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Política nacional de biotecnología


El 18 de Noviembre del 2003, el Presidente de la República inauguró oficialmente la Política Nacional de Biotecnología, cuyo propósito es desplegar nuevas ventajas competitivas e incrementar la calidad de vida de los chilenos, al mismo tiempo que velar por la protección de la salud humana y la sustentabilidad ambiental. Su principal aplicación es en los sectores productivos basados en recursos naturales -que representan el 75% de nuestras exportaciones-, pero también tiene uso en biomedicina, bioremediación y otras aplicaciones industriales.



El documento completo de la política en Biotecnología puede encontrarse en el portal www.economía.cl, pero en este artículo quisiera destacar 4 iniciativas que en mi opinión son emblemáticas.



La primera de ellas se refiere a la promoción de la Investigación y Desarrollo (I+D), iniciativa horizontal que va más allá de la biotecnología. Como es sabido, el gasto en I+D como porcentaje del PIB de Chile está muy por detrás de las magnitudes alcanzadas en países desarrollados. Lo mismo ocurre con la participación privada en el gasto de I+D. Nos proponemos superar esta situación.

Para que Chile dé un salto en el esfuerzo de construir una economía más basada en el conocimiento, hay que explorar nuevos caminos para hacer más atractiva la I+D -especialmente en el ámbito privado-, lo que generará nuevas fuentes de financiamiento para el desarrollo científico y tecnológico orientado hacia la innovación. Por ello es que el Ministerio de Hacienda coordinará una comisión, integrada por expertos de los sectores público, privado y de universidades, que evaluará distintas alternativas de amplio espectro para potenciar la I+D en empresas, sin descartar la introducción de nuevos instrumentos, incluso mecanismos tributarios, respetando el principio de la neutralidad fiscal. Esta comisión se constituirá próximamente.



La segunda iniciativa es el fomento de consorcios empresariales biotecnológicos, entendido éste como mecanismo que fortalecerá la demanda, permitirá una mayor coordinación de empresas con universidades, asegurará una mayor pertinencia del financiamiento público y, además, facilitará la atracción de inversiones extranjeras en biotecnología y el desarrollo de alianzas estratégicas



En tercer lugar, se fomentará la protección de la propiedad intelectual de los resultados de la I+D en biotecnología y en otras áreas tecnológicas, lo que resulta indispensable para dar valor económico a las invenciones y creaciones, favoreciendo así el acceso a nuevas fuentes de financiamiento, así como a la formación de alianzas estratégicas para nuevos negocios y emprendimientos.



Se promoverá que el patentamiento de invenciones se constituya en un antecedente adicional para la carrera académica de los investigadores, quienes también recibirán formación en gestión de negocios y en propiedad intelectual. No menos importante será el fomento de empresas de transferencia tecnológica, especializadas en prestar servicios de tramitación de propiedad intelectual y de gestión de negocios en biotecnología y otras nuevas tecnologías.



En cuarto lugar, Chile deberá desarrollar un marco regulatorio completo y coherente para la biotecnología, que tiene como objetivo central garantizar la bioseguridad, esto es una adecuada protección a la salud y seguridad de la población, respetando la dignidad del ser humano y protegiendo el medio ambiente. Nuestra intención es que este marco regulatorio sea simple, predecible y no burocrático, facilitando el desarrollo de actividades y negocios vinculados a la biotecnología, y asegurando el derecho a la información y participación de consumidores y ciudadanos.



El gobierno presentará al Congreso en mayo del 2004, un proyecto de Ley Marco para la Biotecnología con los principios orientadores y normativas que aseguren coherencia regulatoria en los ámbitos de salud humana y animal, protección del medio ambiente, coexistencia de cultivos con diversas tecnologías, información al consumidor, así como también el fortalecimiento de las capacidades de fiscalización de las instituciones responsables. El Proyecto de Ley Marco será complementario a la legislación ya existente o en desarrollo y fortalecerá el rol de las instituciones públicas que tienen atribuciones legales en materias biotecnológicas, tales como el Ministerio de Salud, el Ministerio de Agricultura y la CONAMA.



Al mismo tiempo, y para promover la participación ciudadana, se conformará el Foro Biotecnológico, como instancia consultiva permanente, que promoverá un debate público sobre los desafíos de la biotecnología y la bioseguridad en Chile. Aspiramos a que sea un organismo de carácter independiente e imparcial, refrendado por la Ley Marco de la Biotecnología, lo que garantizará su convocatoria y credibilidad. En materias regulatorias, el Foro deberá ser consultado antes de promulgar nuevas normas relacionadas con biotecnología.



Concluyendo: dado el extraordinario potencial de la biotecnología para el crecimiento y el bienestar, estamos dando un poderoso impulso a la I+D y la innovación empresarial, al mismo tiempo que impulsamos reglas del juego claras que aseguren una gestión adecuada de los riesgos, protegiendo la salud humana y el medio ambiente. Con ello estamos abriendo nuevas oportunidades para un desarrollo sustentable con más equidad.





Subsecretario de Economía.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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