Publicidad

Robo del siglo XX y XXI:Nacionalización y desnacionalización del cobre (VII)


El 11 de julio de 2006 se cumplen 35 años de la nacionalización del cobre. A partir de esta nota, presentaremos algunos documentos históricos y aspectos jurídicos y económicos relacionados con el proceso de nacionalización del cobre y el proceso de desnacionalización del cobre. Con la nacionalización del cobre, el Estado chileno a través de CODELCO tomó en sus manos casi el 100% de la producción y de las exportaciones de cobre.



En la actualidad, CODELCO ha disminuido su participación en la producción y en las exportaciones de cobre desde casi 100%, a alrededor de un 30%. Cerca del 70% de la producción y de las exportaciones de cobre desde Chile, son controladas por las grandes mineras privadas, mayoritariamente extranjeras.



Esta nota está referida a la nacionalización del cobre en el gobierno de Salvador Allende. En las siguientes notas, analizaremos el inicio de la desnacionalización en Dictadura y la continuación del proceso de desnacionalización durante los gobiernos de la Concertación.



I. El Mensaje de Salvador Allende al Congreso Nacional que acompaña el Proyecto de Reforma Constitucional para la Nacionalización del Cobre.



El Mensaje de Salvador Allende, señala que por tratarse de la principal riqueza básica del país y porque la nacionalización del cobre daba paso a la ‘Segunda Independencia Nacional’, la Nacionalización del Cobre debería estar consagrada no en una simple ley, sino que en la Constitución Chilena o Carta Magna.



Textualmente en el Mensaje se dice:



ˇ «Al presentar al Congreso Nacional esta reforma constitucional, estamos afirmando que no estamos dispuestos a tolerar más esta situación y que de ahora en adelante en nuestra propia Carta Fundamental, quedará establecida nuestra decisión de que las riquezas chilenas sean de los chilenos y para los chilenos, que basados en ella construirán una nueva vida y una nueva sociedad. Sabemos que todos los pueblos libres del mundo nos acompañarán en esta tarea»*1



Enfatizando y acentuando lo anterior, Allende agrega:



ˇ «No podrá escapar a la percepción de los señores parlamentarios las circunstancias de que sólo por muy justificados motivos debe haber optado el Gobierno por recurrir a la vía de la Reforma Constitucional para lograr la nacionalización del cobre. Efectivamente, poderosas razones de orden político y jurídico convencieron a la Unidad Popular de que esa era la vía necesaria y conveniente.



En primer lugar, la importancia que para la existencia libre, independiente y soberana del país tiene esta nacionalización, exige que ella sea solemnizada con la adopción de una decisión al más alto nivel jurídico concebible, aquel nivel en que es el propio soberano, el pueblo, actuando como Poder Constituyente, quien expresa su voluntad. Así, queremos enfatizar, poner de relieve, en los planos nacional e internacional, que tenemos clara conciencia de lo que la nacionalización significa, y sí el nacimiento de la independencia política está marcada por una Carta Fundamental, creemos indispensable que el nacimiento de Chile a la independencia económica sea también registrado en la Constitución».



II. Resolución de Naciones Unidas 1.803 (XVII): Soberanía Permanente sobre los Recursos Naturales (14 de diciembre de 1962)



De la Introducción de esta Resolución transcribimos algunos apartados:



ˇ «Teniendo presente lo dispuesto en su Resolución 1.515 (XV), del 15 de diciembre de 1960, en la que ha recomendado de que se respete el derecho soberano de todo Estado a disponer de su riqueza y de sus recursos naturales».
ˇ «Considerando que cualquier medida a este respecto debe basarse en el reconocimiento del derecho inalienable de todo Estado a disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales en conformidad con sus intereses nacionales, y en el respeto a la independencia económica de los Estados»
ˇ «Asignando especial importancia a la cuestión de promover el desarrollo económico de los países en vías de desarrollo y de afianzar su independencia económica»
ˇ «Tomando nota de que es provechoso el ejercicio y robustecimiento de la soberanía permanente de los Estados sobre sus riquezas y recursos naturales, con ánimo de cooperación internacional en la esfera del desarrollo económico, sobretodo en los países en vías de desarrollo».



Declara lo siguiente:



1. «El derecho de los pueblos y de las naciones, a la soberanía permanente sobre sus riquezas y recursos naturales debe ejercerse en interés del desarrollo nacional y del bienestar del pueblo del respectivo Estado».
2. «La exploración, el desarrollo y la disposición de tales recursos, así como la importación del capital extranjero para efectuarlos deberá conformarse a las reglas y condiciones que esos pueblos y naciones libremente consideren necesarias o deseables para autorizar, limitar o prohibir dichas actividades».
3. «En los casos en que se otorgue la autorización, el capital introducido y su incremento se regirán por ella, por la ley nacional vigente y por el derecho internacional. Las utilidades que se obtengan deberán ser compartidas en la proporción que se convenga libremente en cada caso, entre los inversionistas y el Estado que recibe la inversión, cuidando de no restringir por ningún motivo la soberanía del Estado sobre sus riquezas y recursos naturales».



