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La inteligencia en Chile

Afortunadamente, y gracias a la red, millones de ciudadanos no influyentes, normales y educados, intentaremos romperles los esquemas, trabar los motores de búsqueda, volverlos locos. Este domingo 21 de octubre y durante todo el día, muchos enviaremos nuestros correos normales, pero incluiremos términos como: «terrorismo», «atentado», «bomba», «arma biológica», «jihad».


A partir del 11 de septiembre pasado se nos asignó la tarea de vivir en alerta, de comer con alerta, de creer en las medidas de alerta. Alerta. Alerta. Alerta.

Es tanto el miedo infundido al público que hoy hasta justificamos la estúpida idea de crear una CIA criolla, como si en la actualidad no existiera. Argumentaremos la necedad en aras de la tranquilidad y el bienestar de la población. ¿Realmente los todopoderosos planificadores piensan que somos idiotas? ¿De verdad creen que nos tragaremos eso de la seguridad nacional?



El solo hecho de imaginar la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) es aterradora. Quizás lo menos bárbaro que puedo sentir es pánico. Si en la actualidad estos señores utilizan ilegalmente tácticas y maniobras de espionaje e investigación, ¿se puede imaginar lo que serán capaces de hacer con autorización legal?Preferiría seguir viendo Misión Imposible, al Súper Agente 86 o a James Bond. La realidad es mucho peor.



Hace algún tiempo que soy víctima de pinchazos telefónicos y llamaditas fantásticas. Creo que me estoy acostumbrando a conversar en conferencia, pero es desagradable darse cuenta que mi vida no es tan mía como creía. Somos RUT, NÅŸ de cliente, tarjeta gold, ABC1, de Plaza Italia pa’rriba, etc.

Imagínese en Chile una agencia que tenga el poder de intervenir legalmente en nuestras vidas. Hoy lo hacen, pero si los sorprendo pierden mucho -recuerde el Piñeragate-. Una agencia capaz de meterse en su cuenta corriente, casillas electrónicas o tarjetas de crédito sencillamente porque alguien dijo que usted es un peligro nacional, un individuo digno de ser espiado.



Ä„Basta! Por un rato quiero dejar de ser público. Este 21 lo consigo. ¿Y usted?



Creo no ser el único mortal que se disgusta cuando advierte que sus llamados telefónicos y correos electrónicos son vistos por organismos de inteligencia. La red Echelon, por ejemplo, o dicho en español, «La Escalera», organismo creado por unos cuantos países (Estados Unidos, Canadá, Australia, y otros europeos) que observa y recolecta información de casi todas las comunicaciones en el mundo.



Gracias a una sofisticada y completa red de satélites, más otras inmunes tecnologías de búsqueda, esa red tiene el poder de meterse en nuestras conversaciones telefónicas y electrónicas en busca de palabras o expresiones que son «dañinas al sistema» de libertad y democracia que tanto queremos. Ä„No me diga! ¿Se acordó de esa película de Will Smith y Gene Hackman?



El sistema Echelon funciona hace cosa de 10 años. Ä„Sí, hace más o menos 10 años, y todos tan tranquilos! Afortunadamente, y gracias a la red, millones de ciudadanos no influyentes, normales y educados, intentaremos romperles los esquemas, trabar los motores de búsqueda, volverlos locos. Este domingo 21 de octubre y durante todo el día, muchos enviaremos nuestros correos normales, pero incluiremos términos como: «terrorismo», «atentado», «bomba», «arma biológica», «jihad». Todos nombres, y cito textualmente según la invitación, «de interés para estos guardianes de la no-libertad individual».



La idea es que usted incluya algunos de estos términos en sus correos. Esto les apretará las maquinas y las estadísticas, y por un rato seremos libres. Ahora que si usted decide realmente hacerles la vida imposible a los dueños de la verdad, le sugiero coloque estos nombres, que estoy seguro los cautivará:



-Imad Mughniyeh, dirigente de Hizbullah.
-Sheikh Muhammad Hussein Fadlallah, líder espiritual de Hizbullah.
-Dr. Ayman Al Zawahiri, dirigente de Al Qaeda, posible sucesor de Osama Bin Laden.
-Sheikh Abas Musawi.
-Grupo al-Gama’at al-Islamiyya.



Parece algo infantil, pero si vemos que alrededor del mundo muchos que ya cuentan con varios años de espionaje en el cuerpo desean eliminar estos organismos, ¿no parece sensato evitar su aplicación en Chile?


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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