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Patos negros en el desierto


La huelga de Escondida ha concluido, con la aprobación abrumadora de los huelguistas a la fórmula de acuerdo propuesta por sus dirigentes, que les reporta importantes beneficios económicos y laborales. Así lo anunció su vocero, Pedro Marín, en medio de gritos y vítores a sus espaldas, dando por concluida una movilización que por 25 días remeció la conciencia nacional -de hecho, han llamado a renacionalizar el cobre- y motivó un inusitado interés mundial. Por ello, fueron apodados «Patos Negros», en referencia a la proeza de los «Pingüinos», al poner la crisis de la educación en el tapete de las preocupaciones del Estado. ¿Cuánto va a demorar en reaccionar esta vez las autoridades? Podrá pasar todavía algún tiempo, pero no será por siempre que los chilenos seguiremos aceptando de brazos cruzados que nos sigan escamoteando, año tras año, riquezas que nos pertenecen, por el equivalente al presupuesto del Estado.



No es que el país aparezca demasiado en los medios internacionales, aunque sin duda lo hace con una frecuencia que no se condice con su pequeño tamaño y remota ubicación. Después de la visita de la Presidenta Bachelet a los EEUU, el 8 de Junio pasado, por ejemplo, Chile apareció en ocho oportunidades en el New York Times, siempre en páginas interiores: dos en relación a la resistencia a los proyectos de Barrick Gold en Pascua Lama y ENDESA España en Aysén, dos relacionadas con transporte, el puente del Chacao y el atochamiento en Los Libertadores, una acerca de la lucha de la jueza que intenta recuperar la custodia de sus hijos y el reconocimiento a los derechos de los homosexuales, y por cierto, tres noticias con el único caso que concita permanente atención mundial: Pinochet. La huelga de Escondida, en cambio, sólo en el Financial Times de Londres, aparece mencionada en 111 noticias diferentes, incluyendo tres titulares de primera plana y varios en otras páginas principales, a partir de los primeros rumores de paralización, aparecidos el 24 de junio. Amplios reportajes acerca de la huelga fueron publicados en otros medios escritos, y asimismo en televisión por la BBC, CNN y otros canales internacionales.



¿Porqué la huelga de Escondida concita tanto interés en medios financieros internacionales?



En primer lugar, evidentemente, por la importancia de la mina, que representa nada menos que el 8,5% de la producción mundial, lo que redundó en un alza inmediata de 3% el precio del metal, el primer día de la huelga, a pesar que ésta no logró interrumpir sino parcialmente la producción – lo cual demuestra, como dice el asesor de los huelguistas, el economista Orlando Caputo, que Chile no es para nada un «tomador de precios» en este mercado. Especialmente, sin embargo, los medios se preocupan porque Escondida está generando utilidades inmensas a sus propietarios, en su mayor parte, empresas que se transan en bolsa en la «city» de Londres.



En medio de la huelga, BHP Billiton, la mayor minera del mundo y propietaria de un 57.5% de Escondida, anunció utilidades globales record, las que aumentaron un 63% en el año terminado el 30 de junio, y un 77% en el último semestre, hasta alcanzar 10.900 millones de dólares, después de impuestos. Dado que este indicador suele arrojar una imagen distorsionada del comportamiento de las empresas, debido a la manipulación de resultados para minimizar el pago de impuestos, en sus informes a sus accionistas y otros inversionistas, éstas utilizan índices complementarios, más confiables. Los principales son la utilidad antes de impuestos y gastos financieros (conocida como EBIT, sigla del inglés «Earnings Before Interest and Taxation»), y la utilidad antes de impuestos, gastos financieros, depreciación (incluyendo castigo de intangibles) y amortizaciones (conocida como EBITDA, sigla del inglés «Earnings Before Interest, Taxation, Depreciation, Amortisation». Pues bien, el EBIT de BHP, que equivale aproximadamente a sus utilidades operacionales, aumentó un 54%, hasta alcanzar 15.300 millones de dólares, y el EBITDA, que equivale aproximadamente a su flujo de caja bruto, aumentó un 50%, hasta alcanzar 18.100 millones de dólares. Es decir, el flujo de caja bruto de BHP alcanzó cifras comparables al 80% del presupuesto del Estado chileno.



