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Guantánamo, una explosión latente en el Caribe


La base naval de Guantánamo, que los Estados Unidos han mantenido por años en Cuba de manera ilegal y contra la voluntad de la población local, abre otro episodio vinculado a los Derechos Humanos. En enero de 2002, con la llegada de los primeros prisioneros de la guerra antiterrorista, ya había ocupado las columnas internacionales con denuncias de tortura. Ahora vuelve a las portadas, después de tres suicidios que ocurrieron en la noche del 9 al 10 de junio.



Esa instalación penitenciaria, ubicada a 64 kilómetros de Santiago de Cuba y a 920 de La Habana, cubre un área de 117 kilómetros cuadrados entre tierra firme, pantanos y agua, y una línea de costa de 17,5 kilómetros. Vive en circuito completamente cerrado, produciendo su propia electricidad, reciclando el agua del mar y recibiendo víveres de Florida.



Desde su creación, ha recibido a unos 760 prisioneros. Un dato impactante: de los 457 que se encuentran ahí en este momento, solamente 10 fueron formalmente detenidos y ninguno ha sido juzgado hasta ahora. Originarios de unos treinta países distintos, casi todos fueron capturados en Afganistán en 2001 por ser sospechados de talibanes o miembros de Al-Qaeda. Su único contacto con el mundo exterior se ha limitado a algunos delegados de la Cruz Roja, y a los abogados estadounidenses que han tratado de hacer prevalecer el derecho civil sobre la justicia militar desde que la Corte Suprema hubiera autorizado a los prisioneros, el 28 de junio de 2004, a argumentar su detención frente a la justicia americana.



Los tres suicidios que agitaron la semana pasada las columnas internacionales enfocadas en el mundial de fútbol ocurrieron en la unidad número 1 de Guantánamo, la más estricta, con celdas bajo control permanente de patrullas militares. A pesar de esa infraestructura fenomenal, los prisioneros, dos originarios de Arabia Saudita y uno de Yemen, lograron ahorcarse usando prendas de ropa. Según el comunicado del comandante de la base, la muerte ocurrió por asfixia. Las víctimas se habían escondido colgando sábanas que acababan de lavar, según fuentes oficiales castrenses, gesto que tuvo como consecuencia inmediata la prohibición de lavar ropa en toda la cárcel.



Hasta ahora, y a pesar de que se hayan registrado 45 tentativas de suicidio desde 2002, los guardias habían logrado evitar ese tipo de acto en Guantánamo -esencialmente por miedo a las consecuencias en el mundo árabe- usando medidas que incluían la lectura de pasajes del Corán condenando el suicidio. Según varias asociaciones de defensa de los Derechos humanos, circulaba entre los prisioneros un rumor según el cual se cerraría Guantánamo después de estas autoinmolaciones.



Después del incidente, Bush declaró que estaba «muy preocupado» por la situación y pidió que los cuerpos fueran devueltos a las familias respectivas con el respeto correspondiente a las «sensibilidades culturales» de los países de origen de las víctimas.



En cuanto al Parlamento europeo, pidió el 13 de junio que se cerrara la base, por 597 votos a favor contra 15 oposiciones y 20 abstenciones, solicitando que cada prisionero recibiera un tratamiento que sea conforme al derecho humanitario internacional y fuera juzgado por un tribunal independiente e imparcial. Los que votaron a contra definieron esa resolución como «antiamericana». Sin embargo, los gobiernos europeos también tienen piso de vidrio al descubrirse recientemente la existencia de cárceles especialmente diseñadas para torturas en países como Rumania y Polonia, y también que cuatro miembros de la UE -Alemania, Italia, Suecia e Inglaterra- habían sido cómplices activos de la CIA en el transporte ilegal de supuestos terroristas hacia prisiones secretas, entre las cuales Guantánamo.



Por su parte, el gobierno cubano no está dispuesto a aceptar cualquier tipo de negociación y demanda solamente la retirada completa de las tropas que ocupan ilegalmente en Guantánamo, pero confirmó también en varias oportunidades que no trataría de recobrar sus derechos mediante la fuerza y esperaría que se impusiera la justicia.



Los Estados Unidos tomaron posesión de la región en 1903. Desde 1959, la base de Guantánamo ha sido fuente de conflictos violentos, con las tropas del enclave y los contrarrevolucionarios que se refugiaron ahí. La presencia del ejército norteamericano también ha provocado daños ecológicos considerables, entre otras razones porque estacionaron submarinos nucleares en la bahía.



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Sylvie Moulin. Académica, cronista y coreógrafa.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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