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Universidades Públicas: renovación curricular, flexibilidad y convergencia

La renovación curricular en nuestras Universidades Públicas debe apuntar entonces hacia una mayor flexibilidad de los respectivos programas de formación profesional, con una estructura modulada posible de realizar en menores tiempos y con asignaturas que puedan ser transferibles, permitiendo con ello la convergencia entre instituciones nacionales e internacionales y facilitando así la movilidad, entre ellas, de los estudiantes y profesionales egresados.


En las Universidades Públicas, aquellas que integran el Consejo de Rectores, se está realizando un silencioso pero significativo esfuerzo -como suelen ser siempre los esfuerzos serios- por la renovación curricular de sus carreras, orientando el proceso de formación profesional y su modalidad organizativa hacia una mayor armonía con las demandas que se implican para el desarrollo futuro del país.



Pero, además, un Chile actuando en una economía abierta, integrado y comprometido con la globalización, mediante tratados internacionales de libre comercio, de cultura, de defensa, de telecomunicaciones, de educación, de justicia, de medioambiente, etc., está obligado a una articulación adecuada con los otros países y debe, por lo tanto, realizar reformas que busquen un ajuste de su formación profesional, también, en armonía con ellos.



La renovación curricular en nuestras Universidades Públicas debe apuntar entonces hacia una mayor flexibilidad de los respectivos programas de formación profesional, con una estructura modulada posible de realizar en menores tiempos y con asignaturas que puedan ser transferibles, permitiendo con ello la convergencia entre instituciones nacionales e internacionales y facilitando así la movilidad, entre ellas, de los estudiantes y profesionales egresados.



Si se avanza en esa dirección, es evidente que se fortalecen notablemente tanto el potencial en la capacidad para formar a las personas en excelencia como la ampliación de las oportunidades de empleo en un mercado laboral globalizado.



Junto con lo anterior, la renovación curricular debe buscar que el estudiante sea el foco central en el proceso de enseñanza aprendizaje y que, a partir de un perfil de egresado validado al interior por las mismas instituciones y al exterior de ellas por parte de los empleadores y profesionales en ejercicio, se definan hacia atrás tanto las competencias necesarias como los conocimientos básicos, los generales y los instrumentales para alcanzar esas competencias que, a su vez, permitan cumplir con el perfil de egresado que se busca.



Por otra parte, este esfuerzo por la renovación curricular se articula bien con el ya implementado en relación con el aseguramiento de la calidad, a través de la acreditación de programas y de instituciones, asunto esencial para responder a la confianza pública interna e internacional.



Para tener un Chile que sea más CHILE para todos, es necesario que el Gobierno y la sociedad en su conjunto apoyen, decididamente, el esfuerzo por la renovación curricular que se está emprendiendo en nuestras Universidades Públicas.





Héctor Gaete es vicerrector académico de la Universidad del Bio-Bio

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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