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Atrévase, Presidente, y suspenda la compra de armas


América Latina, Presidente Lagos, tiene muchos problemas, pero tiene una gran ventaja comparativa sobre otros continentes: Ä„no tiene hoy enemigos externos! A falta, pues, de enemigos extra-regionales, las hipótesis de conflicto de los militares latinoamericanos para justificar su existencia son los conflictos fronterizos y las eternas desconfianzas entre países vecinos.



Como el largo rosario de conflictos fronterizos en América Latina se ha ido solucionando, los «enemigos» se han ido haciendo cada vez más escasos.



Con Argentina, por ejemplo, los gobiernos de la Concertación fueron exitosos en solucionar los 24 conflictos pendientes y en iniciar un dinámico proceso de integración económica, comercial y fisica, en que el Tratado Minero es el paso más reciente, sin olvidar hasta una cierta coordinación militar. Todo esto hace impensable una confrontación bélica con los hermanos argentinos.



El gobierno de Eduardo Frei avanzó en las relaciones con Perú al solucionar los puntos pendientes del Tratado de 1929. El creciente comercio e inversiones chilenas en Perú, Bolivia y Argentina y vice-versa también son factores de confianza y disuasión.



Otro tema muy importante en nuestra agenda internacional es mejorar, de una vez por todas, las relaciones con Bolivia. Confío que Ud. pasará a la historia como el artífice de ese arreglo, acabando con un contencioso de dos siglos y en que ambos países, y la región toda, tienen mucho que ganar.



Sería útil que su Gobierno, ya que no consulta al Parlamento sobre estas políticas, informara a la ciudadanía qué enemigos se tiene en mente para justificar este rearme.



El fantasma de la Guerra del Pacífico



El objetivo militar de estas compras bélicas no es otro que fortalecer el poder e influencia politica de las FF. AA. en nuestra débil democracia tutelada.



Los militares chilenos, atrasados en su visión estratégica, insisten en que las armas son la mejor disuasión, cuando éstas en realidad son la diplomacia, las medidas de confianza mutua y la integración múltiple. Las armas estimulan la desconfianza, la tensión, la carrera armamentista y la confrontación, como acaban de recordarnos un grupo de destacados senadores norteamericanos.



Sin embargo, la Guerra del Pacifico y las imágenes de corvos, chupilcas y trabucos sigue entrampando las relaciones con nuestros vecinos, Ä„después de casi dos siglos!



La Guerra del Pacifico, perdida en el tiempo, es parte importante de la identidad nacional chilena. La explicación es simple. Los chilenos teníamos entonces un gran complejo de inferioridad con los peruanos. Perú había sido Virreinato, Chile apenas una pobre y lejana Capitanía General. En Perú había oro en abundancia, acá andábamos a salto de mata. Lima era un gran ciudad, Santiago, un villorio. La Universidad de San Marcos era la primera y la mejor de toda la América colonial, etc. A punta de corvos, trabucos y linchamientos, superamos ese complejo.



Mucho más se avanzaría si el Chile de Lagos, con audacia y creatividad:



a.- Reemplazara el 21 de Mayo, con su caracter militarista y triunfalista, por un evento anual conjunto de Reconciliación y Paz con Perú y Bolivia;
b.- Devolviera el Huáscar;
c.- Impulsara la creación de Centros Culturales peruanos y bolivianos en ciudades chilenas y Centros Culturales chilenos en ciudades peruanas y bolivianas;
d.- Pidiera perdón por las brutalidades cometidas por los militares chilenos en la toma de Lima, que fue peor que la entrada en París de las hordas nazis;
e.- Cambiara el agresivo lema «Por la Razón o la Fuerza» por uno más civilizado. Ä„Ni el Imperio Romano se habría atrevido a tanto! Es patético que un país subdesarrollado, lejano y sin mayor presencia internacional se dé estos aires Bismarkianos;
f .- Mejorara la situación de la creciente cantidad de inmigrantes peruanos y bolivianos, creando, por ejemplo, Casas Chile-Perú y Chile-Bolivia, donde puedan compartir y no hacerlo a la interperie en la Plaza de Armas;
g.- Reescribiera nuestros textos de historia, haciéndolos menos triunfalistas, menos militaristas y racistas y enseñara, a todo nivel, el respeto a los pueblos vecinos y sus culturas, y a nuestras propias etnias; y
h.- Creara un masivo intercambio estudiantil, académico, cultural, militar, gremial, sindical, político. empresarial, etc. con nuestros vecinos.



Todo esto, Presidente, ayudaría a la buena vecindad y a superar nuestros eternos Complejos.



