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La maldición de Tecumsech


Desde hace 160 años todos los presidentes de Estados Unidos elegidos en un año terminado en cero han muerto durante su mandato. El único que constituye una excepción es Ronald Reagan; aunque se podría pensar que se debió al avance de la ciencia médica, en la medida en que el atentado del que fuera víctima el 30 de Marzo de 1981 con una bala a 2.41 centímetros del corazón, lo habría dejado sin vida en tiempos pasados. No se puede decir aún si Georges W. Bush, electo en 2000 será la segunda excepción.



En 1836, el último jefe indígena de Norteamérica murió apuñalado por quien sería cuatro años más tarde el presidente Harrison. Su hermano, el hechicero Tenskwatawa, anunció, poco después de la muerte del cacique, la maldición que profiriera el moribundo, según la cual todos los presidentes de Estados Unidos elegidos en un año terminado en cero morirían durante el ejercicio de su mandato.



El mismo Harrison, elegido en 1840 fue la primera víctima de la maldición de Tecumsech. Falleció de una pulmonía, después de gobernar a Estados Unidos por sólo un mes. Le sucedieron seis víctimas fatales y una que casi lo fue:



En 1960 fue elegido Abraham Lincoln quien fuera asesinado en 1965. Luego en 1880 resultó ganador James Garfield, quien muriera asesinado en 1881. Continuando con los años terminados en cero, en 1900 ganó los comicios William Mc Kinley, asesinado en 1901. Para el año 1920 los resultados favorecieron a Warren G Harding quien salvó del crimen pero no del corazón, al morir de un infarto en 1923. En plena Segunda Guerra Mundial llega a la Casa Blanca en 1940 Franklin D. Roosevelt, quien sucumbe a un derrame cerebral en 1945, casi al llegar al término de su mandato. En 1960 el vencedor fue John F Kennedy, quien muere asesinado en 1963.



Y en 1980 fue electo Ronald Reagan, el único que después de 160 años burló la maldición gracias al progreso de la ciencia. En efecto, el 20 de Enero de 1981 asumió la primera magistratura de Estados Unidos y el 30 de Marzo del mismo año recibió una bala a escasos centímetros del corazón. Sólo algunos años atrás no hubiera sobrevivido al atentado.



En 2000 fue elegido Georges W Bush quien cumple actualmente con su segundo mandato hasta el año 2008. Según la maldición de Tecumsech no debiera llegar al final de su período. Si bien es cierto que, a pesar de ser uno de los mandatarios más impopulares que haya conocido Estados Unidos, no es menos cierto que no ha estado, ni de cerca ni de lejos, en alguna situación de riesgo de atentado contra su vida. ¿Se habrá extinguido con el paso de los años la maldición del último cacique norteamericano? O habrá encontrado el Pentágono algún rito antídoto que destruyera el poder del maleficio?



El asunto es que Reagan, aunque todo lo olvidó a causa del Alzheimer de que adoleció al final de su vida, murió después del final de su mandato y el atentado del Hotel Hilton obtuvo que se transformara en uno de los presidentes de Estados Unidos más populares. Por su parte Bush, no se beneficia de popularidad a causa de los conflictos armados que ha engendrado; pero fue reelegido para un segundo mandato y de los ocho años que obtuvo a la cabeza de su nación le quedan aún tres. Nada indica que pudiera ocurrirle algo, aunque el terrorismo y el crimen político no acostumbran manejar indicadores.



Aunque la maldición de Tecumsech haya ido perdiendo fuerza a través del tiempo, no deja de ser pintoresco que durante 160 años se haya cumplido al pie de la letra y que finalmente haya sido vencida por la ciencia. En lo que se refiere al presidente actual sólo podré escribir sobre este tema en Enero de 2009.



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André Grimblatt Hinzpeter. Analista Internacional. Desde Ball State University (USA)







  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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