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Procedimiento administrativo


No es claro cómo alguien puede ir por la vida sin secretaria propia ni cobrando sueldo fijo en el Estado. Que hay gente que lo hace, sí la hay, pero no hay compañía de seguros que asegure semejantes riesgos.



Se adentra uno por los oscuros mundos del procedimiento administrativo, cuando por ejemplo, se entera de que el cheque que intenta cobrar hace ya más de un mes (esto si el sujeto tiene suerte) está atascado esperando que la secretaria le saque la firma a su jefe, quien por cierto, está de viaje en una importante conferencia en Ginebra (ciudad de toda conferencia que se precie de tal).



Se ha escuchado por ahí que no falta quien junte facturas por pagar hasta que logre un montoncito respetable y digno. En ese caso, es importante saber si al darles curso empieza por arriba o por abajo del montón.



Si la petición del sujeto en cuestión es menor, por ejemplo, si intenta cobrar unos viáticos atrasados, las cosas se complican. ¿Rindió usted fundamentadamente (o sea con unos papelitos grasientos llenos de timbres pegados en un cuaderno) todos los gastos aprobados?



Nuestro pobre sujeto tuvo que enterarse antes qué aprobaba la administración como gastos, y sobre todo si tenía derecho a gastos de representación, que por cierto cualquiera sabe eso, son los únicos interesantes.



¿Se imagina usted el profundo sentimiento de soledad que agobia a nuestro sujeto cuando se percata que no tiene a nadie a quien llamarle mi secretaria? ¿O la profunda vergüenza que le agobia cuando, al entrar a una reunión, no puede decir le voy a pasar las llamadas del celular a mi secretaria? O ¿ha pensado usted qué hace nuestro sujeto cuando quiere patear a alguien que no sea su esposa, esposo, hijo, hija, perro, perra, si no tiene una secretaria?



Los que han optado (o han sido optados) por el teletrabajo, o la autonomía, o son víctimas de algún tipo de reingeniería, tienen también algunas ventajas.



Los softwares diversos no piden permiso para ir al médico, a capacitación, a la urgencia doméstica, o a la reunión del colegio de los niños. Tampoco nadie les mira feo cuando va tomar su milésimo café.



Los contestadores telefónicos son también una ayuda hasta que alguien dice que no habla con máquinas.
Tampoco tiene que aceptar llamadas del guardia de la puerta de entrada, un guardia muy feo, que le llama para decirle mire, le estoy llamando de aquí desde la puerta, hay una señora que dice que tiene una cita con ustedÂ… justo cuando usted ha logrado, por fin, esa reunión.



En los procedimientos administrativos para el dinero se ha avanzado poco y se ha retrocedido cuando se trabaja sin secretaria, o en el teletrabajo, o Â… claro, tiene que ir usted solito por los oscuros pasillos de la administración y soportar a unas gentes que siempre se quejan de lo ocupados que están, para lograr que alguna vez le paguen.



La secretaria, en cambio, llama a su amiga en la administración y nadie sabe como, su cheque está en pocos días.



Todas aquellas secretarias y secretarios que creen que serán sustituidas por máquinas y buscan desesperadamente capacitarse y hacerse necesarias, no han explorado el enorme potencial de reconversión que tendría una alianza con la administración y sus procedimientos de papel.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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