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Diferencias que nos unen

Los dirigentes de la UDI invitamos a los presidentes del Colegio de Profesores y de la Confusam a nuestro consejo ampliado, para que nos plantearan con franqueza y claridad las posiciones de sus respectivos organismos y las principales demandas de sus representados.


Históricamente, la izquierda ha utilizado las demandas ciudadanas en materia de salud y educación como emblemas ideológicos y soportes de campañas electorales y comunicacionales, y ha explotado la permanencia, también histórica, de dirigentes de sus filas en los máximos cargos de ambos gremios. Sin embargo, Jorge Pavez, presidente del Colegio de Profesores, empezó su intervención en el consejo ampliado de la UDI confesando que jamás un partido de la Concertación, a excepción del PPD, y ni siquiera el PC, su propio partido, le habían cursado una invitación como la nuestra.



A simple vista sorprende esa confesión, pero en el fondo calza perfectamente con la sistemática estrategia de este gobierno: mantener latente la promesa de impulsar profundas reformas de salud y educación, para luego acusar a la extrema izquierda de las exigencias de sus trabajadores, y culpar a los privados y a la oposición de las graves falencias que afectan hoy a millones de chilenos, precisamente en las dos áreas sociales más determinantes para un país que aspira a ser desarrollado.



Los dirigentes de la UDI invitamos a los presidentes del Colegio de Profesores y de la Confusam a nuestro consejo ampliado, para que nos plantearan con franqueza y claridad las posiciones de sus respectivos organismos y las principales demandas de sus representados.



Después de oír sus exposiciones concluimos en primer lugar que no obstante mantienen en la línea gruesa discordancias entre las visiones de ambos militantes de la izquierda y la nuestra, hay aspectos en los que sí coincidimos plenamente, respecto de los cuales podemos avanzar.



En segundo lugar, cuando se ha optado por el servicio público por vocación y no por ambición, es perfectamente posible acercar posiciones y concretar acuerdos. Lamentablemente, lo que en Chile ha faltado no son ideas, sino voluntad de sacrificar el usufructo electoral de las diferencias en beneficio de mejoras reales.



Despejemos primero la distancia evidente entre nuestros invitados y la UDI: para Maturana y Pavez, el Estado debe jugar un rol en salud y educación todavía más relevante que el asignado hoy; mantienen una evaluación negativa de la municipalización de ambos sectores, y promueven una mayor fiscalización e incluso restricciones a la participación de los privados como gestores sociales. Para nosotros en cambio, el Estado debe mantener un rol subsidiario, lo que no significa que se desentienda de sus obligaciones.



Pretender que la UDI deponga sus principios para trabajar con grupos políticamente antagónicos, tras un propósito común, es tener una visión sesgada, demagógica y pasada de moda. Nuestro objetivo no se limita a ganar una elección presidencial para apropiarse de cuotas de poder, imponer un modelo de sociedad determinado o para ufanarse de la popularidad en las encuestas. Nuestro objetivo es trabajar para derrotar la pobreza y garantizarle a cada chileno que en virtud de sus derechos tendrá acceso a una atención de salud optima, sea pública o privada, y a un sistema educacional que permita a sus hijos desarrollar sus potencialidades intelectuales y ubicarse en el mundo laboral debidamente capacitado.



En eso la UDI está plenamente de acuerdo con el Colegio de Profesores y la Confusam.



Aunque a la Concertación no le haya gustado nuestra idea, en la UDI quedamos con la sensación de haber dado otro paso más para derribar los mitos que subsisten en el mundo político. Demostramos que detrás de la fachada agresiva e intransigente de dos dirigentes gremiales hay personas con interés de servir a Chile, y confirmamos que el cambio al que aspiramos para el 2006 no es exclusivo de un partido ni consiste en imponer visiones dogmáticas e inamovibles, sino en asumir lo que Pablo Longueira definió como «roles de entendimiento y trabajo con el movimiento social del país».

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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