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Interactividad y la promesa de la democratización electrónica


En general existe un relativo consenso, para usar la palabra de moda, en describir el modelo de comunicación usado por los medios de comunicación masiva (MCM) como mayormente unidireccional, tipo Top – Down o de arriba hacia abajo.



En él, las personas no pueden seleccionar activamente el contenido que está siendo entregado ni visitar la fuente desde donde esa información fue obtenida, sólo tienen la posibilidad de prestar o no atención.

Ante la dificultad de conseguir mayores grados de interactividad bajo este modelo, los MCM han comenzado a explorar nuevas formas comunicacionales como Internet. En buena medida, el boom de los medios llamados «on line» responde al hecho de que la gente cada vez confía menos en la información adquirida bajo el modelo de comunicación imperante, y los MCM y la elite en general crecientemente se están dando cuenta de esto.



La tendencia es clara; tanto los MCM como los distintos actores políticos y empresariales se están moviendo aceleradamente hacia mayores grados de interactividad con la opinión pública.



En el campo de la política, la emergencia del concepto de democratización electrónica expresa en toda su magnitud esta tendencia. Democracia electrónica dice relación con las transformaciones que las nuevas tecnologías de la comunicación le están imponiendo a la práctica democrática. La aparición de una serie de nueva terminología política como: Democracia Virtual, Teledemocracia, Espacio Público Virtual, Democratización Electrónica y Democracia Virtual, es solo una confirmación más de este fenómeno.



Es de esperar que la creciente demanda de los ciudadanos por mayor poder para decidir sobre sus propios asuntos se traduzca en el futuro en cambios en el paradigma cerrado y unidireccional de transmisión de información que utilizan los MCM y las elites con la opinión pública.



Para moverse de este modelo de transmisión hacia la interactividad se requiere incorporar los principios de apertura y retroalimentación. La comunicación lineal mantiene las estructuras de poder tradicionales basadas en líderes activos y ciudadanos pasivos. La comunicación interactiva crea simetría en las comunicaciones entre líderes y ciudadanos. Esto cambia el balance del poder y es en buena medida una amenaza para aquellos que pretenden mantenerse elitistas en la administración del poder. Mientras más democrático es un sistema de comunicaciones, mayor interactividad por sobre la conectividad.



Visto de esta manera, como lo ha dicho el Presidente Lagos, la urgencia de acelerar nuestra modernización tecnológica como país es más que una necesidad «técnica», es también una necesidad «política» y como tal debe entrar de manera decidida en la agenda de aquellos que día a día construyen opinión pública.





* El autor es Psicólogo, Master en Ciencia Política de la Universidad de Columbia en Nueva York y Diplomado en Psicología Política en la Ohio State University. Actualmente se desempeña como Director de Comunicación Estratégica de Hill & Knowlton Captiva y como docente del Magister en Gobierno y Gerencia Pública de la Universidad de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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