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El pacto social de los empresarios mexicanos: un ejemplo para Chile


Impacto mundial ha causado el compromiso de los grandes empresarios mexicanos, encabezados por el magnate Carlos Slim, de suscribir la invitación de la ONU a que los empresarios se comprometan con un crecimiento que genere empleos dignos, respeto a los trabajadores, solidaridad e innovación, prácticas anticorrupción y responsabilidad social empresarial. Los firmantes producen el 80% el PIB mexicano (Más información en www.esmas.com).



Ellos saben que la delincuencia y las mafias de narcotráfico, se fundan en sociedades sin pacto social, sin equidad, con empresarios y sector público atrapados en la corrupción (jueces, políticos, policías).



Para Chile y mi Región es una tarea. No ha habido acuerdo entre los empresarios y los sindicatos por el tema flexibilidad con compromiso de sueldos dignos, ni cambio de la tendencia a malas prácticas laborales (en mi Región me he desilusionado de empresarios que no acogen la creación de sindicatos y repiten abusos), ni se extirpa del todo la corrupción, no obstante nos dormimos en los laureles con la manida frase de que estamos mejor «que el vecindario» (aunque ahora, los vecinos quieren que testifiquen en la justicia unos empresarios chilenos por supuestos «actos de soborno», y hay un silencio incómodo de «los buenos alumnos»).



Las sociedades avanzadas de mejor calidad de vida- los países escandinavos-, se fundan en este concepto de «pacto social»: vivan las empresas pero con un estado solidario y protector de los débiles, viva la protección pero también excelencia y cultura de la innovación, viva la innovación pero con ética pública y privada, vivan las empresas que conquistan el mundo pero con negociaciones sindicales que hacen compartir la bonanza.



Hay que mirar los pasos de los mexicanos e incorporar esta agenda en Chile. En mi Región agro-industrial, somos la segunda con peores salarios promedios, con bajísima sindicalización, con un 50% de inspecciones laborales que terminan en multas, con pocos aportes privados a fundaciones sociales y educacionales. Pacto social es practicar el emprendimiento solidario, como nuevos ethos cultural para un Chile desarrollado hacia el Bicentenario.



Ese cambio no lo hará por milagro las leyes ni la enorme inversión educacional, o el obtener excelencia en manejo macroeconómico. Nos falta conversar y construir esa mirada común. Como somos regionalistas, esa tarea se construye también territorialmente, como el diálogo que tuvimos en la Universidad de Rancagua con Rubén Alvarado, ex gerente de El Teniente, que promueve alianzas para que la Región de O’Higgins articule su cluster agro-industrial, apuntando a inversiones para mejores empleos, cooperación y asociatividad, además de este compromiso de diálogo social.





Esteban Valenzuela Van Treek. Diputado PPD por Rancagua.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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