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El cobre en la encrucijada mundial


La profundización de las tendencias recesivas de la economía de los Estados Unidos y de la economía mundial, como consecuencia de los acontecimientos del 11 de septiembre en Nueva York y en Washington, agravarán la situación de la economía chilena que describíamos en la Segunda Carta Abierta al Presidente Ricardo Lagos, «La Sobreproducción Mundial de Cobre Creada desde Nuestro País y la Crisis de la Economía Chilena», del 5 de julio del 2001.



En ella afirmábamos:



«En la situación actual podría estar desarrollándose el peor de los escenarios. Junto a la sobreproducción y a los elevados stocks de cobre, se está produciendo una gran disminución de la demanda mundial de cobre, por la fuerte disminución de los niveles de actividad de los Estados Unidos y de muchos países en el mundo. No se debería descartar una nueva crisis cíclica mundial. Los precios del cobre seguirán siendo bajos y pueden disminuir aún más.».



Sin embargo, por las características de los acontecimientos y del mercado del cobre -y su carácter estratégico- se podría haber esperado un aumento de los precios del cobre, como sucedía regularmente frente a situaciones de incertidumbre.



En el Mercurio del 9 de mayo de 1996, se afirmó que «la huelga que mantienen los trabajadores de Chuqui, es el principal factor que afecta el valor del metal, que llegó a su nivel más alto desde diciembre: …superó los US$1,28 por libra». En el mismo Mercurio, en esos días se «planteó que un columnista del Wall Street Journal pronosticó que el precio podría llegar a 140 centavos si la huelga se prolongaba». (En nuestro trabajo, «La Sobreproducción Mundial de Cobre Creada por Chile. Su Impacto en la Economía Nacional», noviembre de 1996).



Ahora, en vez de aumentar los precios, estos se mantienen en los niveles más bajos en un siglo -en dólares constantes- y con tendencia a disminuir. El jueves 20 de septiembre, el precio cayó a 63,6 centavos de dólar por libra, el precio más bajo en dólares corrientes en los últimos 27 meses. El precio promedio en la última semana fue de 64,4 centavos de dólar por libra. Este precio, es menor a los costos globales de producción de la mayoría de las empresas de cobre del mundo, incluidas la mayoría de las empresas chilenas.



Se podría esperar que el incremento reciente de la demanda de cobre por parte de la industria militar, fuese mayor que la disminución reciente de la demanda por cobre de la industria del sector civil. Sin embargo, los precios siguen bajos y con tendencias a disminuir debido a que los stocks mundiales creados por la sobreproducción de las transnacionales desde Chile -a partir de mediados de los años 90- son los más elevados en un siglo y siguen incrementándose por aumentos adicionales de la producción desde Chile en el período reciente.



Nuestros estudios han sido rechazados por la mayoría de las organizaciones políticas, sociales y académicas. En los canales de televisión y en los principales medios de comunicación, los resultados de nuestras investigaciones son censurados. Hace más de dos meses y medio -2 de julio de 2001- enviamos a El Mercurio las notas que a continuación reproducimos:



«Relacionado con los planteamientos sobre el grado o no de agotamiento del modelo, en que han participado -entre otros- Carlos Massad, Felipe Larraín, Hernán Büchi, Uri Wainer y Vittorio Corbo, en artículos de El Mercurio, también quisiera entregar mis planteamientos que no están presentes en los análisis de los economistas mencionados.



En el pasado, en Chile existía consenso de que el país debería aprovechar los excedentes de su principal riqueza básica -el cobre- para potenciar su economía. Esto, se apoyaba en la teoría económica y en la historia económica, por ejemplo de Canadá, Estados Unidos y Suecia.



Se contemplaba desarrollar empresas competitivas en cobre elaborado y en industrias intensivas en usos del cobre. Asimismo, se planteaba un desarrollo de una industria de bienes intermedios y de bienes de capital, para ser vendidos en Chile y en otros países mineros. Estas empresas deberían localizarse preferentemente, en las regiones donde se encuentra la principal riqueza básica.



En la realidad, a partir de mediados de los 90, está sucediendo todo lo contrario. Desde Chile se ha incrementado la producción muchísimo más que el incremento del consumo de todos los países del mundo. Esto, ha provocado una profunda caída de los precios a partir de los 140 centavos de dólar de julio de 1995. La drástica disminución de los precios se inicia cuando la economía mundial mostraba un gran dinamismo. En los otros ciclos desde la pos guerra, los precios cayeron cuando la demanda mundial disminuyó por término de conflictos bélicos o crisis mundiales.



Los precios promedio anual de los últimos cuatro años -en dólares de 1995- son menores a 69 centavos. Estos son los precios más bajos en un siglo. Los precios promedio anual desde 1950 hasta 1995 -45 años- fueron cercanos a 140 centavos de dólar la libra.



La disminución de los precios del cobre es la principal causa que explica la crisis de la economía chilena. La sobreproducción se profundizó con la crisis asiática. Superada esta, los precios del cobre continuaron deprimidos. La economía chilena sigue con graves problemas.



Este año, la sobreproducción se manifiesta con más fuerza, porque Chile anuncia nuevos incrementos de producción, combinada con una disminución de la demanda mundial, por la drástica caída de los niveles de actividad de Estados Unidos y en la economía internacional.



