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Presente y futuro de una región

Todas las iniciativas citadas nos hacen tener confianza en el destino futuro de esta región, que suma a su haber una incesante vida universitaria a través de sus múltiples establecimientos de educación superior, una bien desarrollada y eficiente producción agrícola y la mayor concentración del sector portuario del país en Valparaíso, San Antonio y Ventanas, además de exhibir grandes potencialidades en el plano turístico, minero y de servicios.


Los difíciles momentos de la economía del país en los últimos tiempos han repercutido con mayor fuerza en la V Región, la que hace ya varios años ostenta el triste récord de tener las más altas tasas en desocupación a nivel nacional y ha visto un incremento importante en las cifras de drogadicción y delincuencia. La última encuesta conocida da cuenta, además, de un aumento explosivo en los índices de pobreza.



Los habitantes de la zona requieren de soluciones urgentes, no pueden seguir esperando. Necesitan trabajo, mayor seguridad en las vías públicas y hasta en el interior de sus hogares, pavimento en las calles -las últimas lluvias han transformado nuevamente los barrios de las distintas ciudades de la V Región en peligrosos lodazales-, y en definitiva que el gobierno cumpla sus promesas y solucione los problemas.



La situación descrita ha afectado el ánimo de su gente, que ve pocas posibilidades de mejorar su futuro y comienza a desesperarse. Ä„Cómo no entender este proceso, cuando hay miles de jefes de hogar que llevan meses desocupados!



No obstante esta realidad, creemos que una nueva mayoría traerá un mejor futuro, al impulsar iniciativas creativas que permitan ofrecer trabajo permanente. En ello se encuadran las inversiones anunciadas en el ámbito de infraestructura, algunas de las cuales ya se están materializando, como la doble calzada de la ruta 68 en toda su extensión, la pavimentación del camino de La Dormida y la construcción del Troncal Sur.



A ellas se une el próximo inicio de los trabajos de la ruta 60 o Camino Internacional, que recorrerá verticalmente la V Región de cordillera a mar y se transformará en su columna vertebral uniendo las ciudades intermedias; los trabajos de descontaminación del río Aconcagua; el proyectado embalse sobre el mismo río, y la recuperación del borde costero de nuestras ciudades para proyectos inmobiliarios y turísticos de envergadura.



Todas las iniciativas citadas nos hacen tener confianza en el destino futuro de esta región, que suma a su haber una incesante vida universitaria a través de sus múltiples establecimientos de educación superior, una bien desarrollada y eficiente producción agrícola y la mayor concentración del sector portuario del país en Valparaíso, San Antonio y Ventanas, además de exhibir grandes potencialidades en el plano turístico, minero y de servicios.



Todas estas obras, junto con dar trabajos temporales durante su ejecución -que no son más que un paliativo- permitirán, sin embargo, generar las condiciones para la instalación y operación de más empresas que generen riquezas y trabajo permanente, que es lo que en definitiva importa.



Por eso, aunque el presente es duro y a veces incluso dramático, reitero estar confiado en el surgimiento de una nueva mayoría que cambie la situación. Ello con el objetivo de buscar la forma de concretar la reactivación de su economía, incentivar la instalación de nuevas empresas y derrotar la cesantía y los problemas más apremiantes, para que logre consolidarse como una Región de mejores oportunidades para todos sus habitantes.



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