Publicidad

Editorial: Todos para marzo


La febril actividad partidaria al interior de la Concertación indica que el año 2005 será particularmente intenso. No sólo porque se elegirá nuevo Presidente de la República y habrá elecciones parlamentarias. Sino por esa mezcla enrarecida de optimismo, desconfianza e incertidumbre en torno a las definiciones de importancia, que obliga a todas las fuerzas políticas a ser extremadamente cautas y rigurosas en el manejo del poder interno, que es lo que les permitirá estar en la mesa de negociación en los meses que se vienen, a partir de marzo.



En la Concertación se dieron dos elecciones internas que resultaron nada fáciles. El radicalismo eligió un nuevo presidente, que ganó por un margen relativamente estrecho. Sobre el proceso pende la sombra de una impugnación por fraude, que de no ser zanjada, podría minar la personería de la directiva frente a sus pares de la coalición. Como hecho novedoso, el proceso electoral vio renacer el poder interno de Patricio Tombolini, quien, en una lista confrontacional con sus antiguos aliados de la denominada patrulla juvenil, obtuvo la segunda mayoría nacional como consejero del CEN (Comité Ejecutivo Nacional).



La segunda elección fue la del socialismo. La estrepitosa caída de la mesa presidida por Gonzalo Martner al serle rechazada por el Congreso del partido su propuesta de prórroga del mandato, obligó a una solución de emergencia, pero con legitimidad democrática: elegir en el Congreso una nueva directiva, y postergar las elecciones generales para dentro de un año. Lo razonable de esta solución, para las pretensiones presidenciales del socialismo, estuvo en el hecho que sus articuladores fueron capaces de generar una sólida mayoría de un 75%, que no deja dudas acerca de la unidad del partido.



Sin embargo, el hecho de que Martner haya sido defenestrado por los mismos que lo eligieron hace dos años, debilita enormemente las posturas sostenidas por el PS frente a sus aliados de la Concertación en los meses pasados. Lo más notorio del cónclave socialista fue la ausencia de una voluntad política ordenadora de la candidata Bachelet, la cual -si bien es apoyada con vehemencia por todos los sectores- no tiene un equipo identificable que represente sus posturas al interior de su partido.



Durante el mes también se definió al precandidato DC a la Presidencia de la República. La pugna entre el presidente del partido y Soledad Alvear, definida a favor de esta última, no generó una mayoría lo suficientemente contundente como para provocar la caída de la mesa sin un quiebre interno. Ello obligó a una alianza de circunstancias que mantiene a Adolfo Zaldívar a la cabeza del partido con alguna ingerencia del alvearismo, lo que finalmente no debiera incomodar a la candidata, pues es un buen escudo para evitar, por el momento, las primarias, en las que perdería, según las encuestas.



La solución del PPD, partido con menos tradición orgánica y política, fue tal vez la más dietética y brutal del mes, pues mediante un mecanismo de negociación rápida nombró tres interventores de la mesa que preside Barrueto, calificando el hecho como un reforzamiento político de la dirección.



Este intenso reordenamiento del oficialismo es un indicativo de que lo más importante antes de las vacaciones era dejar ordenada la casa y asegurados los muebles, para evitar que algún cuidador de verano sienta la tentación de alzarse con el santo y la limosna, o adolezca de demasiadas ocurrencias que compliquen el panorama para marzo.



Como es tradicional en Chile, el letargo de febrero llevará las consultas políticas a la informalidad de los balnearios y refugios privados donde la elite política criolla descansa después de tanto afán, mientras los subrogantes, tratando de abusar de su minuto de poder, buscarán los medios para dar conferencias de prensa o señalar la importancia de tal o cual hecho. Incluida la derecha, la que con un ánimo más bien alicaído, se dedicará a preparar su artillería en contra de las mujeres candidatas.



Recién después de la primera semana de vuelta de vacaciones estaremos en condiciones de preguntar de manera oficial y perentoria a los partidos ¿se les apareció marzo?. Por nuestra parte, las editoriales también vuelven en marzo.

Publicidad

Tendencias