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Secundarios: Una histórica oportunidad para la educación


Pese a que no comenzaron de la mejor forma, con movilizaciones que se escapaban de las manos convocadas en medio de las mesas de conversaciones e incluso con un estudiante portando un arma de fuego, las protestas estudiantiles que se desarrollan por estos días en nuestro país son una histórica oportunidad para la educación chilena.



Nosotros, el 2001, no obstante movilizar muchos más estudiantes durante el llamado ‘mochilazo’- 17 mil en las calles y 400 mil en paro- teníamos demandas puntuales que carecían de profundidad social. Se solucionaba el problema del pase escolar y todo terminaba. Así partieron los secundarios este año, pidiendo PSU gratis. Pero esta semana, de peticiones especificas han pasado a demandas de sociedad.



En el incipiente movimiento secundario es el fondo del asunto en el cual debemos centrarnos. Nos tiene que llamar como país a preguntarnos el porqué de estas movilizaciones. Los secundarios han puesto en el tapete temas de fondo. Cambiar la LOCE que dejó Pinochet, analizar la efectividad la JEC y revisar el funcionamiento y eficiencia sistema municipal y de subvenciones, se alejan mucho de ser peticiones descabelladas, y más bien apuntan a darle de una buena vez por todas una respuesta al tema de la calidad de la educación, que sin duda hoy esta en cuestión. Nosotros el 2001 logramos que el pase escolar pasará al Estado, hoy pareciera que el desafío es que la educación como tal vuelva al Estado.



Todo conflicto puede ser una oportunidad. Muchos han expresado que se debe convocar a un gran debate nacional, cosa que podemos compartir. El gobierno debe llamar a una gran discusión sobre la educación en Chile donde participen los estudiantes organizados con el gobierno, pero también los profesores, padres, estudiantes, parlamentarios, municipios, sostenedores, empresarios, iglesias, y en general todos los que tengan algo que decir. Pero esta discusión no puede quedarse solo en bonitas palabras y lindos textos. Discutir sobre una realidad evidente no basta. De eso ya está cansada la sociedad, quiere menos «bla-bla» y más acción. La discusión no es un fin en si misma, es un medio para llegar a un resultado. La gente clama menos diálogos y más políticas claras.



Es deber de la clase política el entender que muchas veces analizar si se ha hecho bien o mal algo en un tema, no es muestra de debilidad y menoscabo, sino una muestra de seriedad y valentía. No es ilógico revisar los reales alcances de la reforma educacional.



Hoy en Chile con el actual sistema educacional, un niño pobre, como en ‘Machuca’, solo conocerá a un niño rico, cuando éste le tenga que servir en un restaurant o sea empleado en su empresa. Actualmente se ha generado un sistema rígido, la meritocracia es algo muy complicado de llevar a cabo con las vergonzosas diferencias entre los que estudian en un colegio con nombre de héroe o santo inglés y los que estudian en los con nombre y número de buque británico. Si miramos para el techo y no nos hacemos cargo como sociedad de estas demandas y esta realidad, podemos generar una bomba que tarde o temprano nos explotara en la cara a todos.



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* Daniel Manoucheri Lobos fue Presidente nacional del Parlamento Juvenil, encargado de la campaña juvenil de Michelle Bachelet, y actualmente es vicepresidente de la Juventud socialista. Comentarios a daniel_Manoucheri@yahoo.es


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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