La mayor parte del aumento en las ventas y utilidades de BHP a nivel mundial provienen de una sola operación: Minera Escondida – la empresa posee otras minas de cobre, en Perú y otros países, pero su tamaño son una fracción de Escondida. Las ventas totales de BHP alcanzaron a 39.099 millones de dólares, experimentando un aumento de 7.949 millones respecto de 2005, que equivale a un 25.5%. Sin embargo, las ventas del rubro «metales básicos,» donde lo principal es el cobre producido por Escondida, alcanzaron 10.294 millones de dólares, con un aumento de 5,251 millones, que representan un 104.1%. Es decir, principalmente gracias a Escondida, las ventas de metales básicos de BHP se duplicaron en un año, mientras sus ventas totales aumentaban en una cuarta parte. Igualmente, las utilidades antes de intereses e impuestos (EBIT), provenientes de metales base, aumentaron un 148,7%, hasta alcanzar 5.400 millones de dólares, lo cual explica un 60% del incremento total del EBIT de BHP. Estos enormes aportes de Escondida a las ventas y utilidades de BHP, sin embargo, representan solo el 57.5% de las inmensas ganancia de esta mina. El resto fue a los bolsillos de sus otros propietarios, la transnacional minera Río Tinto (30%), el consorcio de fundidores Japan Escondida Company, JECO (10%), y la International Finance Corporation, IFC, perteneciente al Banco Mundial (2.5%).



BHP pagó impuestos por 3.632 millones de dólares globalmente, lo que equivale al 25,6% de sus utilidades antes de impuestos, de los cuales 3.1% corresponden a royalties aplicados en diferentes partes del mundo. Sin embargo, la cifra total de royalties pagados es significativamente superior, puesto que según las normas contables internacionales, se declaran como impuestos solo los royalties aplicados sobre las utilidades -como el caso chileno, aunque todavía Escondida no paga royalties significativos en el país-, y no sobre las ventas, los cuales se cargan directamente a costos. De hecho, la empresa aclara que la diferencia con la tasa de impuestos a las utilidades vigente en el Reino Unido y Australia, donde se transa y radica, respectivamente, que es de 30%, se debe a que si se corrige la tasa anterior incluyendo conceptos tales como royalties, ítems excepcionales, y otros, la misma sube a 27.4%, y el resto de la diferencia se explica por créditos de impuestos debidos a pérdidas en los EE.UU.



«Chip» Goodyear, Presidente Ejecutivo de BHP, reconoció que un 70% del fabuloso incremento en sus resultados, se debe al aumento de precios, especialmente los del cobre. Éstos, como se sabe, subieron de 60 centavos de dólar por libra hace poco, hasta bordear los cuatro dólares, en algunos momentos en meses recientes. Es decir, se multiplicaron más de siete veces, en tres o cuatro años. ¿Ha visto Ud. alguna vez que los automóviles, por ejemplo, suban de precio al doble, o al triple, de un año para otro? ¿O los computadores? ¿O los teléfonos celulares? Más bien, la tendencia en el largo plazo es que los precios de estos bienes industriales vayan bajando, en algunos casos de manera muy acelerada, como en los dos últimos ejemplos. En cambio, estos aumentos súbitos sí ocurren en el petróleo, cobre y otros minerales, así como algunos productos agrícolas cuando el año viene malo, por mencionar algunos. Algo especial habrá entonces en la minería, así como en estos mercados, que provoca estos fenómenos de precio. Como todo el mundo sabe, ello se debe a que, a diferencia de las industrias normales, en ellos la producción descansa en factores escasos, usualmente recursos naturales. De este modo, cuando la demanda aumenta, no es posible incrementar la oferta al mismo ritmo, y los precios suben muy por encima de los costos de producción. Dicho sobreprecio genera una sobre utilidad, que normalmente se traduce en un pago a los dueños del factor escaso, que se denomina renta.



