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Proyecciones de la Mesa de Diálogo


Sin lugar a dudas, las conclusiones y palabras del Presidente Ricardo Lagos, luego de acabada la labor de la Mesa de Diálogo que concretó importantes acuerdos y compromisos frente al tema de los Derechos Humanos, constituyen un hecho histórico, que abre las puertas a una real y efectiva reconciliación entre los chilenos.

Cabe destacar que todas las partes involucradas, que los sectores cuyas posiciones durante meses se mostraron más rígidas e irreconciliables, demostraron finalmente la grandeza y la generosidad suficientes para avanzar, construir en el futuro una sociedad más tolerante y sana, y como dijera el mismo Primer Mandatario, lograr el compromiso fundamental que Chile requería para cimentar su paz social.

El reconocimiento de las Fuerzas Armadas, la conclusión histórica que en Chile nunca más deben repetirse los dolorosos acontecimientos que quebrantaron la convivencia y la democracia, la aceptación de que en el pasado hubo movimientos y colectividades que en algún momento pensaron que debía accederse al poder a través de la vía armada y la violencia, hacen que en nuestra patria puedan cicatrizarse poco a poco las heridas, partiendo por la aceptación frente a las responsabilidades que a cada sector le competen.

Lo ocurrido con la Mesa de Diálogo, sus breves pero sólidas conclusiones, demuestran a los grupos más extremos, a los pesimistas y a esa nítida minoría anclada en las odiosidades del pasado, que los chilenos podíamos confiar en un grupo representativo y amplio de personas que estuvieron dispuestas a sentarse a conversar, analizar y buscar medidas que aseguren a todos la posibilidad de salir del estancamiento que representan las desconfianzas y las antiguas rencillas.

Durante los próximos meses, militares y civiles, se la jugarán por dar con el paradero de quienes fueron detenidos y desaparecidos, y que obviamente merecen una cristiana sepultura que proporcionará mayor tranquilidad a sus familias.

Durante los próximos meses veremos concretarse los acuerdos fundamentales a los que llegó esta instancia de diálogo y acercamiento, y con un espíritu optimista, puedo visualizar que en el camino de reconstruir a un país tolerante, diverso, democrático y emprendedor, habremos dado pasos trascendentales.

Creo que más que felicitar al Presidente por la lectura de los compromisos señalados que benefician el entendimiento nacional, debe efectuarse un claro reconocimiento a cada una de las partes y cada uno de los protagonistas de la Mesa de Diálogo, quienes debieron pensar con frialdad, acordar con objetividad, dejar muchas veces de lado sus respectivos dolores particulares o institucionales y las incomprensiones de su contraparte, para finalmente dar a Chile un positivo fruto de Reconciliación, Justicia y Verdad.

La autora es diputada de la Repúplica

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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