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La ola limpia


Hace solo algunas semanas, la Empresa de Obras Sanitarias de Valparaíso (Esval), completó la limpieza de las playas y ríos de la Quinta Región, al poner en marcha el emisario de San Antonio.

De esta forma, Esval concluyó su proyecto de saneamiento total de las playas y ríos de la Quinta Región, tarea en la que invirtió 200 millones de dólares entre los años 1999 y 2005 y que permite garantizar no sólo el desarrollo económico, sino también mejorar el medio ambiente y contribuir al desarrollo social, al mejorar la calidad de vida y salud de las personas.



Durante el periodo 1999-2005, la sanitaria invirtió US$370 millones en más de 950 obras de infraestructura, siendo las más relevantes la construcción de 16 nuevos sistemas de tratamiento de aguas servidas y 45 estanques de agua potable en las 33 comunas de su área de concesión. De esta forma, la cobertura de agua potable aumentó en la Quinta Región de 94,4 a 99,3%; la cobertura de alcantarillado subió de 79,9 a 91,2% y la cobertura de tratamiento de aguas servidas pasó de 48,2% a 100% en la actualidad.

Los nuevos sistemas de tratamiento de aguas servidas se ubican en Higuerillas, Concón Oriente, La Ligua, Quillota, Los Andes, San Felipe, Papudo, La Laguna, Zapallar, El Tabo, Cachagua, Rinconada, Curimón, Quintero y San Antonio.

Además, la infraestructura instalada permitirá el desarrollo inmobiliario por los próximos veinte años. Ello es clave, por cuanto de la inversión de US$2.000 millones en proyectos turísticos en todo el país, la V Región concentra casi el 40%, es decir, US$800 millones, según un estudio de la Cámara Nacional de Comercio.



Por otra parte, el saneamiento del río Aconcagua y del Estero Limache, que dejó libre de contaminación al Valle del Aconcagua, permitirá cumplir con las exigencias de los Tratados de Libre Comercio firmados por Chile, especialmente en la preservación de los aspectos fitosanitarios, en los cuales el agua limpia juega un rol clave. Así, los productos agrícolas de exportación podrán ampliar su oferta a los mercados del primer mundo, aumentando el trabajo y la generación de divisas, gracias a que se regará con aguas limpias y a que la superficie cultivada podrá crecer.



Durante 1991, en mi primer período como senador por la V Región interior o Cordillera, impulsamos junto a otro parlamentario de la época un ambicioso plan que denominamos «La Ola Limpia», el cual pretendía limpiar el aire de Puchuncaví, de Catemu y Llay Llay, comunas afectadas entonces por las emanaciones tóxicas que emanaban de las fundiciones de Ventana y Chagres, así como sanear las aguas de los ríos y playas de la V Región, gravemente contaminadas por los alcantarillados.
Luego, durante mi primer período como Presidente del Senado (1997-1998), impulsé la privatización de los puertos y las empresas sanitarias, concordando con el gobierno de la época que había que empezar por la V Región, ya que los sucesivos escándalos que remecieron en aquellos años a la empresa Esval, administrada por el Estado, más que justificaban una prioridad de esta naturaleza.
Queremos una Región limpia y por ello hemos continuado una lucha que no debe terminar.



A través de todos estos años dimos una dura batalla para lograr nuestro sueño, que hoy exhibimos con orgullo como parte de una misión que avanza con fuerza.



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Sergio Romero P., senador.


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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