En Chile se está desarrollando en forma más aguda lo que en la ciencia económica -en una perspectiva neoliberal- se conoce como el modelo de crecimiento empobrecedor desarrollado por el Profesor Bhagwati. La teoría neoliberal sobre el comercio internacional plantea que todos los países que participan del libre comercio se enriquecen. El Profesor Bhagwati, que es un destacado economista de esta corriente teórica, desarrolló el modelo de crecimiento empobrecedor, como un caso especial que sin embargo puede corregirse.



Este modelo señala:



1. Cuando un país tiene un recurso natural en gran cantidad y de gran calidad -como es el caso del cobre chileno- va a atraer muchas inversiones con lo que se incrementará fuertemente la producción.
2. Si la participación del país en el mercado mundial de este producto es muy significativa -como es el caso de la producción chilena de cobre- …se provocará una sobreproducción mundial con incrementos muy fuertes de los stocks, lo que a su vez provocará una disminución muy drástica de los precios. Chile produce el 36% del cobre mundial y cerca del 50% de las importaciones mundiales.
3. En este tipo de producto, la caída de los precios a nivel mundial es mucho mayor al aumento relativo de la producción mundial. Así ha sucedido con el precio del cobre. Además, la disminución del precio del cobre ha sido el doble de lo que ha sido la disminución del precio del aluminio, su sustituto más cercano.
4. Si la producción de ese recurso es importante en la economía nacional, como es el cobre para la economía chilena, se producirá una disminución de los ingresos por las exportaciones. El cobre representan el 40% de las exportaciones totales chilenas.
5. En síntesis, se produce un crecimiento de la producción física y una disminución de los ingresos globales; y, por lo tanto, una disminución del bienestar. Por eso, el Profesor Bhagwati designó este caso especial, en la teoría , como «modelo de crecimiento empobrecedor».
6. En estas condiciones, y basado en la teoría neoclásica, se recomienda un «arancel óptimo» para llevar este mercado a condiciones competitivas. El «arancel óptimo» evitaría la sobreproducción, la disminución del precio y, por lo tanto, impediría que se manifestara el crecimiento empobrecedor.



Con la globalización, considero que este modelo puede desarrollarse adicionalmente, agregando al libre comercio, la libre circulación de los capitales a nivel mundial. En la etapa actual de globalización de la economía mundial, teóricamente el modelo de crecimiento empobrecedor deja de ser una excepción y se presenta con más frecuencia y con más profundidad. En las últimas décadas, el desarrollo de esta teoría puede explicar la tendencia general a la sobreproducción de mercancías en la economía mundial.



La experiencia chilena sirve para desarrollar aun más el modelo teórico. El modelo de crecimiento empobrecedor se presenta con más fuerza debido a que:



a. Los yacimientos mineros, a través de la «concesión plena» se transforman en propiedad privada de las empresas. Por esta razón, las empresas privadas se apropian del valor comercial del recurso que está en el yacimiento. Es decir, además de las ganancias del capital, obtienen la renta minera que corresponde a este recurso natural.
b. El sistema tributario chileno posibilita diferentes descuentos que permiten que los balances tributarios arrojen pérdidas o impuestos muy bajos.



La vinculación de los cuatro elementos señalados: 1. Calidad, cantidad y otras facilidades en la explotación del recurso natural en condiciones de libre comercio; 2. Movilidad y libre acceso del capital extranjero; 3. Propiedad privada sobre los yacimientos – apropiación de la renta minera; 4. Mínima tributación, lleva a que el modelo teórico de crecimiento empobrecedor se exprese en Chile en forma tan potenciada.



La crisis económica chilena, tal como lo señala el modelo de crecimiento empobrecedor se manifestó inicialmente en un desequilibrio de las cuentas externas que repercutió en la economía nacional. Ha afectado seriamente a Codelco, Enami y a otras empresas.



El aporte de la principal riqueza básica al presupuesto del Estado casi ha desaparecido, afectando seriamente el presupuesto de la nación. La crisis se amplió a decenas de miles de empresas que están ligadas directa e indirectamente con el cobre. A esta causa principal se unieron otras, que finalmente han provocado la crisis actual de la economía chilena que era tan sólida. Además, constituye uno de los elementos esenciales del agotamiento relativo del modelo económico chileno. La modificación de las formas de inserción de la economía chilena a la economía mundial podrían llevar a la superación de este agotamiento relativo.»



Así terminaba el artículo enviado a El Mercurio enviado hace más de dos meses y medio.



En la actual encrucijada mundial, Chile más que nunca, debe superar el fundamentalismo neoliberal que no tiene en cuenta las señales del mercado. Debe ajustar la producción a las condiciones de demanda y de precio.



Una medida de este tipo provocaría un aumento mayor a los 2 mil millones de dólares en el período de un año, aún considerando la disminución de las cantidades exportadas. Gran parte del incremento de estos ingresos podría ser captado por el Estado. En vez de intervenir en el mercado del dólar, el gobierno chileno debería intervenir en la industria que produce los dólares o en ambos mercados.



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* Orlando Caputo es Economista de la Universidad de Chile y profesor investigador de la Universidad ARCIS.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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