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Escasos cambios para el futuro de las energías renovables


Poco decidora ha resultado ser la «nueva política energética» anunciada por el gobierno en días pasados para avanzar hacia la seguridad energética concretando el uso de las energías renovables; pero al menos incorporo factores de riesgo para el sector, lo que es también fundamental para dicha seguridad.



El paquete de seis medidas anunciadas por el gobierno, fue principalmente en la línea de otorgar mayor seguridad al sistema eléctrico, sin incrementar mayormente los costos de la energía. Este, que sin duda era el principal desafío al cual debía responder el gobierno después de la reciente crisis. Ello se resolvió con una medida correcta, la cual debió aplicarse hace mucho tiempo: incorporar el factor riesgo en el pago por potencia a firme y desincentivar a aquellos que no tienen respaldo de suministro.

Así el Ejecutivo optó por dar señales directas a los inversionistas para que sus centrales cuenten con respaldos, desincentivando las centrales a gas que tienen problemas para operar sin ese suministro. Esto sin duda generará algunos cambios en la matriz energética.

Pero, contrario a lo que se especulaba, no se concretó una reingeniería mayor, y las energías renovables y limpias solo tuvieron una sutil mención en los anuncios.

Aunque su sola mención, es sin duda un paso adelante en el poco innovador escenario energético nacional -al menos ahora existen en el discurso de la autoridad energética- los compromisos son poco concretos. Se anunció el inicio de la exploración geotérmica, e incentivos financieros para proyectos de energías renovables, con recursos que se asignarán en la próxima Ley de Presupuestos. Pero como no se comprometieron montos ni fechas, el anuncio resulta volátil, especialmente porque el próximo año también es electoral.



¿Más de lo mismo?
Lo que si es palpable en la «nueva política energética» es la estrategia de expansión internacional que está llevando a cabo ENAP, para explorar en Medio Oriente y refinar en países vecinos. Su filial internacional Sipetrol invertirá este año en la exploración y explotación de nuevos yacimientos de petróleo en Libia, para luego seguir en la búsqueda de nuevos yacimientos, en Irán, Yemen y Egipto. Adicionalmente, se expandirá a Perú, incluyendo actividades de refinación, a través de la compra o asociación con Shell en dicho país.

Asimismo, empresas como Innergy seguirán adelante con la construcción de centrales a gas proveniente de Argentina, tales como la Central Campanario en la VII región, la que pretende entrar en operaciones en el 2007. Estas centrales, para enfrentar los cambios que incorporan en los precios el factor de riesgo, usarán como táctica ampliar la especificación de sus estudios de impacto ambiental, para poder operar también con petróleo diesel, en caso de nueva escasez de gas.

Lo que no cambió nada con respecto a los anuncios gubernamentales, es la actitud de las empresas dueñas del sector energético en Chile, las que esperaban cambios mayores, pero no en el área de la diversificación, sino en la liberalización de los precios y el alza de las tarifas.



El otro gran tema
Sin duda, una gran interrogante, en los anuncios del gobierno es el camino que va a seguir la geotermia en nuestro país. Aunque el ministro Rodríguez dijo tener claro que este tipo de energía es una de las riquezas más abundantes del país, y que Economía, Hacienda y ENAP, iniciarían en el corto plazo tres áreas de exploración geotérmica dentro de nuestras fronteras- probablemente en Calabozo, en la VII región.



Lo concreto es que aún no esta claro cuándo se harán efectivas estas exploraciones; cuántos serán los fondos que destinará Hacienda; y a partir de que fecha estarán disponibles. Tampoco existe seguridad de que la ENAP cuente ya con socios inversionistas, verdaderamente interesados en llevar a cabo las exploraciones, y concretar así proyectos.

Lo que enfrenta hoy el país es un desafió de diversificación de las fuentes para un abastecimiento mÁs limpio y mÁs seguro. Ello puede facilitarse con la introducción de factores de riesgo en los costos de generación, pero también enfrenta un desafío de diversificación de actores, para avanzar hacia una política energética más estable, mas democrática, más diversa y con mayor capacidad de negociación para el Estado.

Enfrentar la crisis energética que vivimos y los desafíos ambientales y de desarrollo energético que nos esperan, requieren una franca voluntad política del gobierno, para mirar hacia los recursos energéticos que el país tiene, y fomentar su utilización, incorporando a las regiones, y a nuevos actores al desarrollo energético nacional.

Si dicha voluntad política no se concreta, estimado ministro Rodríguez, con mecanismos concretos, montos precisos y fechas claras, el uso de nuestros recursos energéticos renovables seguirán marginados en el uso de pequeños proyectos asociados a zonas aisladas en el sector rural.

Estas soluciones siguen siendo necesarias para responder a los desafíos de equidad en el acceso a la energía por parte de todos los chilenos. Pero junto a ello enfrentamos el desafío es introducir las energías renovables a la matriz energética en forma significativa para lograr mayor independencia, estabilidad y limpieza en el sector energético. Aunque ello no es posible sin un rol protagónico del Estado.

Esperamos que las lecciones de la crisis energética, los problemas ambientales y de equidad que enfrenta el sector y los desafíos de independencia, estabilidad y sustentabilidad energética, apuren al gobierno del Presidente Lagos en concretar estas innovaciones necesarias, antes que lo pille el fin ya próximo de su mandato.




Sara Larraín es directora del Programa Chile Sustentable



  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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