Es decir, el aumento de los resultados de BHP se debe exclusivamente a la renta de los minerales, los cuales, sin embargo, pertenecen por lo general a países en desarrollo que cobran poco o nada por el derecho a explotarlos. De esta manera, la preocupación principal de la prensa financiera internacional derivó rápidamente hacia un tema de mucho mayor importancia estratégica, al cual se han referido varios editoriales y otros artículos. Hoy por hoy, dado los elevados precios de las materias primas, dichas empresas están haciendo «su agosto». La pregunta es ¿hasta cuándo será posible mantener las actuales condiciones en que operan las multinacionales mineras en países en desarrollo? o más bien, ¿hasta cuándo continuarán aceptando los segundos que sus riquezas sean apropiadas por las primeras?





En el caso chileno, hasta hace poco, los economistas y la legislación establecida por Pinochet y mantenida por la Concertación, simplemente desconocían la existencia de la renta. Asumían que las empresas mineras debían regirse por las mismas reglas que el resto de las empresas que operan en sectores sin renta, lo que equivalía a regalar los minerales a quienes los que explotan. Ello introdujo una distorsión gigantesca en la economía, puesto que evidentemente un inversionista iba a preferir aquellos sectores donde le regalaban la materia prima. A consecuencia de ello, fue tal la avalancha de inversiones hacia la minería, que durante los años 1995-2002 los aumentos de producción desde Chile superaron el incremento de la demanda mundial, lo que se tradujo en un desplome de precios, el que afectó principalmente a CODELCO que era el productor establecido más importante.



Ello terminó precisamente cuando CODELCO y Escondida redujeron su producción, luego que a mediados del 2002, el precio mundial tocara fondo en 60 centavos por libra de cobre. Los economistas oficiales, mientras tanto, negaban este fenómeno – que fuera predicho y denunciado por Caputo ya en 1995 -, diciendo que Chile era «tomador de precios» en el mercado mundial. Aparte de no pagar renta alguna por extraer los minerales, las mineras abusaron a su antojo de los amplios boquetes de la legislación tributaria regular, eludiendo impuestos de manera grosera. Fue necesario que estallara el escándalo de Exxon, que vendió en 1.300 millones de dólares una empresa que había operado «a pérdida» durante 23 años, para que las denuncias de algunos pocos, encabezados por Caputo y el Senador Jorge Lavandero, se tradujeran en un amplio consenso nacional y finalmente, en una preocupación de Estado.



Varias iniciativas parlamentarias, culminaron con la aprobación de la llamada ley de «Royalty II,» para diferenciarla de una iniciativa gubernamental anterior, bastante mejor, que a pesar de obtener sólidas mayorías parlamentarias, fracasó debido a la oposición de la mayor parte de la derecha, y las elevadas exigencias de quórum.



Sin embargo, el llamado «Royalty II» -en realidad no es un royalty, que es un porcentaje sobre las ventas, sino una sobre tasa de 5% al impuesto a las utilidades- resultó en un escándalo mayor, puesto que ha significado, ni más ni menos, que una rebaja de impuestos, y precisamente a las empresas que hicieron más trampas tributarias hasta el 2005. Dichas empresas, que son todas las grandes mineras excepto un par, se habían declarado «sociedades contractuales mineras» para aprovecharse de un beneficio tributario destinado a la mediana y pequeña minería, para lo cual recurrieron a la ficción de declararse todas ellas «mediana minería,» a pesar de encontrarse entre las mayores mineras del mundo.



