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Desiguales hasta en la dentadura


La desigualdad parte en la boca de nuestros compatriotas. Los chilenos tenemos, en promedio, 2,5 dientes con caries. Sin embargo, al analizar más en detalle el tema, hay que hacer una marcada distinción entre la realidad que existe entre los estratos socioeconómicos altos y bajos. De esta forma, otra vez reflota la vergonzosa desigualdad de nuestro país, que permea cada hecho cotidiano de nuestra vida, como la salud bucal.



Según un estudio realizado por el Ministerio de Salud, el 25% más pobre de la población tiene un promedio de 3,51 dientes con caries, mientras en el estrato socioeconómico más alto esta realidad cambia a sólo 0,9 dientes con caries.



Con respecto a la posesión de una dentadura completa, en el estrato socioeconómico bajo el 82% de los individuos no tiene todos sus dientes, mientras que esta cifra desciende bruscamente al 51% en los estratos más pudientes.



Resulta muy ilustrativo observar también la influencia que tiene la educación en la salud bucal. De cada 100 individuos con un nivel educacional bajo, sólo 7,6 tienen la dentadura completa, realidad completamente opuesta a los 44,5 de cada 100 individuos que tienen la dentadura completa y un nivel educacional alto.



Obviamente, la salud bucal tiene también una estrecha relación tanto con la higiene bucal como con las visitas que se hagan al dentista, como forma de prevención y control. En el estrato socioeconómico alto, el 38,3 dice haber visitado al dentista hace menos de 6 meses, realidad completamente opuesta al sector más pobre de la población, en donde el 31,6 dice no haber ido a control en más de 5 años e incluso -y aún más alarmante- un 7,6% jamás ha visitado a un especialista.



Es en este último punto en donde encontramos el gran problema que existe hoy en día en nuestro país en relación a la salud dental. Las políticas desarrolladas por el Gobierno generan una marcada diferencia entre la salud pública y privada en materia dental. Mientras las isapres tienen este tema resuelto para sus clientes, en la Salud Pública las visitas al dentista sólo están cubiertas cuando se presenta alguna emergencia bucal, es decir, cuando ya es demasiado tarde.



Dentro del sistema de Salud Pública existen importantes falencias que es necesario mejorar para poder otorgar a la población de menos recursos una atención eficiente y digna para cuidar de su salud bucal.



Un estudio realizado en 2003 demostró que el equipamiento en algunos servicios de urgencia odontológicos, por ejemplo, se advertían vergonzosas falencias: la mayor parte de los sillones para atender estaban en mal estado. Es decir, ni siquiera se cuenta con las herramientas básicas necesarias para contar con una buena atención.



Si se quiere avanzar en una atención de salud digna para todos los chilenos, no basta sólo con ofrecer servicios de salud bucal de urgencia. Hay que asegurar a la población una educación, prevención y control respecto de sus dientes. Recordemos lo importantes que éstos son en el desarrollo de una persona, tanto en calidad de vida como en autoestima. El Estado, por tanto, debe comprometerse con todos los chilenos por igual y terminar con estas escandalosas cifras en salud bucal.



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Rolando Schulz, Presidente del Colegio de Dentistas




  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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