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Libertad de prensa y ciudadanía


La necesidad de recordar y exaltar la importancia que reviste la libertad de expresión como derecho fundamental de la persona humana, impulsó a la Unesco a declarar el 3 de mayo como el Día Internacional de la Libertad de Prensa.



Este día es fruto de un seminario realizado en Windhoek (Namibia) el 3 de mayo de 1991, y que tuvo como objetivo fomentar una prensa africana independiente y pluralista, que marcó un hito en los medios de comunicación tanto en África como en el mundo. El impacto de este encuentro tuvo como resultado la Declaración de Windhoek. Y en diciembre de 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas escogieron esta fecha como aniversario de la libertad de prensa.



La Unesco celebra esta efeméride con un acto de premiación a quienes se hayan destacado en la defensa de la libertad de prensa. Para este año 2006 el premio lo recibe May Chidiac, una popular presentadora libanesa de informativos televisados que sobrevivió a una tentativa de asesinato el 25 de septiembre de 2005. Chidiac, que perdió la mano y la pierna izquierda a causa de la explosión de una bomba colocada en su vehículo, se ha convertido en un símbolo de la libertad de expresión en el Líbano.



Además en este día se escoge un tema emblemático donde la libertad de prensa puede hacer un aporte sustantivo en beneficio de la comunidad. En esta oportunidad el tema escogido fue «Desarrollo de los medios informativos y erradicación de la pobreza».



Koichiro Matsuura, director General de la Unesco, en su mensaje con motivo del Día Internacional de la Libertad de Prensa señala que «los medios libres e independientes constituyen un vehículo para compartir información susceptible de facilitar el buen gobierno, combatir la corrupción y fortalecer una ciudadanía informada, crítica y participativa».



Para muchos tal vez, esto de tener un «Día» para recordar o conmemorar algo tan necesario para nuestra vida diaria puede resultar banal o superficial. Lo es, en la medida en que nos quedemos con eso y en eso. Sin embargo, quienes creemos y validamos la libertad de prensa como un requisito real para una mejor convivencia social, aprovechamos esta fecha para subrayar su importancia y defender su existencia. No da lo mismo vivir en un régimen que promueve la libertad de prensa a uno que la cercena, y de eso Chile tiene experiencia.



Recientemente la organización Reporteros Sin Fronteras, informaban que ya van 16 periodistas muertos, de lo que va del presente año y 119 han sido encarcelados.



La libertad de prensa no es sólo el derecho de impresión y circulación de medios escritos. Es el derecho de una ciudadanía a opinar y a expresarse libremente; a ser oportuna, veraz y libremente informada. Es una ciudadanía que se reconoce con derechos y responsabilidades. Por ello, entiende que la libertad de prensa, es contar con medios de comunicación pluralistas, tolerantes, diverso e inclusivo. Donde los protagonistas de los hechos noticiosos no aparezcan como héroes o villanos, sino como ciudadanos y ciudadanas que son partes de un contexto social.



En Chile, sería ingenuo ignorar la existencia de la concentración de los medios de comunicación en pocas manos, esto ha llevado a la ciudadanía a desconfiar de una real libertad de prensa. Hay una ciudadanía que no se siente interpretada ni tomada en cuenta en la solución de los conflictos de país. De ahí la necesidad de crear e intencionar nuevos medios, principalmente electrónicos, que puedan visibilizar su realidad. Esta decisión consciente o inconsciente de excluir a determinados actores sociales como fuente de cambio, pone a los medios y a sus profesionales en una situación compleja, al ser percibidos como monopolizadores de una verdad fragmentada y que sólo representa a unos pocos.



La Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la ONU al proclamar el legítimo derecho de la ciudadanía a expresarse libremente, resaltó la libertad de opinión como un derecho fundamental dentro de las sociedades contemporáneas.



Y así también lo destaca la Declaración de Windhoek sobre la promoción de una prensa africana independiente y pluralista, que dio sentido a la creación de un Día para la Libertad de Prensa, donde señala que: «La tendencia mundial hacia la democracia y la libertad de información y de expresión es una contribución fundamental a la realización de las aspiraciones de la humanidad».



No cabe dudas que la libertad de prensa fortalece a la ciudadanía en su actitud crítica y reflexiva. Fomenta el diálogo y abre nuevas perspectivas para el encuentro y la paz social. Es un derecho de la sociedad civil y como derecho conlleva implícito deberes. Y el deber de una sociedad cimentada en el respeto de los derechos ciudadanos es a defender y velar por una prensa al servicio de su comunidad.



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Dagoberto Pérez Urrutia. Periodista. Corporación Convivir. E-Mail: dperezurru@yahoo.com

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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