El beneficio consistía en que, a diferencia de cualquier otra empresa, ellas podían retirar sin pagar impuestos, utilidades retenidas que no habían tributado por depreciación acelerada. Dicho resquicio fue eliminado en la ley «contra la evasión,» de 2002, sin embargo, las empresas aludidas continuaron retirando utilidades sin pagar impuestos, acogiéndose a la llamada «invariabilidad tributaria,» beneficio que se ofrece a la inversión extranjera. Sin embargo, la «invariabilidad tributaria» exigía someterse a una tasa nominal de impuestos de 42%, en lugar del tope de 35% que afecta al conjunto de los contribuyentes. Hasta hace un par de años, dicha tasa era simplemente una referencia, puesto que todas estas empresas declaraban sostenidas pérdidas para efectos tributarios, y por lo tanto no pagaban nada.



El alza de precios de los dos últimos años, sin embargo, produjo tal vendaval de utilidades que no hay triquiñuela contable capaz de ocultarla. Por lo tanto, estas empresas debieron haber pagado 42% de impuestos. Sin embargo, el «royalty II,» les ofreció bajar su tasa desde 42% a 35%, con un adicional de 5% de «royalty,» es decir, una rebaja neta de 2%, de 425 a 40%. Adicionalmente, les ofreció una extensión de 12 años en la invariabilidad tributaria, y hasta tres años de gracia en el pago del «royalty.» Tal fue el escándalo, que la única empresa que habia pagado impuestos significativos rechazó pagar el «royalty,» alegando que a ella si le significaba un alza de 5% de impuesto, puesto que estaba acogida a la tasa normal de 35%. Ese es el legado de Eyzaguirre y Lagos en materia de tributación minera.





La única empresa minera privada que había venido pagando impuestos significativos, y que sigue haciéndolo, es Escondida. Sin embargo, un estudio de NN.UU. (ver: The «Pay Your Taxes» Debate en http://www.unrisd.org ), demostró que, durante años, la empresa había vendido por debajo del precio de la bolsa de metales de Londres, aún después de pagar cargos de refinación significativamente por encima del tope del mercado respectivo, y aceptar descuentos por subproductos por la tercera parte de los obtenidos por CODELCO. Todo ello en beneficio de sus clientes privilegiados, grandes fundidores internacionales, especialmente JECO, que es a su vez propietario de parte de Escondida. El estudio de NN.UU. fue confirmado tiempo después por la filtración del contrato de refinación de Escondida y JECO, que establece que habrá un «premio» al segundo, de 10% por encima del precio vigente para refinación. Esta información fue mantenida en secreto por COCHILCO; que a su vez en 1989 había aprobado esta transacción, ilegal a todas luces, puesto que establece precios de transferencia entre partes relacionadas, superiores al de mercado. De hecho, es interesante que en su reciente memoria comentada más arriba, BHP se felicita que ahora ha logrado precios superiores a los del mercado de Londres.





La magnitud de la renta que se están apropiando las grandes mineras en Chile es fácil de calcular en forma aproximada, y todo chileno debería memorizar este sencillo ejercicio matemático:
El precio promedio del cobre está actualmente por encima de los 3 dólares la libra; una libra es poco menos de medio kilo, por lo tanto, si una libra vale algo más de 3 dólares, un kilo vale algo más de 6 dólares, y una tonelada algo más de 6 mil dólares; Chile, por otra parte, exporta poco menos de 6 millones de toneladas al año; por lo tanto, el valor total de las exportaciones de cobre es alrededor de 6 mil dólares por tonelada, multiplicado por 6 millones de toneladas, es decir, alrededor de 36 mil millones de dólares. De esa cifra, las privadas exportan dos tercios y CODELCO un tercio, aproximadamente. Por lo tanto, las privadas exportan alrededor de 24 mil millones.



