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Injusticia consumada

ha quedado muy claro el talento del Presidente de la República, de su gobierno y de la mayoría de los parlamentarios de la Concertación, para desarrollar una particular retórica comunicacional, que por debajo del mensaje de sensibilidad social, esconde la más burda y dañina de las demagogias.


Por tercera vez consecutiva me veo en la obligación de referirme en esta columna al alza de impuestos, un tema que cada día compromete más severamente la credibilidad y la capacidad de gobernar de la Concertación.



La confusión de hechos, argumentos y reacciones que se ha ido tejiendo alrededor de la propuesta original, ha terminado por confirmar la poca transparencia con la que el Presidente Lagos ha justificado ante los chilenos, la enésima alza de impuestos a que nos somete un gobierno de la Concertación; y avala el categórico rechazo de la Alianza por Chile.



El último descubrimiento fue develado esta semana por el director de Presupuesto, Mario Marcel, a los parlamentarios de la Comisión Mixta de Hacienda: Codelco entregará 161 mil millones de pesos menos al fisco, en virtud de la decisión adoptada a fines del año pasado, de congelar la venta de 200 mil toneladas del metal, para establecer un stock estabilizador que aumente su precio en los mercados internacionales.



De manera que, en este escenario de confusión e incertidumbre, ha llegado la hora de que el gobierno enfrente con la verdad a los chilenos y aclare, de una vez por todas, cuál será efectivamente el destino de los recursos que se recaudarán por el aumento de impuestos ¿El enorme déficit fiscal que ha originado la decisión de Codelco? ¿El financiamiento de los programas estrella del Presidente Lagos? ¿El déficit generado por los TLC, de acuerdo a la explicación original del ministro de Hacienda? O, en definitiva, ¿devolverle al Estado parte del los millonarios recursos que se han perdido entre irregularidades, corrupción y mala administración?



Asimismo, sería interesante que la Concertación aprovechara de explicarnos cómo una propuesta puede ser, al mismo tiempo, beneficiosa para el país y provocar, sin embargo, uno de los más agresivos enfrentamientos entre los partidos oficialistas y el gobierno. Tanto así que los parlamentarios democratacristianos, en ambas Cámaras, incluido el senador vitalicio y ex Presidente Frei, optaron por desbaratar los planes de La Moneda y, desobedeciendo sus órdenes, rechazaron parte importante del proyecto. Si la idea reportara tantas ventajas, como se nos quiere hacer creer, no veo cuál es entonces la razón para que la DC se rebelara, dejando a los ministros Eyzaguirre y Vidal (transformados desde hace un mes en verdaderos agentes de lobby), en una bochornosa posición.



Tampoco se nos ha respondido ni a la Concertación, ni menos a la Alianza por Chile, qué programas sociales se pretenden financiar con el alza de impuestos. A estas alturas estamos confundidos; el AUGE ya se ha convertido en una verdadera chacota (con el debido respeto que merecen sus pacientes futuros beneficiarios); nadie sabe cuánto cuesta, qué cobertura tiene, cuándo entrará en vigencia.



Respecto de Chile Solidario las cosas aún no están muy claras, las expectativas que ha generado el Presidente Lagos entre las familias más pobres son desproporcionadas con respecto a la efectividad real del programa; y tenemos fundadas razones para sospechar que, más que una iniciativa destinada a derrotar la pobreza, lo que se pretende es articular una red de mil 500 operadores proselitistas, que ya funcionan en todo el país disfrazados de «apoyos familiares». Esto, no obstante haber concurrido con nuestro apoyo en el Congreso, para ambos proyectos.



En cuanto al efecto económico y social que tendrá para el país el aumento de tributos, hasta la fecha el gobierno ha sido incapaz de entregarnos ni un solo argumento sólido, para demostrarnos que el IVA no es un impuesto regresivo, que afecta sobre todo a la clase media y a los más pobres; y que restringirá considerablemente las escasas posibilidades de reactivación.



El recorte de 300 millones de dólares que se ha dispuesto para el presupuesto del 2004, a consecuencia del error de cálculo de Codelco al que nos acabamos de referir, comprueba que el alza era innecesaria y que lo mismo pudo haberse hecho para financiar el AUGE y Chile Solidario.



Eso sí, debo reconocer con franqueza que, al menos, ha quedado muy claro el talento del Presidente de la República, de su gobierno y de la mayoría de los parlamentarios de la Concertación, para desarrollar una particular retórica comunicacional, que por debajo del mensaje de sensibilidad social, esconde la más burda y dañina de las demagogias.



Escriba al correo personal del diputado Patricio Melero



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