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Doble moral ante Europa


La doble moral con que se quiere usar para juegos politiqueros baratos el tema del Acuerdo con la Unión Europea demuestra la pobreza intelectual y la rusticidad moral de la derecha. Mientras en la página 5 de un cuerpo de su vocero principal su líder y actual alcalde de Santiago declara desde Madrid, y luego de una entrevista con Aznar, que «el tratado debe ser aprobado de todas maneras», en la página anterior los voceros de la oposición de derecha insisten en criticar y en poner en guardia ante la posible pérdida de soberanía.



Mas aún, ponen temas como el aborto, el matrimonio entre homosexuales y algo más como posibles cucos para atenuar este éxito del actual gobierno. ¿Será solo esto? ¿Y en qué queda la vocación globalizadora? ¿Y los honorarios que ganan por representar en Chile a las grandes multinacionales?



Creo que sin necesidad de dar respuesta a estas interrogantes, está claro que detrás de esto hay un intento -nuevamente- de jugar con cartas trucadas. De lo que tienen miedo real es que las ideas liberales en lo político y cultural que están hoy vigentes en Europa contaminen este pequeño país que ellos han manejado a su gusto, y hasta con la complicidad de los que se declaran progresistas pero que necesitan al clericalismo y al oscurantismo por razones electoreras. Los mismos que de a poco se van haciendo «empresarios» después de haber ingresado a la política con sueldo de activistas.



La otra razón que sin duda subyace es que más de alguno que sabe el número y calidad de los cadáveres que siguen en el armario teme, y con justicia, que se deban hacer vuelos charter con gente que no merece andar en la calle, sino acompañar a Slobodan Milosevic ante la Corte Internacional de La Haya. Incluso porque hasta les resulta ofensivo que un pacto se base y funde en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.



Me siento más que bien con el logro de este pacto para Chile, especialmente porque lo hacemos con gente que hace de la vida en el Estado de Derecho una condición sine qua non de su propia unidad. Pero creo que sería oportuno que al menos la Concertación denuncie estas dobles actitudes que pueden conducir a desvirtuar el acuerdo o transformarlo en un mero acto mercantil, como tratan ellos de poner las cosas.



La política, para ser noble y honesta, exige claridad y no este mambo viejo y desgastado de los consensos. Ahora el Presidente viaja a Europa a firmar. Que lo haga con la seguridad que es un paso en favor del progreso. Y como además va al Vaticano, quisiera pedirle que represente en esa sede a todos los chilenos, y no solo a las católicos que llevan ahora el pandero y que bien poco tienen que ver con la idea del progreso.



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