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Menos 10: Razones de una baja


Hace unos días, al analizar una petición de la defensa de un imputado preso para trasladarlo por razones de seguridad y salud a otro lugar de detención, un juez de garantía de la zona Oriente de la Región Metropolitana explicaba que era un hecho público el hacinamiento que había en las cárceles y que dada esa premisa, naturalmente, todos los presos tratarían de obtener mejorías en sus condiciones vitales.



La reflexión que hace este juez, no es más que el reconocimiento concreto del hacinamiento en el que viven los presos, que impide que alguna medida de rehabilitación sea posible. No se puede pretender la readaptación de un sujeto cuando es tratado como animal y pretenderlo es sólo estupidez, aún cuando el Director Nacional de Gendarmería, Alfredo Bañados, se haya mostrado sorprendido con el Informe de la Fiscal de la Corte Suprema.



Presos durmiendo en el patio, exhibidos sin pudor ante nuestros ojos, me recuerdan las devastadoras imágenes de las casas entregadas a humildes pobladores en distintas partes de Chile; casas de 9 a 20 metros cuadrados no pueden ser más que una ofensa grosera a la pobreza.



Casas «chuby», de nylon, de juguete, que se pasan en la primera lluvia más o menos intensa; cientos de presos durmiendo a la intemperie; baños que nadie desearía usar por muy necesitado que se encuentre y que abundan en los establecimientos de salud pública, o las condiciones de habitabilidad, higiene y material de los establecimientos educacionales, expuesta sin pudor por los secundarios no hace mucho. Todas, fotografías del Chile contemporáneo, que tienen en común un desprecio por la dignidad del ser humano, fundamento ético en la que descansa toda la construcción moderna de los Derechos Humanos.



La baja en 10 puntos porcentuales de aprobación a la Presidenta Bachelet, para algunos ha sido sólo la consecuencia de una administración errática frente a algunas situaciones extremadamente complejas y urgentes. Para otros, es producto de una campaña orquestada para provocar determinados efectos en la opinión pública.



Otros consideran que el menos diez es resultado de una creciente sensación térmica de ser víctima de un delito, aunque los índices en la comisión de hechos criminales se encuentran hace rato estancados.



De esta sensación de temor, ya no puede culparse sólo a los que siempre han propiciado más represión, sino que ha sido el propio gobierno quien ha hecho suyos los discursos de «la puerta giratoria» y «la tercera es la vencida», entre otras frases enarboladas hace rato por Joaquín Lavin. «Córtale las alas a la delincuencia», no es una idea novedosa en la derecha, pero lo es en los sectores que alguna vez reflexionaron desde la vereda del progresismo.



Hoy está en discusión la idea de la comisión Viera Gallo, una de tantas, que nos ofrece un Ministerio de Seguridad Pública, para hacerse cargo de la seguridad ciudadana. Nos dicen que el Ministerio del Interior se encargará de la jefatura de gabinete -supongo que no se refieren a que el ministro Belisario Velasco sea quien lleve la agenda de la Presidenta y se encargue de entregar las minutas y carpetas a los demás ministros para las muy importantes reuniones de trabajo-, sobre todo cuando éste tiene agenda propia y quiere informantes.



El Ministerio de Seguridad Pública aparece necesariamente como respuesta a esta sensación térmica. Lo que debiera preocuparnos es que el derrotero que subyace a esta política, son restricciones de derechos y libertades públicas, como lo hizo la administración Bush, después del 11 de septiembre, con las consecuencias de torturas en Irak, Guantánamo y cárceles secretas o la que trató de enarbolar, sin el mismo éxito, el gobierno de José María Aznar, luego del grosero atentado en Atocha.



¿Sabía usted que el Ministerio del Interior posee dos divisiones que monitorean el orden público y la seguridad ciudadana desde hace rato? La División de Gobierno Interior, que en alguna época estuvo más preocupada de la resistencia mapuche que de los robos con violencia, y la División de Seguridad Ciudadana.



¿Le han contado que carabineros tiene unidades especializadas en inteligencia criminal y qué la Policía de Investigaciones tiene Brigadas especializadas en narcotráfico y crimen organizado?.



¿Sabe usted que existe una Agencia Nacional de Inteligencia y otra de Inteligencia Financiera?.



Entonces, ¿cree que el Estado de Derecho no posee herramientas para la prevención y represión del crimen organizado?.



Cuando el gobierno centra su preocupación en una agenda que cambia según los temas que convoquen a los medios; cuando la propia agenda ya no es más que un conjunto de buenas intenciones que debieron, por fuerza, darse por satisfechas en el cumplimiento formal de las medidas para los 100 días, no resulta extraño que exista una baja en el índice de aprobación ciudadana. Ya no hay excusa en que se trata de una administración nueva, pues eso es inexacto, de modo que los consiglieris de La Moneda deberán -muy pronto- definir cuánto de cambio y cuánto de continuidad tiene el cuarto gobierno de la Concertación.



Claramente, hubiésemos esperado en el reciente cambio de gabinete algo más que un enroque de rostros. En el Ministerio de Educación se ha desperdiciado una oportunidad: haber puesto a la cabeza de dicho buque alguien que tenga probadas competencias en educación pública; existen muy buenos agentes intelectuales para ello, pero este cambio más bien fue sólo un movimiento menor de peones en una partida de ajedrez algo latera.



Cuando la popularidad del gobierno va a la baja, la respuesta de apelar a la empatía con lo que está sintiendo la señora juanita reloaded, no es una apuesta a futuro muy certera, especialmente cuando ésta importa restricciones de derechos y libertades públicas, como ya lo anunció Don Belisario.



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Luis Correa Bluas. Abogado.


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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