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La sobreproducción de cobre y el futuro de la economía chilena


El nuevo ministro de Minería, Alfonso Dulanto, nos concedió una entrevista el 29 de enero. Le comentamos que valoramos enormemente su designación por a lo menos tres razones.



Primero, estaba fuera de toda lógica que Chile, siendo un país minero, no tuviera ministro de Minería.
Segundo, por su experiencia en Codelco, en el sector minero privado y por su gestión como intendente de Antofagasta, así como por sus escritos sobre el cobre y la minería chilena.



Tercero, porque la industria mundial del cobre sufre una profunda crisis que ha sido generada en gran parte desde Chile por las grandes empresas mineras extranjeras y con el apoyo del Estado chileno a través de los Ministerios de Hacienda, Economía y Minería.



Le señalamos que a él le corresponde un gran desafío histórico: modificar las condiciones de explotación de la principal riqueza básica del país de tal manera que el cobre, que es chileno, sea explotado en beneficio de todos los chilenos.



Le expresamos que de nuevo el cobre se ha desnacionalizado. Junto con esto las empresas extranjeras, aprovechando subsidios del Estado chileno, han creado una sobreproducción mundial de cobre desde el año 1995. Esto ha provocado una profunda baja de precios. La actual recesión mundial al disminuir la demanda mundial de cobre agrava la sobreproducción creada desde Chile.



Los precios promedio de los últimos cuatro años son los más bajos en un siglo, con excepción de un año durante la Gran Depresión Mundial de los años ’30.



Esta es la principal causa de la crisis de la economía chilena. Los stocks mundiales globales son mayores al incremento del consumo mundial en los próximos años.



La disminución de la producción anunciada recientemente por parte de las empresas extranjeras en sus operaciones en otros países y en Chile, junto a la disminución de la producción de Codelco, provocó de inmediato un aumento de precios, como estaba previsto en varios estudios críticos. Sin embargo, se requiere una disminución mayor para ajustar la oferta mundial a la demanda mundial. Si esto no se hace, es muy posible que los precios sean bajos durante todo el gobierno del Presidente Lagos.



1. Chile tiene el 37 por ciento de las reservas mundiales de cobre. Sigue siendo la principal riqueza básica del país -el sueldo de Chile, la viga maestra– que de nuevo se ha desnacionalizado. Las empresas privadas extranjeras controlan en torno al 60 por ciento de la producción. Si se agrega el grupo nacional Luksic -que también tiene capital extranjero- las empresas privadas controlan cerca del 70 por ciento de la producción.



La nacionalización del cobre que culmina en el gobierno del Presidente Salvador Allende fue aprobada por la unanimidad del Congreso Nacional. Con la nacionalización, las empresas estatales, Codelco y Enami fueron responsables de más del 95 por ciento de la producción chilena de cobre. La nacionalización sin duda constituye la principal medida económica, social y política del siglo 20 en Chile. Por eso se le denominó la Segunda Independencia Nacional.



2. La desnacionalización a manos de las empresas extranjeras se inicia durante la dictadura y continúa en los gobiernos de la Concertación. La Constitución chilena de 1980 categóricamente plantea que » el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas (… ) no obstante la propiedad de las personas naturales o jurídicas sobre los terrenos en cuyas entrañas estuvieran situadas» . En dictadura, basados en el neoliberalismo fundamentalista que plantea que los recursos de la naturaleza deben ser propiedad privada ( agua, mares, lagos, yacimientos) transformaron la propiedad de los yacimientos, que es de todos los chilenos, en propiedad de las empresas privadas capitalistas.



3. De esta manera, Chile entrega un subsidio especial. En la casi totalidad de los países del mundo subsiste la propiedad social sobre las riquezas del subsuelo. La actividad minera genera sueldos y salarios que reciben los trabajadores, la ganancia que reciben los dueños de las empresas y la renta minera que capta el Estado y/o las regiones en representación de la sociedad. En Chile, las empresas privadas captan la ganancia que corresponde al capital invertido y se apropian de la renta que es de todos los chilenos.



Este subsidio entregado por el Estado chileno motivó grandes inversiones de las principales empresas mundiales, que provocaron un gran crecimiento de la producción responsable de la sobreproducción mundial, especialmente en el período 1995 – 1999.



4. Chile incrementó la producción entre 1995 y 1999 en 1,9 millones de toneladas métricas (TM) de cobre fino. El crecimiento de las importaciones de todos los países del mundo no llega a 1,3 millones de TM. El incremento de la producción en Chile cubre el 100 por ciento del incremento de las importaciones mundiales y sobreproduce un stock adicional de 50 por ciento del incremento de las importaciones mundiales (Estadísticas del Cobre y Otros Minerales 1990 – 1999, mayo del 2000, Cochilco).



