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Conversando con Hernán Durán de La Fuente


Confieso, que como abogado y ciudadano realmente interesado en la cosa pública, el tema de Hernán Durán me atrajo desde el primer momento. Contiene elementos que dan para una gran discusión de fondo: dinero, política, ética e incluso estética (por aquello de que las cosas no sólo deben ser legales sino que, además deben verse bien). Confieso también que, desde ese primer momento, mis sensaciones frente al tema no eran buenas.
Recordé entonces el caso de Gemita Bueno y Jovino Novoa y junto con dos amigos y colegas: Tomás Fabres y Boris Santander, con quienes habíamos discutido acaloradamente sobre este tema, hicimos algo realmente inusual en este país: sin conocerlo, ni haberlo tratado nunca -no obstante nuestra común militancia- tratamos de contactarnos con Hernán Durán. Queríamos conocer su versión, hablar con él, hacerle preguntas y lo más importante, mirarlo a los ojos.



Pensábamos, que se trataba de una gestión imposible, presumiendo que la respuesta, sería la habitual en alguien bastante maltratado por la prensa y que además, aconsejado por su abogado, no hablaría con nadie, menos con extraños. Por lo mismo, grande fue nuestra sorpresa cuando Hernán Durán, aceptó conversar con nosotros.



En su pequeña oficina del centro de Santiago, hablamos por casi dos horas y nos quedaron claras, varias cosas: Hernán Durán es un profesional de clase media y competente y cuyo trabajo y prestigio en temas medioambientales data desde los años 80. Mientras Lagos fue Ministro de Obras Públicas, nunca postuló a contratos con dicho Ministerio.

Tal y como la mayoría de los consultores reconocidos en su tema, (no son muchos en realidad) ha ganado, pero ha perdido también, varias licitaciones de empresas estatales. De hecho, se ha presentado a nueve licitaciones del MOPT y ha ganado sólo una.
El contrato cuestionado de la consultora Faraggi con el MOPT, representa para GESCAM solo un 2% que equivalen a horas-persona, valoradas en un millón y medio de pesos mensuales durante los 27 meses del contrato, remuneración que recibirá como utilidades, a cambio de un trabajo que nos describió detalladamente.



Mientras se desempeñó, en representación del Presidente de la República en el Consejo Consultivo de CONAMA, -cargo ad-honorem, donde se entregan opiniones técnicas y no vinculantes cuando estas son requeridas- siempre se inhibió de participar en sesiones en que se discutían proyectos, respecto a los cuales pudiera tener alguna relación.



Los principales clientes de GESCAM, no son como pudiera pensarse, las empresas del sector público, sino que empresas privadas, en una proporción de 7 a 3.



En esta conversación también se mencionó, el hecho de haber sido criticado, por cuanto es beneficiario de una pensión como exonerado político, que compensa el tiempo en que se vio impedido de cotizar, por haber sido exonerado de Cemento Polpaico, relatando además las duras circunstancias en que debió dejar el cargo de gerente general de la cementera el 13 de septiembre de 1973. Al respecto señaló «sí, es efectivo y en eso soy colega de Jarpa y del abuelo de los Monckeberg», agregando que: «y es a este tipo de cosas, a las que me refiero, cuando hablo del doble estándar de algunos políticos de derecha, que a través mío, atacan al Presidente».



Por otro lado, en nuestra conversación nos referimos a las cuestiones de fondo que mencionamos más arriba: es así como nos informamos que no hay ningún cuestionamiento a la legalidad de las actuaciones de GESCAM, y la asociación de su situación particular como supuesta arista del caso MOP-GATE, ha merecido como respuesta una querella por injurias, lo que en todo caso, deja en manos de la Justicia, la resolución de esta situación.



En cuanto al debate ético concordamos que: no se pueden formular juicios éticos sin considerar los antecedentes reales del caso y es perfectamente legítimo también que en una sociedad democrática, se plantee que las actividades de parientes del Presidente de la República requieran estándares de transparencia aún mayores, que los de otros ciudadanos; pero nadie podría asegurar fehacientemente que el trabajo de Durán y de GESCAM no haya sido transparente.



La página web de GESCAM además contiene la mayor parte de sus contratos, y nos parece que su intento de conducir la empresa con altos estándares de calidad y transparencia, por convicción y como resguardo ante las posibles suspicacias o desconfianzas a las que naturalmente se ve expuesto por su parentesco con el Presidente, fueron más que suficientes para un mundo basado en la buena fe.



Es válido también sostener que la sociedad requiera normar más estrictamente los campos en deben inhabilitarse los parientes de altas autoridades nacionales, pero Hernán Durán se está regiendo por la reglas del juego actuales y no corresponde enjuiciarlo públicamente por ello. Durán volvió a recordarnos, que mientras Lagos fue Ministro de Obras Públicas nunca contrató con dicho ministerio. Preguntándonos al mismo tiempo: «¿que se supone que debo hacer, cuando mi cuñado deja de ser Ministro y se convierte en Presidente?», «tal vez el Estado debería, darme una pensión vitalicia y ahorrarme el trabajo de ganarme la vida».



Cuando la reunión estaba por terminar, le preguntamos muy derechamente a Hernán Durán: «¿hay alguna irregularidad de la que pueda arrepentirse o tiene algo que ocultar?». «No. No tengo nada, nada que ocultar y de lo que deba arrepentirme». Esa fue su respuesta. Y nosotros le creímos, no sólo a él, sino a los antecedentes que vimos, a las respuestas, a las preguntas que como abogados sabemos hacer y a sus ojos de hombre herido, consciente del daño personal y familiar irreversible que, como hace tantos años, le infligen los adalides de la honra y la libertad de empresa.





Fernando Arancibia Meza, abogado y militante PPD.






  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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