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El profundo sentido de la meta presidencial


Cuando la Presidenta Michelle Bachelet nos convocó a trabajar para dar cumplimiento a la meta presidencial correspondiente a la habilitación de salas cuna, como Junji entendimos que lo que debíamos hacer era poner en escena toda la experiencia del trabajo, hacia la infancia, que la institución tiene desde hace 36 años.



Este ejercicio debía promover todos los mecanismos que nos permitieran habilitar salas cuna que fueran dando respuesta a las necesidades de las familias más pobres del país y con ello contribuir, desde nuestra área, a que Chile sea más justo, solidario y con igualdad de oportunidades para todas y todos los niños. Este trabajo debía tener, finalmente, beneficios que se materializaran en una mejor calidad de vida para las familias en su conjunto.



Y son precisamente estos beneficios los que deseamos compartir con la ciudadanía: la habilitación de más de 200 salas cuna a la fecha, permitirá que más familias tengan la tranquilidad de que sus hijas e hijos estén en un lugar que reúne todas las condiciones materiales, humanas y pedagógicas para que las madres y padres puedan desarrollar otras actividades y con ello participar de los procesos de aprendizajes en mejores condiciones.



Cuando señalamos que las madres podrán acceder al mundo del trabajo, capacitación y cultural mientras sus hijas e hijos se encuentran en el jardín o sala cuna, estamos diciendo que: esa madre se sentirá mejor porque trabajar o estar capacitándose le significará relacionarse con otras personas; con ello conocer y compartir experiencias de vida; comprender mejor el medio en el que se desenvuelve y construir redes de cooperación con otras madres que están en la misma situación; su autoestima será mejor no sólo por sentir que contribuye económicamente al hogar, sino porque sentirá que es un aporte; estará mejor capacitada, por lo tanto participará de mejor forma en los procesos de aprendizaje de sus hijos; socializará la experiencia, por lo que será posible que más madres comprendan la importancia de la educación inicial desde la más temprana edad; será testigo de cómo su hija o hijo aprende más, por lo tanto la relación entre madre e hijo mejorará considerablemente, a la vez que la motivará para que se acerque al jardín y se interiorice de lo que diariamente se le entrega y con ello saber en que áreas ella puede reforzar los aprendizajes.



Son éstos y otros beneficios los que queremos compartir, pues de ello se nutrirá la comunidad para finalmente lograr que las familias del país comprendan a cabalidad la importancia y trascendencia de la educación inicial.



Son estos aspectos los que nos hacen sentir orgullosas (os) de haber trabajado, junto a Fundación Integra, en la habilitación de más de 200 salas cuna, a la fecha, a lo largo de todo el país. En cifras globales, Junji en 2005 contaba con 545 salas cuna. A la fecha la institución alcanzó a 640, es decir hubo un incremento de 17,5%. Asimismo, Junji en 2005 tenía una cobertura en salas cuna de 10.219 niñas y niños, cifra que aumentó en 2006 a 11.868, es decir, hubo un incremento de 16,2%.



Finalmente, quisiera señalar que todo proceso material y humano que permita mejorar la calidad de vida del presente y futuro de cientos de niñas y niños, debe ser un compromiso compartido entre todos los actores sociales, principalmente de las familias y las instituciones como Junji, que somos los actores que diariamente nos relacionamos con la vida de ellas y ellos.



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Estela Ortiz Rojas. Vicepresidenta. Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji)


















  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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