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El mal de las «leyes fantasmas»


Previo al mensaje presidencial del 21 de mayo el país fue testigo de la acelerada discusión que se generó en torno al proyecto de derogación del artículo 57 bis de la ley de la renta, como una supuesta vía para terminar con la desigual distribución del ingreso en el país.



Ya en esa oportunidad el Congreso Nacional, y en particular el Senado, a través de su Presidencia, puso de manifiesto la inconveniencia de que la discusión legislativa siga el curso de los avatares electorales, esto en consideración a que el citado proyecto tributario enviado por el Ejecutivo tuvo como origen un desafío entre el Gobierno y el candidato presidencial de la derecha Joaquín Lavín.



Semanas después la discusión se reedita. Esta vez por el proyecto de ley patrocinado por el Gobierno que establece la figura legal del fideicomiso ciego, una iniciativa que establece un mandato para el traspaso de la administración de los bienes de las personas que ejercen cargos públicos, y que el Ejecutivo pretende que sea tratada con urgencia en el Parlamento.



Si bien es cierto, hay consenso en el hecho de que el poder económico y político deben ir por cauces distintos, es una falta de prolijidad hacia el país pretender que el Poder Legislativo asuma con premura la discusión de una iniciativa que hasta ahora no tiene un contenido claro. Y que, por tanto, no es más que un proyecto fantasma, que se ha instalado en la agenda mediática sólo por el perfil empresarial que posee uno de los candidatos a la presidencia.



Días antes de que el Primer Mandatario entregara al país su última cuenta política y administrativa, el Presidente de la Cámara de Diputados, Gabriel Ascencio y yo, como titular del Senado, tuvimos la oportunidad de dialogar con el Presidente sobre las prioridades legislativas para este periodo de Legislatura Ordinaria.



En esa oportunidad el Presidente resaltó la disposición del Parlamento para sacar adelante proyectos que son emblemáticos para el país, como son las Reformas Constitucionales y el acuerdo sobre Rentas Municipales II, entre otros. El Mandatario puso de manifiesto en aquella oportunidad la seriedad y responsabilidad con que los parlamentarios han desempeñado su acción.



El Congreso Nacional quiere ser consecuente con esas características que le han valido el reconocimiento de los chilenos. Y eso, a nuestro juicio, sólo es posible mediante la discusión seria y la reflexión profunda de las iniciativas de ley que llegan hasta el Parlamento.



Es por eso que como Presidente del Senado hago un llamado a concentrarnos en las prioridades legislativas que están en tabla en este periodo y que, tal como lo señaló en su minuto el propio Presidente Lagos, son claves para los chilenos.



Entre ellas no solo figura el proyecto de Reformas Constitucionales, que terminaría su trámite en algunas semanas. En los próximos meses el Congreso tiene la responsabilidad de estudiar iniciativas tan importantes para el perfeccionamiento democrático como la Regulación del Lobby, la Inscripción Automática en los Registros Electorales, la Declaración Jurada de Patrimonio, el Servicio Militar Obligatorio y la Ley de Financiamiento de las Campañas Presidenciales, entre otras.



Iniciativas que requieren un estudio acabado y profundo, y que por el bien de los chilenos deben estar ajenas a la discusión político electoral.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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