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De alcalde a alcaide: un destino para Lavín


Uno de los ángulos positivos de la propuesta de Lavín sobre «la isla de la delincuencia» es que podríamos encontrarle un destino definitivo al eterno alcalde.



En efecto, propongo que como primer acuerdo transversal del 2006, le construyamos la famosa cárcel en una isla bien inhóspita y lo nombremos Alcaide Vitalicio. De ese modo, podrá solazarse construyendo torres de vigilancia, instalando botones de pánico, podrá hacer sobrevolar la cárcel por un avioncito que, en vez de hacer llover, tire estampitas de Escrivá de Balaguer que por el reverso recen, nostálgicas: «Mano dura, Pinochet».



Apuesto a que, desde ya, se anota como capellán el Cura Hasbún.



En Punta Peuco, Romo, Krasnoff Marchenko y varios otros se anotan con un Benchmarking sobre optimización de prácticas de «ablandamiento» de prisioneros. Para darle un carácter internacional al seminario, podría traerse a especialistas de Abu Garib y de la Escuela de las Américas.



Ah, Ä„cuánta nostalgia de la mano dura!, ¿no?



Por supuesto, aprovechando el mercado cautivo (en sentido literal y figurado), Lavín podría vender una reedición de «Chile: revolución silenciosa», su obra magna, con un Post-scriptum críptico: «Si yo hubiese sabido lo que hoy día se sabe, no habría escrito este libro».



Propongo incluso el nombre para rebautizar la isla: que se llame Isla Los Boldos, para que con ello evoque la voluntad de Ä„nunca más! dejar en la impunidad ningún acto delictivo. Ä„Que ningún ladrón, ningún criminal, ningún defraudador de bienes públicos quede sin castigo! Ä„Sí, señor! Ä„Mano dura!



Ah, como que me acuerdo del «gallito de pelea» y me dan ganas de salir a darle una pateadura a todos los «humanoides», a todos los «rojos», a todos los «antipatriotas», a todos los «curas comunistas», a todos los demócratacristianos y derechistas liberales «tontos útiles» que me encuentre en el camino.



Puchas, que me puse nostálgico, es que los valores permanentes tiran, ¿no?



Ä„Sería tan fácil! Si al guatón Romo o al Mamo se les pasa la mano con un prisionero, se podría sacar un comunicado interno con el glamoroso título «Se mataron entre ellos».

Me voy inmediatamente a hablar con Correa y Tironi para que hagan un buen lobby y saquen adelante el acuerdo transversal en pro de la isla para Lavín y su cárcel ícono.



La línea de crédito para las inversiones en infraestructura, seguro que la aprueban de manera expedita en el Riggs.



En conclusión: qué tranquilidad para el escenario posterior al 11 de diciembre: Ä„Ciudadanos, ya tenemos destino vitalicio para Lavín!





Fernando de Laire D. Doctor en Sociología. Autor del libro satírico «Las Aventuras del Alcalde Chanta» (Prólogo de Armando Uribe, Premio Nacional de Literatura 2004). Comentarios al e-mail: fernando_delaire@yahoo.com.ar

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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