Para saber a cuanto alcanzan sus utilidades antes de impuestos, es necesario conocer sus costos. Pues bien, los costos directos de las privadas, es decir, salarios, combustibles y otros insumos, maquinarias, servicios, etc., que se gastan en extraer y refinar el cobre, en este momento, alcanzan a menos de 40 centavos de dólar por libra. Sin embargo, la cifra es irrelevante, puesto que en la actualidad, los ingresos por venta de subproductos – molibdeno, oro, plata, etc. -, son superiores a los costos directos, en la mayoría de los casos. En otras palabras, extraer y refinar el cobre les sale gratis. Los otros costos importantes son los gastos financieros, que casi siempre son transferencias de utilidades a empresas relacionadas, la depreciación, que en el caso chileno ya la han descontado completa de manera «acelerada,» y los gastos de administración y ventas, que en el caso de las mineras extranjeras que operan en Chile son muy bajos. En definitiva, lo que venden es casi todo utilidades, en la actualidad.



Por lo tanto, las utilidades de las mineras extranjeras que operan en Chile se aproximan actualmente a los 24 mil millones de dólares, de los cuales ellos han declarado que van a pagar este año 3 mil millones en impuestos y «royalties.» Es decir, sus utilidades netas alcanza a más de 20 mil millones de dólares anuales, en la actualidad. Eso es del mismo orden que el presupuesto total de la Nación, que el 2005 alcanzó a 23 mil millones de dólares.



En otras palabras, Chile está manteniendo dos Estados, uno lo financiamos con los todos los impuestos que se pagan, especialmente los excedentes que aporta CODELCO, y que este año van a acercarse a los 10 mil millones de dólares. Ese Estado brinda todos los servicios públicos que benefician a los chilenos, desde la construcción de carreteras y pago de pensiones y educación, hasta el retiro de la basura, puesto que estamos hablando del presupuesto consolidado del gobierno central y gobiernos locales.



Una cantidad similar, se la regalamos a un puñado de empresas mineras, en su mayor parte extranjeras. Las principales son sólo tres: BHP Billiton, propietaria principal de Escondida y Cerro Colorado, que produce un 19% del cobre exportado; Anglo American, propietaria relevante de Collahuasi, Disputada y Mantos Blancos, que produce el 18% del cobre, y Antofagasta PLC, de Luksic, que controla Pelambres, Tesoro y Michilla, y exporta el 10% del cobre. Otras menores en Chile, aunque son gigantes mundiales, son Phelps Dodge (Candelaria, 4%), Placer dome (Zaldívar, 3%) y Aur Resources (Quebrada Blanca, 2%), entre otras. En total, las privadas exportan el 60% y CODELCO el 40% (incluyendo El Abra, en sociedad con Phelps Dodge).



Los mineros de Escondida remecieron la conciencia nacional respecto de este escándalo -de hecho han llamado a renacionalizar el cobre, y su asesor, Orlando Caputo, estima que sus movilizaciones en este sentido probablemente van a continuar. Por ello, fueron apodados «Patos Negros,» en referencia a la proeza de los «Pingüinos», al poner la crisis de la educación en el tapete de las preocupaciones del Estado. ¿Cuanto va a demorar en reaccionar esta vez las autoridades? ¿Qué parlamentario, o parlamentarios, estarán dispuestos a asumir el rol que en su momento jugara el senador Jorge Lavandero? ¿Qué autoridad de gobierno asumirá el papel que en este sentido jugara el ex presidente ejecutivo de CODELCO, Juan Villarzú? ¿Seguirá en este sentido la Presidenta Bachelet el ejemplo de actitud digna y patriótica que al respecto han venido mostrando otros gobernantes latinoamericanos?



Incluso llama la atención que la CUT y el Parlamento Social no hayan incluido todavía esta gran reivindicación nacional en su plataforma de cuatro grandes reformas: educación, pensiones, legislación laboral, y binominal. Podrá pasar todavía algún tiempo, pero no será por siempre que los chilenos seguiremos aceptando de brazos cruzados que nos sigan escamoteando, año tras año, riquezas que nos pertenecen, por el equivalente al presupuesto del Estado.



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Manuel Riesco, economista de Cenda.






  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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