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Mejoramiento ambiental y falta de compromiso empresarial

El sector empresarial no puede seguir manteniendo sus ventajas competitivas a costa de la salud de la población. Por ello, las autoridades deben ser estrictas en el mejoramiento y control de las normas de emisión, como también enfrentar los problemas del modelo predictivo, que cada vez que falla pone en mayor riesgo la salud de todos los chilenos.


Los altos índices de contaminación atmosférica en diversas ciudades chilenas no representan ninguna novedad. Pero la noticia de que Antofagasta, Calama, Chuquicamata, Tocopilla, Copiapó, Valparaíso, Viña del Mar, Rancagua, Talcahuano y Temuco se agregaran al listado de ciudades saturadas y candidatas a Planes de Descontaminación ha causado escándalo empresarial.



Durante las últimas décadas, millones de chilenos han sido afectados por la contaminación, especialmente en centros urbanos. Con el objetivo de enfrentar este problema se han establecido normas de emisión de diversos contaminantes, entre los que destacan: el material particulado-PM 10, Azufre, Ozono, Óxidos de Nitrógeno. A su vez, se ha decretado un cronograma de mejoramiento gradual de estas normas.



En este contexto, el 1 de enero del 2005 entrará en vigencia la nueva norma de 50 mg/m3 (microgramos por metro cúbico) de material particulado-PM 10, lo que implicará que todas las ciudades que sobrepasen esta norma, deberán instaurar Planes de Descontaminación para bajar los niveles de emisión.



Mediciones preliminares de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) estiman que 12 ciudades, entre ellas Antofagasta, Calama, Chuquicamata, Tocopilla, Copiapó, Valparaíso, Viña del Mar, Rancagua, Talcahuano y Temuco estarían sobre la nueva norma.



Ante este hecho, Jaime Dinamarca, gerente de medioambiente de la SOFOFA, declaró que implementar la nueva norma «significará pérdidas millonarias para las industrias y perder su ventaja comparativa». Con estas palabras está ignorando el hecho de que el plazo de aplicación de la nueva norma se negoció hace varios años con dicha entidad gremial y de que ya es hora que los industriales cumplan sus compromisos de internalizar los costos ambientales que descargan sobre la población.



El sector empresarial no puede seguir manteniendo sus ventajas competitivas a costa de la salud de la población. Por ello, las autoridades deben ser estrictas en el mejoramiento y control de las normas de emisión, como también enfrentar los problemas del modelo predictivo, que cada vez que falla pone en mayor riesgo la salud de todos los chilenos.



Además de respetar el cronograma de mejoramiento de la norma de PM-10, el gobierno debería comenzar con urgencia los estudios para normar el material particulado fino- PM 2,5, pues éste es todavía más agresivo para la salud, puesto que incluye partículas generalmente ácidas, que contienen hollín y otros derivados de las emisiones de vehículos e industrias, que son respirables en un 100% y por esto, se alojan en bronquios, bronquiolos y alvéolos. Actualmente, el PM 2,5 es el principal causante de patologías respiratorias bronco pulmonares, infartos y cáncer en la ciudad de Santiago.



La mayor quema de petróleo y carbón, debido a la crisis energética, ha aumentado las emisiones de azufre y de material particulado en las diversas regiones del país. En caso de continuar esa crisis, la ciudad de Santiago podría tener un aumento de 31% en las emisiones de PM-10, 45% en dióxido de azufre (SO2), 23% de ozono y 34% en óxidos de nitrógeno, lo que incrementaría las emergencias y pre-emergencias y harían fracasar las metas de actualización de normas del Plan de Descontaminación.



Este hecho demuestra la real urgencia de avanzar en el marco normativo, ya que los impactos de la contaminación atmosférica son acumulativos y afectan el sistema inmunológico. Día a día se está empeorando la salud respiratoria de las poblaciones urbanas que corresponden a más del 80 % de los chilenos. Frente a esto, son inaceptables las declaraciones de SOFOFA, al anteponer sus «ventajas competitivas» por sobre la salud de la población.



Si todas las ciudades superan las normas, todas ellas deben ser descontaminadas. Ä„Ya es hora de que las autoridades respondan a este tipo de presiones, las ventajas competitivas de los empresarios y el desarrollo nacional no pueden mantenerse a costa de la salud y la vida de todos los chilenos!





Sara Larraín. Programa Chile Sustentable.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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