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Nuestra primera gran victoria: más democracia en el PPD


Llevo años trabajando con las bases del Partido por la Democracia. Poco a poco fui empapándome de su particular riqueza cultural y en ese proceso fui haciendo mío el malestar de los militantes frente a la prepotencia de la oligarquía que se había apoderado de cada gramo de poder, cerrando los espacios de participación, anulando el estado de derecho partidario y su democracia interna. Unos pocos, entre ellos algunos que nos acompañaron en el proceso de reconstrucción de la democracia nacional, la negaban para el partido, empobreciendo el aporte de esta fuerza a Chile.



Por eso encabecé la defensa de la postulación del actual diputado, el obrero René Alinco, al parlamento, ganada democráticamente y desconocida por la directiva. Por eso reproché públicamente las descalificaciones al gobierno de la Presidenta Bachelet y a los militantes honrados por ella con su llamado a colaborar. Por eso destacados dirigentes comunales, regionales y profesionales, la mayoría identificados con el colectivo + Democracia + PPD, decidimos pedirle a Sergio Bitar que encabezara, como candidato a Presidente del Partido, un proceso de profundización democrática. Por eso, frente a su negativa, decidimos que yo mismo encabezara ese proceso, asumiendo los costos de desafiar a la oligarquía.



La política es así de dinámica. El primero en salir al paso de esta candidatura enraizada en las bases, esperanzadora, como he podido constatar en diversos paisajes de Chile, fue el mismo Sergio Bitar. Y lo hizo con un discurso que en buena medida recoge el nuestro y que con los días se le ha acercado aún más. Luego vino Fernando Flores, quien también disputa la presidencia del PPD para reivindicar la institucionalidad, la democracia interna y el estado de derecho partidario.



Como era lógico, vinieron los esfuerzos de la oligarquía por evitar la competencia. Hubo acercamientos de todo tipo, cónclave frustrado de por medio. Pero estaban las diferencias de estilo insalvables, las aspiraciones de poder no explicitadas y, bueno, las bases y su exitoso cónclave alternativo, que me recibió cariñoso. El «factor Fabres», como se estila decir por estos días, un Fabres consecuente, rechazando acuerdos tácticos con unos y otros.



Descartado el mentado consenso, han debido sincerar la existencia de malas prácticas, dando paso a fuertes descalificaciones entre ellos, que no hacen más que revelar que representantes de uno y otro sector, en mayor o menor medida, ha sido parte de esa oligarquía opresora.



Lo importante no es eso. Lo valioso es que abundan las promesas de democratización, de respeto a la institucionalidad, de dignificación de los militantes. Mi propuesta, la de los demócratas de la población, del barrio, alejados de los salones de Morandé 115 y de los pasillos del parlamento, es hoy, matices más o menos, la propuesta de todos los candidatos a Presidente del PPD Ä„Todos quieren + Democracia + PPD! Ésta ha sido nuestra primera gran victoria.



En mayo obtendremos nuestro segundo triunfo. Porque más allá de discursos en centros de eventos, difundidos por la tele y por los diarios, fuimos nosotros los que estuvimos ayer, estamos ahora y estaremos mañana luchando por la democracia en Antofagasta, en Valparaíso, en Chillán, en Coyhaique, en Punta Arenas, en La Florida, en Maipú, en Lo Espejo. Nosotros sí pondremos en práctica esta propuesta democratizadora que hoy es común a todos. Atrévete a exigir + Democracia + PPD.



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Tomás Fabres. Abogado y candidato a Presidente del PPD.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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