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Yo me inhabilito, tú te congelas y él les da la extremaunción


Podría ser el título de una obra escolar de fin de año que los Honorables Andrés Zaldívar, Nelson Ávila y Adolfo Zaldívar podrían presentar a los funcionarios del Senado y a sus compañeros de pupitre con ocasión de las fiestas de fin de año en reemplazo del trillado amigo secreto. Pero de lúdico no tiene nada y refleja algo más que unas poco afortunadas declaraciones de tres senadores de la Concertación.



Cualquiera sea la forma en que se haya presentado, el Presidente del Senado, Andrés Zaldívar se inhabilitó para la votación en la Cámara Alta de la Ley corta de Pesca.



La Fundación Terram, pescadores artesanales y el senador Ávila le pidieron al senador Andrés Zaldívar su inhabilitación en la tramitación del proyecto de ley. Por cuanto en opinión de aquellos, el Honorable, al ser dueño de un porcentaje -a esa fecha- de acciones de la empresa Eperva, tenia un conflicto de intereses que le impedía, de acuerdo a la interpretación que hacían del artículo 5, letra b, párrafo primero de la LOC del Congreso Nacional.



La regla invocada por los detractores de Zaldívar, en lo personal, no me parece bastante para declarar una inhabilidad; el párrafo segundo permite leer que no se tiene obligación legal de inhabilitarse cuando se trata de una ley de «índole general» como la que afecta al sector pesquero y no importa un tratamiento específico para la empresa Eperva.



Sin embargo, que el senador Andrés Zaldívar no estuviera obligado legalmente a inhabilitarse, no garantiza la ausencia de un conflicto de intereses entre la función parlamentaria y la actividad económica y para esto da exactamente lo mismo si posee el 0,2% o el 70% de las acciones de una sociedad. La ley que permite al senador Andrés Zaldívar ahora, y antes a otros Honorables, promover y votar proyectos de leyes -de índole general- que afectan empresas en las que estos tengan participación es una ley dictada por la dictadura militar el 11 de marzo de 1990 y es la misma que contempla un artículo transitorio que impide investigar las operaciones que terminaron con los activos de las empresas del Estado de Chile en manos de los financistas de la derecha.



La verdad es que este debate originado por la recién promulgada Ley corta de Pesca debiera llevarnos a analizar un principio propuesto por el ex diputado Jorge Schaulsohn hace un tiempo: No se puede ser senador en la mañana y empresario en la tarde. Esa es la cuestión a discutir. ¿Estamos de acuerdo con esa afirmación? En lo personal sí, pero el debate está abierto.



No queda claro sí a consecuencia de la disputa Ávila vs. Zaldívar el senador por la circunscripción Quinta Costa anunciara con bastante publicidad que congela su participación en la Concertación y su militancia en el PPD, descarta que se trate del inicio de un periplo por tierras desconocidas en búsqueda de los descontentos, se trata de una decisión personal, insiste el Honorable, y estamos obligados a creerle, sin embargo, tan exigible al senador Andrés Zaldívar como al senador Ávila es un comportamiento ajustado a la ética de la responsabilidad en la función pública, especialmente cuando se ejerce un cargo de representación popular, de ahí que no se comprenda muy bien, y con todo respeto senador, cómo es eso de meterse al freezer y no aceptar las consecuencias inevitables de esa decisión, pues no estamos hablando de Walt Disney sometiéndose a criogenia para despertar en un futuro Indeterminado. Además, después de un tiempo los productos congelados pierden sabor y muchas de sus vitaminas.



Permítanme una reflexión: Convertirse en representante en el Senado de los sin voces, no pasa de ser una cuestión anecdótica si no somos capaces de generar los consensos necesarios para provocar las reformas a la Carta de 1980 que permitan la representación popular, y no mediática, de los distintos actores sociales y políticos que conviven en Chile, y eso pasa por la transformación de un sistema de generación de autoridades plenamente democrático que se traduce en la supresión el sistema binominal.



Convertirse en congelado importa el riesgo que el congelado a diciembre del 2005 ya tenga fecha de vencimiento y habría, por razones de salud, que prescindir de él.



A río revuelto el Presidente de la DC declaró la muerte de la Concertación. Desconozco como funcionan los ritos cristianos previos a la muerte. Pero si alguien lleva un cura a la pieza de un enfermo de gripe para que le practique la extremaunción, al menos como parte de la familia, me siento preocupado, especialmente cuando con un antigripal, cama y limón con miel puede superarse la enfermedad, parece que dar o pedir la extremaunción a un enfermo común no atañe realmente a su salud, sino que expone algo de ansiedad por el testamento del enfermo.



La concertación es más que la voluntad de los chicos que se reúnen de vez en cuando en La Moneda o en la sede de alguno de los partidos que la componen y por cierto es más que aquellos Honorables que se declaran independientes de juicio de las políticas que ha diseñado el gobierno de la Concertación para hacer frente a las expectativas que hemos generado en 12 años de gobierno. Honorables que resultaron electos, digámoslo con todas sus letras, luego de una ardua lucha para obtener un cupo en la lista de la Concertación y que fuera de ella no estarían ni de visita por Valparaíso.



Hablamos de una alianza estratégica que ha gobernando este país durante la última década, que ha producido una transformación del Chile del pinochetismo al Chile de la dignidad de la persona humana. Nadie podrá desconocer que hoy en educación, vivienda y salud se gasta más de lo que se gastaba en los ochenta, por cierto, queda bastante por hacer y cualquier lectura debe estar lejos del análisis mediocre de la autocomplacencia que engorda el alma, el cuerpo y los bolsillos.



Lo que trato de decir es que la Concertación, no la del inhabilitado, el congelado y el que da la extremaunción, ni la del que se apropia o distrae fondos, sino la de millones de chilenos y chilenas que desean un futuro más justo y solidario para sus hijos, exige que inhabilitados, congelados, agoreros y otros especimenes de la fauna política se den un tiempo para reflexionar, congelarse o irse de pesca, y de paso, den cabida a la generación de recambio, que puede enfrentar mejor un resfrío como el que hoy tenemos como alianza y que padeceremos muchas veces en nuestras vidas. Para ello, guardar algo de cama y limón con miel.



(*) Abogado, Master en Derechos Fundamentales de la Universidad Carlos III de Madrid. Especialista en Derecho Privado de la Univesidad de Chile.



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  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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