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Por qué reconocer a la República Árabe Saharaui


Con fecha 7 de mayo, el señor Abdelahadi Boucetta, embajador del Reino de Marruecos en Chile, respondió a mi artículo «Sahara Occidental y Derechos Humanos», sobre la flagrante violación a los derechos humanos del pueblo saharaui en los territorios ocupados en el Sahara Occidental, publicado en El Mostrador.cl y luego, en forma extractada, en el diario La Tercera como carta al director.



En su respuesta, dirigida a este último medio, el embajador deslizó acusaciones infundadas e injuriosas en mi contra. No resulta consistente que un embajador extranjero acreditado ante nuestro país, se ampare en su inmunidad diplomática para afirmar que las opiniones expuestas serían fruto de un «lobby» y que responderían a una inexistente «empresa pagada para desinformar y sembrar dudas». Hubieran bastado argumentos y no descalificaciones personales para abordar los temas de fondo planteados.



El embajador descalifica al mensajero y no al mensaje, ignorando que existe ética y convicción en el compromiso con la democracia, las luchas por la descolonización y la defensa y promoción de los derechos humanos en general y en particular, respecto de los ciudadanos de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).



Para abordar de manera integral el tema, resulta indispensable materializar el cumplimiento del reconocimiento de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) por parte del Estado de Chile y consecuentemente el establecimiento de relaciones diplomáticas entre nuestros dos países. Tal reconocimiento, fue comunicado al Congreso Nacional por parte del entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Señor Juan Gabriel Valdés en el mes de noviembre de 1999.



Al adoptar dicha determinación, Chile reafirmará su tradicional adhesión y compromiso con el principio de autodeterminación de los pueblos, renovando su pleno respaldo al inalienable derecho a la independencia de los países y pueblos coloniales. Al mismo tiempo, nos permitirá contribuir de manera eficaz con la defensa y promoción de los derechos humanos.



El reconocimiento de la RASD por parte del Estado de Chile contribuirá también a fortalecer la vía diplomática y los esfuerzos emprendidos por las Naciones Unidas para una resolución pacífica del conflicto del Sahara Occidental, fortaleciendo el cumplimiento de la celebración del referéndum de autodeterminación, para permitir al pueblo saharaui elegir libremente su destino.



Las graves violaciones a los derechos humanos de la población saharaui en los territorios ocupados, cometidas por las fuerzas de ocupación desde 1975, constituyen una alta preocupación de todas las organizaciones de derechos humanos (Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Federación Internacional de DDHH y la Organización Mundial contra la Tortura). Chile debería sumar su voz para exigir que cese la tortura en las zonas ocupadas, los juicios sumarios, la liberación inmediata de los presos políticos saharauis y pedir que aparezcan los más de 526 desaparecidos saharauis.



El establecimiento de relaciones diplomáticas con la RASD, cuenta con un alto nivel de respaldo político, social y cultural en nuestro país y restablecerá el equilibrio entre Chile y los dos países en conflicto. Es una cuestión de justicia. Tanto Marruecos como la República Árabe Saharaui Democrática tienen embajadas en las mismas capitales en más de quince países, como México. Venezuela, Argelia, Sudáfrica, Nigeria, Angola, Kenia, Etiopía, entre otros.



En América del Sur, se han producido en los últimos meses importantes avances que contribuyen a fortalecer la vía diplomática y los esfuerzos emprendidos por las Naciones Unidas para una resolución pacífica del conflicto del Sahara Occidental. En Uruguay, el gobierno del Presidente Tabaré Vásquez viene de establecer relaciones diplomáticas con la RASD. Por su parte, el gobierno del Presidente Alfredo Palacios del Ecuador, formalizó el restablecimiento de relaciones bilaterales con el gobierno Saharaui. En el Perú, en octubre del 2005, un representativo grupo de dirigentes políticos peruanos, entre los cuales destaca el actual Presidente electo, Dr. Alan García, solicitaron al Presidente Toledo que «reestablezca las relaciones diplomáticas con la RASD, unilateral e injustamente suspendidas en 1996 durante el gobierno de Alberto Fujimori Fujimori».



Chile debería seguir este mismo camino, ya que por nuestra propia historia como nación independiente y soberana, comprendemos y valoramos el alto significado que tiene la causa de la libertad, la autodeterminación y la independencia.





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Esteban Silva Cuadra. Analista internacional y militante del Partido Socialista.
























  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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