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Primarias regionales y el deber de escuchar a la comunidad local


La negativa a priori por parte del bloque PPD- PS para la realización de primarias regionales demuestra claramente el poco interés efectivo que tienen ciertos sectores partidistas respecto de la influencia que pueden tener las regiones en las decisiones políticas a nivel país. Es tiempo ya que la voz de las regiones comience a ser verdaderamente escuchada y deje de ser un mero discurso para la galería. La propuesta de Soledad Alvear se encamina en ese sentido y debiese ser escuchada por todos, a fin de terminar efectivamente con la centralización del país.



Que Santiago sea el centro de todas las discusiones e ideas, y que las problemáticas de la gran capital enceguezcan los problemas regionales y hagan que los chilenos, a ratos, nos olvidemos de lo que ocurre más allá de la Región Metropolitana pareciera ser un hecho. Sin embargo, que ciertos actores se nieguen a la participación ciudadana de las regiones parece particularmente grave, más aún si el propio presidente del PPD, que hoy se niega a la propuesta de Alvear, el 7 de marzo de 2000 encabezó en el frontis del Palacio de la Moneda una manifestación de diputados que se autodenominaban «los federales», exigiendo una mayor participación para los habitantes de regiones en los asuntos propios de sus localidades.



Sin duda la propuesta hecha por Soledad Alvear pone en aprietos a la candidatura de Michelle Bachelet, pero ello debe hacer ver la poca importancia que tienen los habitantes de regiones en la discusión nacional. Con un sistema de primarias regionales para elegir a la candidata de la Concertación se abre paso para que las postulantes deban hacerse cargo, como quizás nunca antes se haya hecho en la carrera por el sillón presidencial, de asuntos propios de cada una de las regiones.



Sin duda, para los habitantes de Arica resulta importante saber como se impulsarán los sectores productivos de su alicaída economía o cuales serán las políticas migratorias en la zona, mientras que para un habitante de Chiloé o de Aisén resultará interesante conocer la posición de Alvear y Bachelet respecto de la compra de grandes extensiones de terrenos en la zona.



A la larga, la propuesta de primarias regionales aumentará el grado de sustentación ciudadana de la candidata presidencial del oficialismo, debido a que la participación será mucho más efectiva, ello no obstante, a producir una mayor y creciente expectación en torno a la carrera pre-presidencial de la Concertación, a medida que se vayan generando las diferentes instancias de debate y votación regional.



Con el tiempo, ambas candidatas saldrán fortalecidas de abrir espacios a las comunidades locales, en especial al hacerse cargo de cada región en particular y sus problemas, con ello generarán una mayor expectativa de triunfo, considerando además que de las trece oportunidades que tendrán para dirigirse al país y ser elegidas por cada región, su oponente Joaquín Lavín no entrará en dicha competencia, quedando relegado a ser un candidato que no goza del sustento de la elección popular.



Por otra parte, la realización de primarias regionales permitirá focalizar recursos por parte de cada candidatura, además de generar un nivel de interés generalizado a nivel de país en la forma como se desarrollará el proceso.



Por lo anterior, resulta extraña la negativa de sectores que históricamente han luchado contra la centralización y han abogado a favor de la mayor participación ciudadana, usando argumentos como que el modelo de primarias de mayo 1999 sería bueno y no habría de por qué cambiarse, parecen acomodaticias.



Claramente en 1993 y 1999 se utilizaron modelos diferentes de elección primaria, y la elección de la candidata en 2005 permitiría abrir aún más los espacios de participación ciudadana: haciendo eco de un verdadero proceso de apertura en la discusión, abriendo el paso para que ciudadanos de regiones expresen, quizás como en pocas ocasiones han podido, cuáles son sus principales problemas e inquietudes, y sin que Santiago los nuble.



La propuesta de primarias regionales, de llevarse a cabo, sólo fortalecería la futura opción de la Concertación de aspirar a un nuevo gobierno a partir de marzo de 2006, e incluiría en el debate presidencial a cada región que presenta características diferentes. Ello no puede ser negado, siendo la experiencia de las primarias estatales en Estados Unidos una clara demostración de la expectativa y la preocupación que los aspirantes a la presidencia deben darle a cada comunidad local.



La política del siglo XXI se realiza acercándola en lo posible al ciudadano, interpretándolo en su vida diaria. La apertura del sistema de primarias a elecciones regionales permite que aquellos que no viven en la gran capital se sientan interpretados por el discurso ciudadano que deberán tener las candidatas de la Concertación. Quizás esta forma inédita de participación permita abrir el espacio a nuevos debates que a ratos se esconden sólo tras las cuadras que rodean al Palacio de la Moneda.



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* José Alemparte fue vicepresidente Federación Estudiantes Universidad Diego Portales y es director ejecutivo de la Corporación Solidaridad-Colina.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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