5. La producción chilena también es bastante mayor al incremento del consumo de todos los países del mundo, que fue cercano a 1,6 millones. En el período 1995-1999 el consumo mundial de cobre se incrementó en 13 por ciento, mientras la producción chilena se incrementó en un 76 por ciento.



6. Chile demoró 90 años para lograr una producción de cerca de 1,6 millones de TM en 1990. Posteriormente, en seis años incrementó la producción en una cantidad similar a la que había logrado en 90 años, produciendo en 1996 más de 3,1 millones de TM. En seis años dobló la producción y en diez años (es decir, en el año 2000), prácticamente triplica la producción lograda en 1990, que supera los 4,6 millones de TM.



7. Parte del incremento de la producción no se vende y pasa a engrosar los stocks mundiales en bodega. Los stocks globales son los más elevados en la historia de la industria del cobre, aún comparados con los años en que el cobre se usaba como stock estratégico en Estados Unidos y otros países desarrollados.



8. Los stocks mundiales, según Cochilco y publicaciones internacionales, superaban a fines de 1999 las 2,5 millones de TM. Estos stocks ya superaban a fines 1999 el crecimiento estimado de la demanda mundial para los cinco años siguientes.



Chile tiene una participación relativa en la producción mundial de cobre de 36 por ciento, similar a la de todos los países de la OPEP (más de diez países) y más de tres veces de la de su principal productor – Arabia Saudita- en la producción mundial de petróleo.



9. Chile influye en los precios del cobre, así como la OPEP en el petróleo y Estados Unidos en el trigo. Así queda en evidencia con la profunda caída de los precios internacionales del cobre provocada desde Chile En 1995, el precio fue de 133.2 centavos de dólar la libra. El precio promedio anual en los 45 años previos a 1995 fue cercano a 140 centavos de dólar. El promedio de los últimos cuatro años – en dólares de 1995- es cercano a 68 centavos de dólar la libra. Son los precios más bajos en un siglo, con la sola excepción del año 1932, en que el precio fue de 66 centavos, debido a la Gran Depresión Mundial de los años ’30.



10. La actual caída de precios, a diferencia de todos los ciclos anteriores desde 1950, se inicia cuando la demanda por cobre se estaba incrementando fuertemente año a año. Así se dio desde 1995 hasta el año 2000, aún con la crisis asiática.



11. Si la demanda mundial de cobre seguía creciendo, la explicación de la fuerte caída del precio se debe al crecimiento de la oferta. La sobreproducción creada desde Chile, explica que la caída del precio del cobre es casi un 100 por ciento superior a la caída del precio del aluminio, su sustituto más cercano. Por eso, es erróneo explicar la actual caída de precios como algo solo externo a Chile.



12. Las empresas chilenas venden el kilo de cobre – reducido a cobre 100 por ciento puro- que requiere cientos de complejos procesos y es no renovable en un valor similar al de una Coca Cola familiar, y bastante menor al de un vino de exportación.



13. Dado que Chile no siguió las señales del mercado, ha sido profundamente dañado. Es la principal causa de la crisis de la economía chilena en los últimos años. Asimismo, es la principal causa que abortó la incipiente recuperación en el año 2000 y que generó la nueva crisis actual. Difícilmente la economía chilena pasará a una etapa de recuperación si se mantienen bajos los precios del cobre.



14. Los bajos precios han causado la quiebra de la pequeña minería y de varias empresas de la mediana minería a partir del año 1996. Los pueblos mineros han sido devastados. El desempleo en las localidades mineras es bastante mayor que a nivel nacional. La ocupación global en la industria del cobre ha bajado en un 30 por ciento en la década de los ’90. En la pequeña minería la ocupación global disminuyó en un 70 por ciento ( Cochilco 2001).



15. El Estado chileno y Chile han visto disminuir drásticamente los cuantiosos aportes de la principal riqueza básica del país. Para Chile los ingresos que recibe el Estado de las exportaciones de cobre son los más relevantes, más allá del crecimiento de la producción y de las exportaciones.



En 1989, el Estado chileno captó más de 2 mil 200 millones de dólares, correspondientes al 50 por ciento del valor total de las exportaciones de cobre en dicho año. En 1995 captó más de mil 900 millones de dólares. En 1999 sólo captó 305 millones de dólares, que corresponden sólo al 5 por ciento del valor total de las exportaciones (en dólares de 1999). Este resultado es desastroso para el país, y lo es más aún si se tiene presente que las exportaciones chilenas aumentaron en más de 170 por ciento, de 1.56 millones de TM en 1989 a 4.24 millones de TM en 1999.



