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Michelle Bachelet y la bendición del recuerdo

Pero, ay de la humanidad si la memoria queda reservada a los muertos. Pues si olvidamos, la injusticia vencerá y estaremos condenados una y otra vez a ser conducidos al mismo infierno. Al de los campos de concentración o Â… a Villa Grimaldi, Tres Alamos, Isla Quiriquina, la Academia de Guerra de la Fach o Isla Dawson. Por eso quiero agradecer a «Que Pasa» y «El Cuerpo de Reportajes de El Mercurio» por sus reportajes acerca de Michelle Bachelet.


No es cosa fácil ir al cine a ver «El pianista» o leer El Cuerpo de Reportajes de El Mercurio. Roman Polansky retrata los horrores sufridos por el pueblo judío en Varsovia. Han pasado cincuenta años desde el 16 de mayo de 1943 en que el ghetto dijo «no más», se sublevó y fue martirizado.



Desagrada ver en el cine niños muertos a palos o ancianos volviéndose locos de dolor. Tendemos a cerrar los ojos o dirigir la vista a otra parte. Esos gestos nos recuerdan que hay algo muy profundo de la condición humana: muchas veces queremos olvidar. Preferiríamos no ser el pueblo ciudadano, sino que simples sujetos pasivos de la vida que van al cine a entretenerse, y nada más. Con las preocupaciones diarias basta. No queremos cargar con más cruces.



Eli Wiesel recuerda una escena de una novela que le obsesiona. En un bosque, en algún lugar de Europa Oriental, un oficial de la SS ejecuta una masacre de judíos. Muertos todos, un estudiante aún vive. El SS dispara, pero el estudiante no cae; le dispara nuevamente, pero el estudiante aún no muere. El SS le dice: «¿Por qué no te mueres?». Y el estudiante responde «Porque soy el último». Entonces el oficial le dice «Eres un loco. Un día me vas a maldecir por haberte dejado con vida. Crees estar en posesión de la verdad, pero es la verdad de un loco. Podrás hablar, contar a la gente lo ocurrido, pero ellos se encogerán de hombros».



El Oficial SS tiene razón. La gente no quiere recordar. Eso hace más fácil hacer del horror de los vencidos pozo de olvido. Nadie puede vivir con las cicatrices siempre abiertas. Nadie puede vivir recordando que sus padres fueron cremados vivos o que su pareja fue violada por un perro. Es vergonzante y se corre el riesgo de ser aislado como loco furioso, si constantemente anda contando su historia.



Más filosóficamente, «Hacer lugar a lo nuevo» dirá Nietzsche. Y la sabiduría judía nos recuerda que la mujer de Lot, por mirar hacia atrás, se convirtió en sal.



Pero, ay de la humanidad si la memoria queda reservada a los muertos. Pues si olvidamos, la injusticia vencerá y estaremos condenados una y otra vez a ser conducidos al mismo infierno. Al de los campos de concentración o Â… a Villa Grimaldi, Tres Alamos, Isla Quiriquina, la Academia de Guerra de la Fach o Isla Dawson.



Por eso quiero agradecer a «Qué Pasa» y «El Cuerpo de Reportajes de El Mercurio» por sus reportajes acerca de Michelle Bachelet. Ellos investigaron «acuciosamente sus contactos» con el Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Esa investigación incluye dos páginas de presentación de un ex-frentista. Ä„Ä„En El Mercurio!!



Agradecer porque nos han obligado a conocer más a Michelle Bachelet. Su padre, aviador, torturado, prisionero y muerto en la cárcel. Ella y su madre detenidas, torturadas y exiliadas. La respuesta de Michelle: orgullo por ser hija de un militar constitucionalista. Y decisión de militar en el Partido Socialista.



El Mercurio indaga. Michelle Bachelet fue pareja de un ex frentista. No menciono su nombre, porque me imagino que rehizo su vida y a nadie le gusta, por amor a sus familiares, que anden ventilando así su vida personal.



Luego, otro descubrimiento, la Dra. Bachelet trabajó en el «Programa de Protección de la Infancia Dañada por Estados de Excepción». Atendía como pediatra a hijos de ejecutados políticos, exiliados, presos políticos, detenidos desaparecidos y frentistas. Otra actitud criminal. La conclusión es obvia: Ä„Ä„ hay pruebas más que suficientes para concluir que ella tuvo contactos por el Frente Patriótico!! El Senador Arancibia se escandaliza, el Senador designado Cordero habla de «sus» muertos y Longueira exige aclaraciones.



Agradezco a Qué Pasa y El Mercurio nos hayan obligado a conocer más a tan bella mujer. Me decían unos contertulios que dan ganas de decir «Sí. ¿Y qué?» A Michelle Bachelet hay que sólo darle gracias por su enorme aporte a la reconciliación nacional y nada más. Sólo toma un minuto ponerse en el lugar de ella y pensar en todo el odio, resentimiento o depresión destructora que anidaría en nosotros sin estuviésemos en el lugar de ella. Y, sin embargo, una sonrisa, un apretón de manos y a pensar en el futuro. A partir de las heridas cerradas, pero recordadas y veneradas, del pasado.



Gracias a Qué Pasa y El Mercurio, una vez más salta la necesidad de tener medios independientes, como El Mostrador.cl. Invito a suscribirse a él y resistir los embates mercuriales de estas semanas contra Michelle Bachelet y contra el pluralismo en la prensa.



Gracias a Qué Pasa y El Mercurio invito a recordar los treinta años de Villa Grimaldi, Tejas Verdes, Estadio Nacional, Isla Quiriquina, Buque Escuela Esmeralda y la Academia de Guerra de la Fach. Pero lo hago no pensando en «juntar odio», sino que amor y esperanza.



Amor y esperanza que se esconden detrás de una sonrisa de mujer.





(*)Director Ejecutivo Centro de Estudios para el Desarrollo, CED.



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