De las otras declaraciones, seleccionamos las dos últimas:



7. «La violación de los derechos soberanos de los pueblos y naciones sobre sus riquezas y recursos naturales es contraria al espíritu y a los principios de la cooperación internacional y a la preservación de la paz.»
8. «Los acuerdos sobre inversiones extranjeras libremente concertados por Estados soberanos o entre ellos deberán cumplirse de buena fe; los Estados y las organizaciones internacionales deberán respetar estricta y escrupulosamente la soberanía de los pueblos y naciones sobre sus riquezas y recursos naturales de conformidad con la Carta y los principios contenidos en la presente resolución».



III. Salvador Allende: Contrapunto entre el interés nacional y el interés de las empresas extranjeras.



En el Mensaje, Salvador Allende hace un contrapunto entre los intereses de las empresas estadounidenses -Anaconda y Kennecot-, que eran propietarias de la gran minería del cobre en Chile y los intereses de Chile. De ellas nosotros enumeramos las siguientes:



1. «A Chile le convienen precios altos para sus materias primas. A los monopolios les conviene precios bajos para abaratar los costos de sus fábricas elaboradoras».
2. «A Chile le conviene una mayor elaboración en el país, para integrar la economía nacional, lograr mayor ocupación, más procesos industriales, más salarios, más tributación, más compras en el país. A los monopolios les interesa no industrializar en Chile para que el gran valor que agrega al precio del metal su elaboración, que significa inmensa actividad industrial y comercial y altos salarios, quede en la metrópoli»
3. «A nosotros nos interesa cuidar nuestra reserva y sacar el máximo provecho de ella, a medida que la necesitemos. A ellos les interesa llevarse fuera la mayor cantidad de cobre, al precio más bajo y en el menor tiempo posible»



IV. La nacionalización del cobre aprobada por el Congreso Pleno.



El clamor nacional por la nacionalización del cobre, fue un proceso de décadas, paralelo a muchos cambios en la legislación que expresaban el interés de Chile, por obtener mayores recursos para el país por la explotación del cobre. Este clamor nacional llegó al más alto nivel en la sociedad chilena. De hecho, era una de las medidas principales contenidas en el Programa Presidencial de Salvador Allende y en el Programa Presidencial de Radomiro Tomic. Este clamor de la Nación se plasmó con la aprobación de la Nacionalización del Cobre por la unanimidad del Congreso Nacional en Pleno, el 11 de julio de 1971.



Salvador Allende se refería al 11 de julio- entre otras atribuciones características-, como el ‘Día de la Dignidad y de la Solidaridad Nacional’.



‘Dignidad’ porque Chile rescataba como correspondía la principal riqueza básica del país que quedaba férreamente incorporada en la Constitución en una perspectiva histórica. Y, ‘Solidaridad’, porque sus recursos junto con permitir la ‘Independencia Económica Nacional’, estaría orientada en parte significativa a mejorar las condiciones de vida del pueblo chileno, en salud, educación, vivienda y previsión social, así como para enfrentar desastres naturales.



También el 11 de julio debía ser el día de la ‘Dignidad y Solidaridad’, porque Allende planteaba que la nacionalización del cobre debía servir, no sólo para las generaciones actuales, sino también para las futuras generaciones de chilenos.



En la próxima nota, analizaremos cómo por una simple ley en Dictadura, se posibilita la desnacionalización del cobre y se borran de una plumada todos los argumentos históricos, sociales, económicos, jurídicos y políticos que se tuvieron presentes para que la nacionalización del cobre quedara consagrada en la Constitución del Estado chileno.



Con la simple ley de la Dictadura, se ha permitido que Chile que tenía en sus manos casi el 100% de la producción y de las exportaciones de cobre, disminuya su participación a sólo un 30% aproximadamente. Ahora, cerca del 70% de la producción y de las exportaciones de cobre desde Chile, son controladas por las grandes mineras privadas, mayoritariamente extranjeras.



* Para las citas del Mensaje y de la Resolución de Naciones Unidas, hemos utilizado el libro de Eduardo Novoa Monreal, «La Batalla por el Cobre. La Nacionalización Chilena del Cobre», Empresa Editora Nacional Quimantú Limitada, 1972.Histórico libro que incluye importantes documentos y comentarios. Este libro debería ser reeditado.



_________________________________________



Orlando Caputo. Economista Universidad de Chile, Investigador de Cetes y del Grupo de Economía Mundial de Clacso y de la Redem.

Graciela Galarce. Economista Universidad de Chile, Magíster en Ciencias Sociales – Flacso, Investigadora de Cetes.


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias