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La amenaza a Internet, bastión de la libertad

La Internet, uno de los pocos vehículos de información que por ahora llega al mundo no democrático, es crucial para los activistas en pro de la libertad.





En noviembre pasado, el Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan anunció la creación de un nuevo grupo para ejercer control sobre uno de los últimos espacios que van quedando, como un raro bastión de la libertad, independiente de las grandes cadenas noticiosas, privadas o gubernamentales y foro para acoger todas las ideas: la Internet.



El Grupo es -por sus siglas en inglés- el WSIS (World Summit on the Information Society). Sus cuarenta miembros, todos designados por Annan, incluyen a Cuba, China, Irán, Arabia Saudita, Zimbabwe y Túnez. En otras palabras, incluye a algunos de los regimenes más represivos de la tierra y son ellos los que deberán decidir en materias de libertad de expresión. Pakistán, Rusia y Egipto, regímenes que han censurado duramente a Internet, igualmente son miembros del grupo. La selección de estos países como miembros, no puede causar sorpresa, dado el pasado nombramiento de Lybia como presidente del Comité de Derechos Humanos y el Irak de Sadam Hussein como Presidente del Comité de Desarme de la ONU.



En la reunión realizada en noviembre pasado, los miembros del WSIS definieron una ambiciosa tarea, que incluye «definición de Internet y manejo de Internet» e identificación «de los factores más influyentes en Internet».



Por supuesto, controlar el libre flujo de la información es una tarea verdaderamente complicada que requiere considerable esfuerzo y estudios. Los miembros acordaron una nueva reunión que se realizará en Túnez, en abril próximo. Túnez muestra una evidente preocupación por Internet. En sus cárceles languidecen nueve jóvenes condenados en abril de 2003 por el delito de bajar desde Internet archivos definidos por las autoridades del país como «peligrosos». Buena fecha para la reunión de marras. Conmemorar en Túnez los dos años de prisión de estas víctimas del ansia de libertad.



Pero los distinguidos miembros del WSIS no se han mostrado muy dispuestos a aguardar que los procedimientos de la ONU les resuelvan los problemas. Han decidido implementar desde ya sus propias recomendaciones, antes de ser debatidas o aprobadas por el Grupo. Así es que mientras los 40 miembros del Grupo de reunían en Ginebra, Siria llamaba a su propia conferencia para compartir una «sociedad de la información dentro del mundo árabe». Reporteros sin Fronteras declaran que hablar de construir sistemas de información en un país como Siria donde hay personas en prisión simplemente por mandar mails, es simplemente absurdo. Y se preguntan: ¿Pueden las políticas de información definidas por ese tipo de regimenes ser aceptables para el resto del mundo?



Veamos algunas «políticas de información» ya implementadas en países miembros del Grupo:



En Irán, dos periodistas mujeres, Mahboudeh Abbasgholizadeh y Fershteh Ghazi, fueron arrestadas en octubre pasado por su trabajo en pro de la reforma del régimen iraní, especialmente derechos de las mujeres, en sitios web.Abbasgholizadeh, editora de Ferzaneh, fue arrestada a su regreso desde Europa tras haber asistido al European Social Forum, donde ella se dirigió a los participantes difundiendo la situación de las mujeres en Irán. Ghazi, por su parte, fue acusada de «comportamiento inmoral» por abogar en pro de los derechos de las mujeres violadas en Irán.



Arabia Saudita ha creado uno de los más impresionantes sistemas de filtrado de Internet del mundo. De acuerdo con anuncios oficiales del gobierno saudita, la autoridad bloquea el acceso a más de 400.000 sitios web con el fin de «proteger a los ciudadanos de contenidos ofensivos de Internet, los principios del Islam y el aparato social». La Unidad de Servicios Sauditas de Internet mantiene un sistema de censura de Internet y ofrece a sus lectores un sistema que permite denunciar sitios web considerados «incorrectos» y que por lo tanto deben ser bloqueados.



Siria, que fue el anfitrión de la primera conferencia preparatoria, tiene sólo dos proveedores de servicios de Internet, ambos controlados por el Estado. Por esa razón servicios como los de Hotmail son inaccesibles en ese país. La Sociedad Siria de Computación (ScS) intercepta los e-mails a fin de monitorear y controlar a los disidentes. Abdel Rahman Shagouri, un ciudadano sirio fue arrestado en febrero de 2003 por enviar por mail un boletín, Levant News, de un sitio prohibido, www.thisissyria.net. Massoud Hamid, 29, un estudiante de periodismo de la minoría kurda, fue arrestado en julio de 2003 acusado de difundir a través de Internet fotografías de una manifestación pacífica de la minoría kurda en Damasco. Tanto Shagouri como Hamid permanecen en confinamiento solitario. Organismos de derechos humanos informan que Shagouri es torturado diariamente.



La lista de disidentes que operan por Internet sigue creciendo a un ritmo alarmante para los autócratas. La Internet, uno de los pocos vehículos de información que por ahora llega al mundo no democrático, es crucial para los activistas en pro de la libertad. A ello se debe lo fundamental que resulta para los autócratas controlar el flujo de la información y la enorme inversión que han realizado en software para bloquear, hackear y detectar el origen de la información digital que ellos consideran contraria a sus intereses y políticas.



Es de esperar que no solo los medios electrónicos en los países democráticos, sino los ciudadanos todos, inicien acciones para evitar el asesinato de Internet.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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