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Dichos de Cheyre y rieles en una bahía


Las declaraciones que hizo durante el Día de las Glorias del Ejército su comandante en jefe, Sr. Cheyre, han generado diversas reacciones que van desde el silencio sonriente de la derecha hasta el enojo de dirigentes tanto del oficialismo como de la izquierda llamada extraparlamentaria. A las pocas horas o días se vieron opacadas por el descubrimiento de rieles en la bahía de Quintero, con los cuales habrían sido lanzados al mar algunos de los detenidos desaparecidos.



Obviamente es su papel el representar los intereses del Ejército, por cierto en el marco del respeto que se deben recíprocamente todas las instituciones. Lo malo es que las haya hecho sin consultar previamente a la autoridad política que por ley está por sobre su cargo y peor aún parece una especie de comprensión que quiso ejercer en las primeras horas su superior jerárquica, la ministra de Defensa. Las aludidas declaraciones fueron tan bien presentadas en los medios mayoritarios, que controla la misma derecha sonriente, que hasta podrían haber pasado por un justo rezongo de una institución republicana que se siente maltratada.



Pero escuchándolas se me vinieron a la cabeza algunas de las primeras lecciones de Lógica que recibimos en su tiempo quienes estudiábamos Filosofía y que se refería a los silogismos de esta ciencia del pensamiento. El más recurrente era «todos los hombres son mortales- Sócrates es hombre- luego Sócrates es mortal». De ahí en adelante seguían todos los temas relacionados con los sofistas y el alumno aprendía los mecanismos del pensamiento que parecen tan obvios a simple vista, pero que esconden en verdad la historia y la esencia misma del pensamiento humano. Esto de que «los políticos están en deuda con las FF.AA.» podríamos resumirlo en otro silogismo de enormes consecuencias y de un sofisticado cinismo. Podría ser mas o menos así: «Los políticos están en deuda con las FF.AA.- los políticos provienen de la sociedad civil- luego la sociedad civil está en deuda con las FF.AA.».



Para responder con un verso de Violeta Parra habría que decir «habráse visto insolencia, barbarie y alevosía?» , pues como citaba antes, a los pocos días u horas aparecieron los rieles de la muerte, lo que hace de tales pretensiones del jefe del Ejército, algo más que fantasioso y absurdo y, más grave aún, deja entrever una actitud de esa institución que parece sentirse algo distinto de la sociedad civil en que nace, vive y se desarrolla.



¿No estaremos ante una falta de coraje disfuncional a la esencia misma del soldado? ¿Y porqué no dice de cuáles políticos se trata? Que se quiere ocultar o proteger mediante esta generalización que pone en el mismo plano al que colaboró con la dictadura y al que fue torturado, perseguido, exiliado.



Todo esto se da, además, en medio de la polémica por las declaraciones que debe rendir ante la justicia ordinaria el ex dictador, que han sido dilatadas con meros ardides de gásfiteres jurídicos. En un tema que además compromete en serio la seguridad nacional, toda vez que se trató de la operación Cóndor que bajó las fronteras del país para perseguir connacionales quizá a cual precio.



Lamento en serio la conducta del Sr. Cheyre, pues había generado en algunos la secreta esperanza que las FF.AA. se habían civilizado; en ambos y todos los sentidos, pero estas maniobritas de baja monta demuestran que sigue muy fuerte la cooperación entre ellas y la derecha impune, la que se hizo rica sobre la base de la violación del Estado de Derecho.



Lo más malo es que habrá que seguir esperando, quizá por cuantos años, que la fractura entre pueblo y FF.AA se salde en términos correctos y de futuro. Y no por falta de coraje de la sociedad civil, aunque sus dirigentes políticos la hayan olvidado en este tema tan delicado, o la usen tanto para lograr los consensos que les impone la dictadura librecambista.


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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