El Estado recibió por cada libra de cobre exportada 65 centavos de dólar en 1989; en 1995, 36 centavos y en 1999, sólo 3 centavos (en dólares de 1999).



16. En 1989, el aporte de Codelco al Fisco financió completamente el presupuesto del gobierno en salud, vivienda y educación, quedando un remanente de 25 por ciento. Para los años 1999 y 2000, el aporte de Codelco al Fisco disminuyó tanto que combinado con el aumento del gasto cubre sólo el 5 por ciento y 12 por ciento del gasto total en salud, vivienda y educación en los años respectivos.



17. Las pérdidas para Chile desde 1995 al año 2000 las estimamos en 16 mil millones de dólares. Anualmente son 3 mil 200 millones de dólares, cifra que equivale al 4 por ciento del PIB. Así es reconocido en declaraciones y publicaciones del Banco Central. En 1999 el PIB en Chile disminuyó en 1 por ciento y el Ingreso Nacional disminuyó en 4 por ciento. Esta ruptura entre la producción física y el ingreso nacional, expresa en gran medida el modelo de crecimiento empobrecedor desarrollado en la ciencia económica.



18. Las empresas extranjeras responsables de la sobreproducción trasladan a sus países de origen parte del valor de la principal riqueza básica del país, a través de precios bajos de esta materia prima, precios de transferencia entre filiales y de los excedentes -ganancias y rentas – que obtienen en Chile, a pesar de los precios bajos. Se apropian del valor del cobre en el yacimiento -renta minera- y prácticamente no pagan impuestos.



19. Chile enfrenta actualmente un escenario muy complicado porque por primera vez en este ciclo, desde 1995, la sobreproducción mundial creada desde Chile se agrava por una disminución absoluta de la demanda mundial, debido a la recesión que se inició en el año 2001, y cuya recuperación efectiva posiblemente se de sólo a partir de mediados del 2002.



20. Aún en condiciones de recuperación de la economía mundial, los precios continuarán bajos porque los stocks actuales son muy elevados y siguen incrementándose. Adicionalmente, la información señala que las industrias que utilizan cobre en sus procesos productivos han sido más afectadas que otras industrias.



21. Nuestros estudios desde mediados de los años ’90 tomaban como precios bajos o malos para Chile cuatro alternativas: 90 centavos de dólar promedio anual; 85 centavos, 80 centavos y 75 centavos. Estos precios son malos porque el precio de equilibrio de mercado que incorpora los cambios tecnológicos se ubica entre 105 y 110 centavos de dólar la libra. Muchas empresas medianas y pequeñas en Chile tienen costos en torno a los 100 centavos. El precio del cobre en 2001 fue de 71,6 centavos de dólar la libra. El precio promedio anual a la fecha es de 68,5 centavos.



22. El subsidio que el Estado chileno entrega a las grandes empresas mineras mundiales ha fortalecido a estas empresas en su competencia en el mercado mundial con Codelco. Como país, Chile aumenta su participación en la producción y en las exportaciones mundiales de cobre. Sin embargo, Codelco disminuye su participación; en tanto, las empresas extranjeras por sus actividades en Chile, aumentan sustancialmente sus posiciones en el mercado mundial del cobre.



23. La sobreproducción mundial y la baja de precios del cobre provocada por las empresas extranjeras no sólo ha afectado los balances anuales de Codelco y Enami, sino también el valor global de estas empresas. Enami ha tenido por primera vez pérdidas en los años recientes, está muy endeudada y su valor ha disminuido considerablemente.



24. La situación de Codelco es dramática: la disminución de los precios generada desde Chile ha hecho bajar a la mitad su valor. Codelco tenía en 1995 un valor estimado de 20 mil millones de dólares. Ahora, en 2002, su valor estimado es de sólo 10 mil millones de dolares.



24. De allí que las presiones externas e internas para privatizar Codelco a un vil precio han resurgido con mucha fuerza. Economistas ejecutivos de instituciones internacionales -FMI, BM y otras- y economistas de la academia que visitan el país plantean como recomendación central la privatización de Codelco. En Chile, muchos economistas de empresas privadas y de las universidades, junto a políticos de derecha e incluso algunos de la Concertación también proponen la privatización de Codelco. El Mercurio y Estrategia en forma reiterada promueven este planteamiento. (Ver Privatización de Codelco, Editorial de El Mercurio, 31 de enero de 2002).



