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Perspectivas empresariales de Leo Voigt


Temas tan relevantes como la relación entre sociedad civil y ámbito empresarial no deben ser discutidos a puerta cerrada en La Moneda. El gobierno cae en un grave error, toda vez que niega a la sociedad civil su experiencia y capacidad propositiva.



La Ley de Donaciones constituye un claro ejemplo, o ¿será que nos estamos acostumbrando a aprobar malas leyes con el pretexto de que al menos el tema quedó instalado? Todos pierden cuando los saberes y la experiencia que proviene del mundo social y que se cruza con la del empresariado -atendiendo al debate de la responsabilidad social empresarial-, se discute entre cuatro paredes.



En esta línea y con el objeto de aportar experiencias del ámbito empresarial me parece interesante la perspectiva del empresario brasileño Leo Voigt -presidente de Gife, Grupo de Institutos, Fundaciones y Empresas-, líder sudamericano en la creación de organizaciones privadas que financian o ejecutan proyectos sociales, ambientales y culturales de interés público. La responsabilidad social empresarial -tema de debate en Chile por estos días- es un asunto que Voigt asumió con fuerza en los años 90.



Gife abrió el diálogo y impulsó la acción entre mundo empresarial y sociedad civil, como un proyecto viable y sustentable a largo plazo, incorporando al mundo social en proyectos empresariales de alto alcance que cumplan las expectativas de la población. Desde su paradigma, la empresa debe entregar excelencia en recursos humanos, excelencia tecnológica y en gestión a la ciudadanía.

El camino recorrido por este sector empresarial del Brasil nos muestra que la acción privada en asuntos de interés público no se debe plantear en términos filantrópicos. Leo Voigt señala que las empresas vinculadas a Gife, en Brasil, «ya no quieren donar». Máss bien aspiran a invertir recursos en proyectos sociales donde el sector privado y la ciudadanía participen de igual a igual. Un enfoque que apela al compromiso de la empresa en modificar aquellos factores que generan las inequidades que, vía proyectos sociales y en virtud de la Responsabilidad Social Empresarial, están asumiendo en conjunto con la sociedad civil.



Por tanto, el liderazgo de una empresa está en generar iniciativas que provoquen impacto en las políticas públicas y no en una mera relación fantasmagórica entre sector privado y sociedad civil (publicitada, por ejemplo, en grandes cicletadas donde hasta las huellas del barro llevan el logo de la empresa).



Sobre esto, la conciencia de responsabilidad social empresarial de Voigt está dentro de un código ético que establece que una empresa que entra al servicio público, con una estrategia de marketing, no sirve. Este sector tiene que comprender que el compromiso es con la sociedad.

Voigt y el conglomerado Gife que preside, vienen a ser un buen ejemplo en el debate sobre la responsabilidad social empresarial, una experiencia real y no solo discursiva para que la sociedad civil deje de ser simple demandante de donaciones privadas y concrete con sus ideas -exigiendo ética y compromiso empresarial-proyectos que le permitan doblarle la mano a la pobreza y acotar la brecha social entre un empresariado magnánimo y una sociedad civil trémula, tratando de superar el desvarío de la mera filantropía.

Ello siempre y cuando el gobierno abra las puertas de palacio a un mundo social que tiene mucho más que decir, y que escuchar sobre Ley de Donaciones y tanto otros temas que siguen discutiéndose a puerta cerrada.



*Vicky Quevedo es directora de Foro Ciudadano(vicky@forociudadano.cl).


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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