El 3 de mayo se celebró el Día Mundial de la Libertad de Expresión. Esta fecha pasó prácticamente inadvertida en Chile.
Se dice que la libertad de expresión es la madre de todas las libertades, sin la cual el resto no podría manifestarse. El año 2005, nuevamente el periodismo se constituyó como la profesión mas riesgosa del mundo: 22 profesionales asesinados, 2 desaparecidos y mas de un centenar encarcelados, en varios países.
En el mundo, el precio que se paga por ejercer la libertad de expresión es caro. Las amenazas, las querellas, las agresiones, la cárcel, la desaparición y la muerte, son pan de cada día en muchos lugares del planeta. Una prensa libre es sinónimo de un país libre.
En Chile, a pesar de los avances recientes, se observa que persiste una tradición legal autoritaria y restrictiva. Con menor frecuencia que en el pasado, aún se persigue y condena a quienes divulgan información que, en cualquier sociedad democrática, normalmente es acogida y acreditada como necesaria. Tal es el caso del actual presidente del Colegio de Periodistas, Alejandro Guiller.
Mientras casos como este persistan, nuestra situación en materia de libertad de expresión no puede caracterizarse como plena y libre de trabas.
Es de esperar que en el transcurso de este año se logre poner fin a ciertas normas legales que deterioran la libertad de expresión, muchas de ellas aparadas en el pretexto de proteger la privacidad, la intimidad y la honra pública y privada de las personas.
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Eduardo Yáñez Morel, es presidente del Comité Pro-Defensa Ciudadana
