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Centralismo: una lacra por erradicar


El centralismo es una lacra que debe ser combatida con fuerza, con hechos y con una disposición distinta de las autoridades, que deben dejar de lado la mentalidad centralista para dar paso a una política de desarrollo integral del país.



Si nos referimos a hechos conocidos en los últimos días, hay claros ejemplos de esa actitud, que ha generado en Chile una megápolis con enormes problemas de seguridad, de tránsito y ambientales, entre otros, que la hacen poco atractiva para vivir pero indispensable debido a que concentra injustamente casi todas las posibilidades de progreso.



Analicemos: la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) informó que la mayor recaudación tributaria permitirá inyectar 10 mil millones de pesos adicionales al Fondo Común Municipal, aumento presupuestario que beneficiará obras sociales en diversas comunas. Si recorremos la lista de municipios más favorecidos en la distribución de esos recursos nos encontramos con varias del Area Metropolitana entre las primeras: La Florida, Maipú, Puente Alto, La Pintana y Cerro Navia.



¿Con qué criterio se distribuyen estos fondos adicionales y qué posibilidades reales de tener acceso a ellos tienen pequeñas y pobres comunas rurales o mineras que están lejos de los centros de presión, pero cuyas necesidades son iguales o mayores que las de Santiago?



Otro hecho: la misma Subdere se había comprometido a enviar al Congreso la ley sobre reforma regional en septiembre último, pero no ha cumplido con su palabra públicamente empeñada hasta el momento de escribir este artículo, cuando el mes ya finalizó.



Esta reforma involucra una serie de cambios en la administración de las regiones, establece la votación directa de los Consejeros Regionales y termina con la dualidad de dependencia del Intendente respecto del Presidente de la República y del Consejo Regional. Y lo más importante, a nuestro juicio, es que permitirá la creación de nuevas regiones, al eliminar la palabra que fija en la Constitución el número de regiones en que se divide Chile. Con ello se podrán concretar anhelos de autonomía regional largamente esperados en distintas zonas del país.



También hemos conocido una denuncia que da cuenta de la rebaja de fondos establecida por el gobierno para acometer el próximo año los trabajos de construcción de la cuarta etapa de la avenida España, un proyecto estudiado y discutido por largos 15 años desde que en 1986 se concluyó su tercera etapa. Se trata de una iniciativa emblemática para la Quinta Región, que va a cambiar el rostro de Viña del Mar y permitirá, adicionalmente, una serie de mejoramientos en el servicio ferroviario intercomunal de esta región.



En agosto de este año, la empresa Merval informó que existen 20 interesados nacionales y extranjeros que esperan adjudicarse la licitación de este proyecto, que se iniciaría en marzo de 2002. Ahora nos enteramos, en cambio que sería postergado al no entregársele los recursos necesarios para su puesta en marcha.



Todos estos ejemplos nos hablan del fracaso de los gobiernos de la Concertación por descentralizar el país. Se hace soñar a la gente en regiones y se publicitan ilusiones vanas que luego chocan con la realidad de una Concertación que siempre cree que el Estado es el mejor asignador de los recursos, y que es el organismo central el que debe resolver. Esto, mirado en un sentido profundo, no es más que otro ejemplo evidente de una mentalidad centralista que es necesario erradicar.



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