El Complejo de Inferioridad frente a los argentinos, ya que ellos son más ricos y más europeos que nosotros y porque Buenos Aires es una gran ciudad, a años-luz de nuestra provinciana capital. También ayudaría a superar nuestro Complejo de Superioridad ante peruanos y bolivianos, ya que ellos son más «indios» y más pobres y porque les ganamos la Guerra del Pacifico.



Bochornos



El espejismo del Tratado de Libre Comercio hizo olvidar al Gobierno chileno que Estados Unidos no le vende armamento avanzado a países de América Latina, como debió recordarlo públicamente el embajador de ese país.



Es lamentable que nuestro gobierno haya cedido tan fácilmente a las exigencias u «offsets» exigidos por EE.UU. para iniciar, sin ningún compromiso de ellos, un eventual ingreso de Chile al TLC.



Clinton, muy astuto, puso para ello dos condiciones: la compra de los F-16 y que Chile suspendiera su ingreso al Mercosur, proceso de integración al que siempre los norteamericanos han mirado con malos ojos, ya que prefieren manejarse en relaciones bilaterales con los países latinos de su patio trasero.



Chile, que hace tiempo que está en venta en los mercados del mundo y donde perdura una Santa Alianza entre el Estado y el Mercado, no vaciló en aceptar ambas exigencias.



La Cancillería, en otro hecho bochornoso, olvidó informar a los países del Mercosur que Chile prefería por ahora rasguñar el TLC.



Un nuevo bochorno para nuestro Gobierno fue la Declaración de 10 destacados senadores norteamericanos pidiéndole al Presidente Bush que no le venda a Chile armamento avanzado, para no estimular una carrera armamentista en la región.



Tampoco el editorial del diario The Washington Post dejó bien puesto al Gobierno de Lagos cuando considera «sin ningún sentido esta compra de armas».



Por si todo esto fuera poco, el principal negociador chileno en esta operación de compra de los F-16 es el general Hernán Gabrielli, quien ha sido denunciado como torturador cuando era teniente en la Base Aérea de Cerro Moreno, en Antofagasta, en octubre de 1973.



También es muy lamentable el silencio o aprobación de los partidos políticos y de la clase política chilena de estas compras militares, lo que revela la ausencia de una política alternativa de defensa: democrática, innovadora y moderna.



Desmilitarizar a los chilenos



Vivimos, Presidente, en una época en que está muy debilitado el optimismo histórico, la ética y el sentido utópico de la existencia, de todo lo cual la Concertación es un buen ejemplo: gris, pueblerina, chamullenta, voraz, conservadora.



Sabemos que es dificil pedirle, aún los que votamos por Ud., que reencante a los chilenos con iniciativas creadoras y valientes, por ejemplo, en materia militar.



No será tarea fácil desmilitarizar a los chilenos, ya que transitamos por la vida -desde la cuna hasta la tumba- inmersos en una cultura y un estilo de vida muy militarizados, donde casi todos nuestros héroes son militares y miles de plazas y calles llevan nombres de uniformados, desde sargento a general, desde grumete a almirante, sin olvidar la Plaza de Armas, el Altar de la Patria y el Patio de los Cañones, país donde hasta la Virgen del Carmen, pese a ser símbolo de paz y amor, es nada menos que la Generalísima de las Fuerzas de Aire, Mar y Tierra.



En Europa, nadie sabe ni les importa saber quiénes son los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, mientras en Chile son personajes en vitrina.



Nos gusta celebrar las «Glorias» navales y militares y nos llenan de orgullo las Paradas militares. «Brillante» fue para Ud. la última Parada. ¿Qué tienen de brillante, Presidente, los pasos, cascos, uniformes y marchas prusianas que ni los alemanes usan ya?



El mundo es más que vino e Internet



El mundo es algo más que Internet y mercados donde vender vinos, algas, astillas, cobre y kiwis. Es urgente modernizar nuestra decimonónica política exterior ¿Para qué sirven hoy las Embajadas, más bien pasivas, apegadas a viejos estilos y protocolos, sin proyectos ni objetivos interesantes y, a menudo, botín reluciente del cuoteo político?



Atrévase a una muestra de liderazgo continental y suspenda toda compra de armas. Deje a sus ministros inaugurar parques, puentes, pircas y parvu1arios, y Ud. concéntrese en gobernar de verdad y en empujar proyectos e ideas-fuerzas por las cuales la historia lo recordará.



* El autor es Doctor en Derecho de la Universidad de Madrid, ex-Profesor de la Universidad de Chile y ex-Investigador de la Universidad de Estocolmo

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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