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La tercera es la vencida


Cuando las iniciativas son buenas, reciben apoyo desde distintos sectores.



Es lo que ocurrió con la idea del abanderado presidencial de la Alianza por Chile, Joaquín Lavín, quien dio a conocer un proyecto destinado a combatir la delincuencia, denominado «la tercera es la vencida», el cual tuvo elogiosos comentarios incluso de sectores de la Concertación, como de algunos dirigentes del PPD.



En su iniciativa, Lavín propuso realizar modificaciones legales que consisten en agravar progresivamente las penas, en caso de sucesivas reincidencias y en establecer limitaciones a la libertad provisional de delincuentes peligrosos o reincidentes.
La primera de las iniciativas busca revertir el hecho de que el 60% de la población penal del país corresponde a reincidentes. Para ello, el proyecto de ley agrava las penas y limita los beneficios carcelarios para estos delincuentes, respecto de los delitos de secuestro de personas, robos, hurtos y violación.



De acuerdo a sus disposiciones, la primera vez que una persona cometa un delito se le aplicará la pena actualmente vigente en el Código Penal, pero la segunda vez no tendrá derecho a las atenuantes de irreprochable conducta anterior y la de haber reparado con celo el mal causado, en las cuales los delincuentes habituales intentan asilarse para disminuir su pena, y el juez no podrá aplicar el mínimo de la pena. Para la tercera vez («la tercera es la vencida»), la pena que recibirá tendrá como piso la aplicada en la segunda oportunidad, pudiendo aún ser aumentada hasta en dos grados.



Junto a lo anterior, el proyecto limita el beneficio de la reclusión nocturna, suprimiendo la posibilidad que actualmente gozan los delincuentes que han sido condenados, incluso varias veces, pero a un total de condenas no superior a dos años. Asimismo, aumenta las penas para los que delinquen en grupo o pandilla, cuando no se pueda probar que formaron una asociación ilícita.



La segunda de las iniciativas, aunque menos publicitada, está destinada a producir efectos más inmediatos en la vida diaria, pues consiste en una reforma constitucional que permitirá establecer ciertos casos, en que por la gravedad del delito o por la peligrosidad o reincidencia del delincuente, no procederá la libertad provisional, debido a que esas conductas constituyen un peligro para la seguridad de la ciudadanía.



Este reforma, recogida por senadores de la Alianza, en todo caso, procura conciliar el derecho que tienen los ciudadanos a vivir y desarrollar sus actividades diarias sin miedo a ser víctima de un delito, con la garantía que se reconoce a las personas procesadas para permanecer en libertad, mientras no se dicte sentencia condenatoria en su contra, que se vincula con la presunción de inocencia del procesado.



«La tercera es la vencida» es sólo una de las iniciativas de la Alianza para terminar con el clima de inseguridad que se vive en todo el país, que permitirá privilegiar los derechos de las personas víctimas de los delincuentes por sobre los derechos de los victimarios, como ha venido sucediendo últimamente. Su proposición corresponde a la auténtica inquietud que existe en el líder de la Alianza por Chile, y en todos quienes conformamos este conglomerado opositor, por solucionar de verdad los problemas reales que afectan a la población.





*Sergio Romero Pizarro es senador.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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