Publicidad

La Pasión de Cristo


Concordarán conmigo con tres afirmaciones básicas que quisiera
exponer, con el fin de dar mi opinión respecto a la película La Pasión de Cristo.



La primera aseveración es que en este mundo globalizado, desdichadamente, se han incrementado considerablemente las odiosidades, se han agudizado algunas intolerancias y discriminaciones y se han encubado nuevos prejuicios y estereotipos. Ejemplos hay muchos.



La segunda constatación es que en el mundo mediático en que vivimos, los medios masivos, entre ellos el cine, tienen alcances insospechados y su influencia es muy penetrante. Contribuyen enormemente en las creencias, actitudes y comportamientos de las personas. Por último, afirmamos que todos debiéramos estar unidos, también el cine, no sólo en la lucha contra el terrorismo, sino que igualmente juntos en la construcción de un mundo más tolerante, en donde las odiosidades sean erradicadas de nuestra convivencia.



En mi calidad de judío, educador en derechos humanos y miembro integrante de la Fundación IDEAS, institución que ha hecho de la lucha contra las intolerancias y las discriminaciones su motivo de existencia, deseo señalar que si La Pasión de Cristo, revive y refuerza sentimientos antisemitas, de odio y hostilidad contra los judíos -animosidad que fue superada con el Concilio Vaticano II-, no está contribuyendo para nada a lograr el cometido de crear un mundo más fraterno.



Mañana serán películas tendientes a exacerbar odios contra los musulmanes, contra los homosexuales, los discapacitados, las mujeres, y otros grupos que por generaciones han sido objeto de discriminaciones que han desembocado en exclusiones, marginaciones, persecuciones y humillaciones que tanto perjuicio y daño le han hecho a la humanidad. El pueblo judío es testigo histórico de estas ignominias.



Es mi propósito, entonces, llamar a la conciencia de los medios masivos, entre ellos al cine, para que se sumen a la campaña de crear un mundo basado en la hospitalidad y la acogida de todos, sin discriminaciones de ninguna naturaleza. Los medios, a mi parecer, tienen una responsabilidad social que deben asumir. No todo puede ser el beneficio económico, la publicidad, el rating y la fama. Hay un compromiso-ético social del cual tienen que hacerse cargo.



Queremos, también, apelar a la conciencia de los espectadores que vean La Pasión de Cristo, que lo hagan con altura de miras y con una perspectiva humanista en la que se excluyan las odiosidades, la intolerancias y las discriminaciones.



*Abraham Magendzo es miembro integrante de la Fundación Ideas
y coordinador de la cátedra Unesco de Educación en Derechos Humanos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias