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La verdad de Piñera sobre nuestros Pueblos Originarios


Escuché al señor Piñera en una entrevista de Sergio Campos en radio Cooperativa el jueves 12 de enero, referirse al fracaso de la propuesta sobre Reconocimiento Constitucional de nuestros Pueblos Originarios, y luego que afloró su verdad íntima sobre este tema, puedo darme cuenta que él está muy equivocado o simplemente mintió a los dirigentes indígenas con quienes se reunió en Temuco el 30 de diciembre pasado. Veamos los hechos.



En el Cerro Ñielol de Temuco y ante una rogativa sagrada, el señor Piñera señaló literalmente su compromiso de apoyar la propuesta de reconocimiento constitucional. Dijo al respecto: «Soy absolutamente partidario y le voy a dar la urgencia a reconocer la etnia mapuche y también otras etnias (…) Yo reconozco que el pueblo mapuche es el pueblo originario de nuestro país». Invocando a Ngnechen, Dios sagrado de los mapuches, ratificó su compromiso.



Este antecedente resultó esperanzador. Al sumar los votos de las bancadas de Renovación Nacional y la UDI, la propuesta de reconocimiento constitucional podría ser aprobada después de 16 años durante los cuales la derecha rechazó sistemáticamente este derecho fundamental de los indígenas de Chile.



El resultado, sin embargo, es otro. La noche del martes 10 de enero de 2006, faltando dos votos para aprobar por un margen muy justo este reconocimiento, la UDI se abstuvo de votar y con ello canceló -nuevamente- las posibilidades de satisfacer esta demanda histórica. El señor Piñera podría defender su posición alegando que 17 parlamentarios de su partido, RN, aprobaron con su voto la propuesta. Lo que no puede defender es porqué -siendo candidato presidencial de la alianza conservadora- no es capaz de gobernar a la bancada de la UDI, cuyos parlamentarios no recogieron su compromiso en el Cerro Ñielol de Temuco. Hasta aquí todo bien, aparentemente.



Pero en la entrevista de radio Cooperativa salió a la luz la verdad conservadora y dominante de Piñera y de la Alianza por Chile: él dice que privilegia, por sobre todas, las cosas la «unidad territorial» del país y que el reconocimiento constitucional de «Pueblos Originarios» implica afectar la soberanía nacional, puesto que el Estado de Chile tiene un solo pueblo, el pueblo chileno. Está equivocado y este planteamiento tiene un componente ideológico conservador.



Los Pueblos indígenas de Chile nunca han desconocido su vínculo con el Estado de Chile y su territorio. Nunca han planteado autonomía territorial ni separación del Estado. Nunca han sido ni serán una amenaza para la unidad territorial del país. En el Derecho Internacional, el reconocimiento constitucional de los Pueblos Originarios es un principio que se aplica en las Constituciones de sociedades avanzadas que saben valorar la diversidad cultural. Es un principio que abre caminos de participación política y social; que permite fortalecer los lazos culturales y productivos. En ningún país del mundo en donde se ha aplicado este principio se ha producido una división territorial o social. La práctica desmiente las aprensiones de la derecha.



Pero esto va más allá: bajo el menguado argumento de la «unidad territorial» la derecha busca dar fundamento a una visión propia de la cultura y de la sociedad. Se trata de una perspectiva dominante y de clase, sesgada y excluyente. Entonces, tenemos derecho a pensar que el Señor Piñera, ante una ceremonia sagrada en el Cerro Ñielol sólo quiso captar la simpatía de un grupo de hermanos mapuches y dar un mensaje a los medios que, finalmente resultó falso, puesto que su compromiso no se cumplió y respecto del cual él -personalmente- se encargó de precisar con fundamento, ahora que ya no hay posibilidades de volver a votar la propuesta en pocas horas.



Esta es la derecha de Chile: excluyente; discriminatoria. La misma que en 196 años de historia ha marginado a los pobres, ha excluido a las mujeres y ha invisibilizado a los indígenas. Pero la corriente de la historia abre caminos diferentes y porque mucha gente puede darse cuenta de verdades y mentiras, es que podemos cambiar las cosas sobre la base de respaldar opciones democráticas que den garantías de mayor progreso de los derechos sociales y de la justicia.



El reconocimiento constitucional de nuestros Pueblos Originarios permanecerá como tarea pendiente. Corresponderá al nuevo Gobierno democrático re-impulsarlo y lo haremos con fuerza.



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Domingo Namuncura fue director de la Comisión Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi)

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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