El pasado fin de semana la Novena Región hizo un valioso aporte a la necesidad de un desarrollo armónico que beneficie a todos y de paso, le entregó al gobierno una estrategia para lograr el tan esquivo e incumplido crecimiento con equidad.
El fin de semana pasado ocurrió en la Novena Región un hecho inédito, de enorme relevancia y que tendrá, sin lugar a dudas, consecuencias positivas de todo orden en el desafío de levantar una de las zonas más deprimidas y que presenta los más bajos índices de competitividad del país. En un Hotel de la ciudad de Temuco se llevó a cabo el «Encuentro Empresarial de la Araucanía», que organizado por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), por el Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas (Icare) y la Corporación de Desarrollo Productivo (Corparaucania), contó con la asistencia de los más importantes dirigentes y más de 600 empresarios.
La importancia de este encuentro radica en dos elementos que vale la pena destacar y que son indispensables para lograr un desarrollo armónico de las actividades productivas y de nuestras regiones. El primero, es que se realiza en un momento en que los analistas coinciden en que existen síntomas de reactivación más sistemáticos y alentadores y en que las predicciones de crecimiento van de menos a más, y el segundo, es que se organiza en la Araucanía, que resulta ser la región que exhibe, en importantes indicadores, los peores índices del país; la más baja inversión extranjera, una inversión pública por habitante un 23% más baja que el promedio nacional, exportaciones que no superan el 0,2% del total del país, un muy bajo aporte al PIB nacional, entre otros.
Los asomos de una verdadera reactivación, más allá de la influencia que puedan tener ciertas señales internacionales, claramente obedecen a la Agenda Pro Crecimiento acordada entre empresarios y gobierno, que presenta un avance superior al 50%, con otras medidas en proceso legislativo y en que el tema pendiente más importante es el de adaptabilidad laboral. El éxito, debe consistir en extender sus efectos a todas las regiones y actividades económicas del país.
Que este encuentro empresarial se realice en la Araucanía, no solo constituye una potente señal de compromiso de los empresarios y sus dirigentes con una región que en muchos aspectos se encuentra a la zaga de las demás, sino que permitirá, como quedó concordado, construir en un plazo breve la «Agenda Productiva Araucanía». Este trabajo, que naturalmente debe contar con el compromiso del Gobierno y los líderes empresariales y al que se deberá hacer periódicamente un control de avance y cumplimiento, hará posible resolver problemas y asumir desafíos de carácter local que la Agenda Pro Crecimiento no necesariamente aborda. Advertida esta falencia, reuniones de este tipo deberían organizarse en otras regiones de Chile que también presentan problemas estructurales propios, de los que hacerse cargo.
El «Encuentro Empresarial de la Araucanía» dejó en evidencia que para aprovechar la promisoria reactivación y los desafíos de los tratados suscritos con las principales potencias, es necesario fortalecer una acción coordinada y sistemática de los sectores público y privado, en especial, en sectores de la economía y zonas del país que no están en las mejores condiciones de competitividad. Abrir sin complejos más espacios al sector privado y el Estado cumpliendo con eficiencia su rol subsidiario y apoyando directamente a los que por su condición económica y social los beneficios del crecimiento no los alcanzan, generará mayor crecimiento económico y mejor calidad de vida. Esta parece ser la forma de resolver la falsa disyuntiva de que la pobreza se derrota, solo con más asistencialismo del Estado o únicamente con crecimiento económico.
El pasado fin de semana la Novena Región hizo un valioso aporte a la necesidad de un desarrollo armónico que beneficie a todos y de paso, le entregó al gobierno una estrategia para lograr el tan esquivo e incumplido crecimiento con equidad.
el autor es diputado de RN por el Distrito 49, IX Región.
