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El nunca más de la Unidad Popular


Vivimos el año de los emblemas. Los «30 años», los homenajes póstumos, las confesiones inéditas, las propuestas en materia de derechos humanos; y el análisis colectivo, en un tono más reposado, del antes y el después del 11 de Septiembre de 1973.



Se ha generado así una particular atmósfera nacional; una combinación entre la voluntad expresa de todas las fuerzas políticas, en pro de la reconciliación y la búsqueda de reparaciones; la prudencia de gobierno y oposición para enfrentar materias sensibles y complejas; las reconstituciones de escena televisivas, todas con inevitables sesgos interpretativos; y el sello nostálgico que comienza a rodear la conmemoración de una fecha, que simboliza el más trascendental momento histórico de Chile en el Siglo XX.



Pero el 2003 se ha convertido, sobre todo, en el año del Nunca Más. Constituye entonces, el momento más preciso para que, con responsabilidad, respeto y sinceridad, y tal como hemos asumido la tarea de reconstruir nuestra convivencia, sin renunciar ni a la memoria, ni a la verdad, nos sumemos todos a esa promesa, para que en Chile, un gobierno elegido democráticamente, como fue el de Salvador Allende en la Unidad Popular … NUNCA MAS se arrogue derechos que el pueblo no le ha delegado y viole permanentemente la Constitución, atropellando las atribuciones de los demás Poderes del Estado, con el propósito de destruir el patrimonio cultural y moral de la nación y negar toda posibilidad de vida democrática.



NUNCA MAS quebrante el principio de igualdad ante la ley, mediante discriminaciones sectarias y odiosas, negándose a proteger la integridad, los derechos y los bienes de todos los habitantes de la República; y burle la acción de la justicia, para encubrir a delincuentes que pertenecen a sus partidos y grupos afines.



NUNCA MAS permita que la inflación alcance el 323% en un año; la moneda nacional se devalúe en 12.000%; desciendan los índices de productividad industrial en más de un 7%, de la agricultura en 23%, de la minería en un 30%; generando el desabastecimiento general de los productos más básicos y necesarios para la subsistencia nacional y amenazando al país con la quiebra total.



NUNCA MAS atente contra la libertad de expresión, ejerciendo presiones contra los medios de comunicación que no son incondicionales del Gobierno; clausure ilegalmente diarios y radios, encarcele a periodistas, pretenda adquirir el monopolio del papel de imprenta; y convierta al Canal Nacional de Televisión en instrumento de propaganda sectaria y de difamación de los adversarios políticos.



NUNCA MAS amenace la libertad de educación, a través de un Decreto de Democratización de la Enseñanza, aplicando un plan educacional que persiga como finalidad la concientización marxista.



NUNCA MAS estimule y proteja a organismos destinados a crear el Poder Popular, que ejerzan una autoridad que ni la Constitución ni la ley les otorgan: Comandos Comunales, Consejos Campesinos, Comités de Vigilancia, JAP.



NUNCA MAS viole sistemáticamente el derecho a propiedad, permitiendo más de 1.500 tomas ilegales de predios agrícolas; y promoviendo centenares de tomas de establecimientos industriales y comerciales, para luego requisarlos o intervenirlos ilegalmente y constituir así, por la vía del despojo, el área estatal de la economía.



NUNCA MAS acoja en el país a miles de representantes de la guerrilla y de los movimientos revolucionarios de América; y permita la instalación en territorio nacional de Escuelas de Guerrillas para el Adiestramiento Paramilitar.



NUNCA MAS lidere la organización de «Cordones Industriales», para rodear las ciudades en forma estratégica; y se disponga el racionamiento sobre la base de entes políticos, que empadronen a los habitantes para ejercer el control sobre la vida de la población.



NUNCA MAS utilice a las Fuerzas Armadas y al Cuerpo de Carabineros con fines partidistas, infiltrando políticamente sus cuadros; y convocando Soldados y Marineros a desobedecer a sus oficiales, incitándolos a sumarse al Movimiento de Izquierda Revolucionario y a sus tesis de la vía violenta e inmediata.



NUNCA MAS pretenda imponer un modelo de sociedad inspirado en el Marxismo Leninismo, quebrantando el orden constitucional y legal de la República; desconozca a los Tribunales de Justicia, y usurpe al Congreso la función de legislar. Todo, con el propósito confeso de provocar transformaciones profundas e irreversibles en la estructura política, social y económica del país.





Escriba al correo personal del diputado Patricio Melero



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  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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