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Editorial: Eutanasia y el rol del Congreso Nacional


Cada vez que en el escenario político nacional surge debate sobre alguno de los denominados "temas valóricos", se manifiesta de manera atávica el perfil autoritario de la sociedad chilena. Actuaciones de fundaciones privadas que argumentan por distintos medios su adhesión a determinados valores, declaraciones de la Iglesia para generar la pauta de una moral pública, personeros que intervienen de manera iracunda o que simplemente amenazan.



También es común ver a parlamentarios involucrados en estos debates, lo que resulta natural, si se considera que ellos expresan una función de representación y, por lo tanto, expresan adhesiones ciudadanas en uno u otro sentido.



En el caso de la presentación de un proyecto de ley sobre eutanasia por parte de un grupo de parlamentarios del Partido Socialista y del PPD, tocó al Congreso Nacional, como institución, verse enfrentado a la necesidad de adoptar una posición.



La postura asumida por una mayoría, conformada por parlamentarios de distintos signos políticos, dirigida a impedir que el proyecto fuera incorporado a la tabla, entraña una interpretación impropia, no solo en la forma sino también en el fondo. Particularmente sobre la competencia que tiene un parlamentario para presentar proyectos de ley sobre cualquier materia legal que le esté permitida, y del papel que le corresponde al Congreso Nacional, como el lugar donde se ejerce la representación ciudadana y la función legislativa.



Los diversos argumentos dados en la bancada de facto, tanto por los representantes de la UDI, que tratan de censurar a la mesa de la Cámara, como los expresados por los presidentes del Partido Socialista, senador Escalona, y de la Democracia Cristiana, senadora Alvear, sobre los límites de la Concertación, son expresiones de baja consistencia doctrinaria democrática. Ellos desvalorizan el rol parlamentario y relativizan el significado del Congreso Nacional.



No es en la aplicación de los procedimientos relativos a la tramitación de la ley donde reside el problema planteado por el proyecto sobre la eutanasia. Nada debería impedir que a esta propuesta se le apliquen las reglas del debate parlamentario, claramente contenidas en los reglamentos pertinentes del Congreso.



La esencia del proyecto de ley en comento toca al centro de las reglas culturales sobre la formación de los consensos y las mayorías en nuestro sistema político. Gatilla en el ámbito de aquellas solidaridades políticas que, mientras más se acercan a convicciones subjetivas, se tornan crecientemente transversales y su debate público produce reacomodos en torno al tema específico.



A ello no se le debiera temer, dado que indica un rasgo de flexibilidad y madurez política democrática, cuando efectivamente se produce. Tratando de evitar, eso sí, que no se exprese como una lucha encarnizada, con amenazas de censuras o rupturas, o coacciones psicológicas para producir disciplina.

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