana pasada que anunciaba con grandes caracteres rojos en portada que el avión de Pinochet había volado una hora… sin Pinochet, por cierto. Si eso es noticia, habría que dejar de comprar diarios de inmediato. O el caso del columnista de La Tercera que, comentando una noche del Festival, se dio el gusto de criticar la actuación de esa noche de José Alfredo Fuentes, sin tomar en cuenta el detalle de que, esa noche, el cantante y animador… no había actuado.

Malo también por el fallo definitivo de la Corte Suprema contra el periodista José Ale, de La Tercera, condenado a 541 días de presidio por haber escrito lo que todo el mundo sabía: que el ex presidente de la Corte, Servando Jordán, tenía un carácter impredecible y se había rodeado de una camarilla en la Suprema. Pero lo peor del fallo es la argumentación judicial, que afecta profundamente el ejercicio del periodismo, más aún en un país como éste. Dice el fallo que las afirmaciones hechas por el periodista en su artículo debían ser atribuidas a su propia opinión y no a las fuentes anónimas que él citaba. Es decir, la Suprema sentó la doctrina de que el periodista no puede tener fuentes no reveladas. Todo lo que no sea explícitamente cita de alguna fuente identificada es atribuida a la propia opinión del periodista quien es, por tanto, responsable legal. Aceptar ese criterio es más mortífero para el periodismo de investigación que cualquier ley mordaza y refleja con claridad la nefasta situación de la libertad de prensa en Chile.

Quizá lo más rescatable de este mes en la prensa fue el ejemplo dado por la Radio Bío Bío al investigar la verdad de los atentados mapuches contra fundos de la Forestal Mininco, descubriendo a algunos guardias que, bajo garantía de anonimato, revelaron que algunos de los atentados fueron realizados por ellos mismos para agudizar el conflicto. Además, a estas revelaciones se unen datos que vinculan a ejecutivos de la empresa de seguridad de Mininco con ex jefes de la CNI.

Si todos los medios investigaran más a fondo las noticias que alegremente reproducen todos los días, si cumplieran mejor el rol de fiscalización pública que alegan para defender muchos de sus privilegios como empresas, harían una verdadera contribución a la modernidad de un país tan lleno de celulares como de secretos susurrados en la oreja de los poderosos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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