25. A las mayorías nacionales se les ha impuesto una cultura del silencio sobre esta enorme riqueza chilena. La desnacionalización y la sobreproducción creada desde Chile, se realizó sin estar contemplados en los programas de gobierno de la Concertación, ni anunciados en las campañas electorales. Se hizo silenciosamente, sin promover ninguna información ni debate con la ciudadanía. El silencio cómplice ha permitido la expropiación a los chilenos que son los propietarios naturales. Ahora, también como cultura del silencio, se promueve la privatización de Codelco, y a pesar de todo lo anterior la empresa sigue entregando muchos más recursos económicos al Estado de Chile que la suma de los aportes de todas las empresas privadas.



26. La situación en el último trimestre del 2001 fue extremadamente grave. El precio cayó en uno de esos días a 59 centavos. Las grandes empresas mundiales de cobre anunciaron disminución de la producción a las que se sumó Codelco. La disminución total anunciada de la producción de cobre es de aproximadamente 600 mil toneladas anuales. Confirmando los estudios críticos, de inmediato se produjo un aumento del precio internacional del cobre. Sin embargo, esta medida es tardía y limitada. Se requiere una disminución por lo menos del 10 por ciento de la producción mundial de cobre de mina, es decir, una cifra en torno a 1,2 millones de toneladas. Esta disminución debe ser fundamentalmente de las empresas privadas y particularmente extranjeras, que son las que han creado la sobreproducción.



27. Chile, a través del ministerio de Minería, debe cuanto antes debe promover una corrección del desajuste en el mercado, promoviendo una adecuación de las cantidades producidas según las señales que entregue dicho mercado en relación al comportamiento de la demanda y de los precios. Si Chile no sigue las señales del mercado, los profundos daños persistirán. Como hemos dicho, la baja del precio del cobre es la principal causa de la crisis de la economía chilena, y de que no se generen posibilidades ciertas de recuperación.



Radomiro Tomic a mediados de los años ’80, sentenció visionariamente que «quien controla el cobre controla la economía nacional».

Finalmente, le señalamos al Ministro tres propuestas adicionales:



ˇ Primera propuesta: Chile debe eliminar el subsidio que otorga a las grandes empresas mineras mundiales. La ley que permite que se apropien de los yacimientos es anticonstitucional. Además, como desconoce la realidad de la existencia de la renta minera distorsiona profundamente el mercado. Junto con esto, Chile debe terminar con los privilegios tributarios y con la evasión y elusión que utilizan activamente estas empresas.



En la historia económica de Chile se acuñó el término de los tres tercios, ya que del valor de la producción minera en promedio un tercio correspondía a los costos globales, un tercio a los excedentes captados por las empresas y un tercio lo captaba el Estado chileno. Chile debe reivindicar esta situación que tenía hasta hace unos años.



En efecto, como hemos dicho, en 1989 captó el 50 por ciento del valor de las exportaciones, en 1990 el 40 por ciento y en 1995, el 30 por ciento. El porcentaje promedio anual de captación por parte del Estado entre 1989 y 1995, fue del 30 por ciento del valor de las exportaciones de cobre. Este porcentaje de captación fue antes de que se manifestara la sobreproducción. Este aporte que recibió el Estado corresponde casi exclusivamente al aporte de Codelco, ya que las empresas extranjeras no pagan renta por tonelada de cobre extraído, y pagan impuestos mínimos. Aquí están los recursos que Chile necesita para financiar los gastos sociales, para aumentar la inversión nacional y diversificar su industria minera e industrial en general.



ˇ Segunda propuesta: Chile necesita desarrollar una política minera que permita incorporar mayor valor agregado al cobre, desarrollando nuevas fundiciones y refinerías e industria manufacturera del cobre. Debe corregir la involución que se ha dado en el último tiempo, ya que el crecimiento de la producción es fundamentalmente de concentrados de cobre. Asimismo, Chile debería desarrollar una potente industria relacionada con los subproductos directos e indirectos relacionados con la producción de cobre. Chile está en condiciones de desarrollar, en una perspectiva mundial, empresas industriales manufactureras de cobre, incluyendo industrias de alta tecnología que utilizan en forma más o menos intensiva cobre.



ˇ Tercera propuesta: Chile debe desarrollar una industria productora de bienes y servicios que se utilizan en el sector minero. Esta industria productora de bienes intermedios, y de maquinarias y equipo también debe tener una perspectiva mundial. Así Chile está en condiciones de desarrollar una industria competitiva en todo tipo de servicios tecnológicos y de proyectos de ingeniería. Gran parte de esas industrias deberían estar localizadas en las regiones mineras.



* Orlando Caputo Leiva es economista de la Universidad de Chile y profesor investigador de la Universidad Arcis.
Edgardo Condeza Vaccaro es doctor en Medicina y miembro del Comité Central del Partido Socialista de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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