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Venezuela: La forma y el fondo


En Chile tenemos una cierta tendencia a valorar la forma y el fondo de lo que se dice o hace. O sea, le damos tanta importancia a cómo se dice y qué se dice. Siendo así, me ha llamado la atención como también ha aflorado otra cualidad chilena, los pre-juicios. Vale decir, antes de estar completamente informados, sin conocer una versión a fondo o ambas caras de la moneda ya tenemos un juicio hecho, y como nos gusta tener la razón, otra cualidad muy chilena, una vez que hemos marcado sentencia, que algo está bien o está mal, difícilmente cambiamos de opinión.



Por ejemplo, en reiteradas ocasiones le he preguntado a gente profesional (para seguir la lógica de nuestro prejuicios, que el profesional es más culto que el no profesional), qué opina del marxismo como propuesta económica y me dan una serie de razones mostrando una convicción profunda de porqué el marxismo es malo, y cuándo simplemente les consulto si ha leído El Capital, les cambia el tono de voz y el color de piel y me reconocen que no. Igual para el otro lado, qué opinan de la economía de libre mercado, y luego al consultarles si han leído a Samuelson, me reconocen que no. Normalmente se aferran a lo que han escuchado o leído de gente generadora de opinión. Y eso no es malo, no se le puede exigir a todo mundo que sólo pueda opinar si han leído obras del mundo de la economía, pero también es justo escuchar o leer artículos de ambos lados, por lo menos así tenemos un punto de comparación más legítimo.



Pero también somos tremendamente preocupados de cómo se dijo, y eso está bien, por supuesto no es lo mismo quien habló con o sin groserías, por ejemplo, con o sin ironía, con o sin respeto. Pero en aras del equilibrio, justamente no podemos obviar cómo se dijo aunque su contenido sea muy interesante, y viceversa obviar qué se dijo por cómo se dijo.



Y leyendo la prensa nacional desde el 20 de junio, día en que habló el Presidente Chávez a la Asamblea General de la ONU, sólo he leído y escuchado opiniones del cómo se dijo y no qué dijo, a excepción del Caso Letelier. Pero el discurso del Presidente Chávez duró 23 minutos, y transcrito son 6 páginas. Y prácticamente ningún medio nacional ha analizado el fondo, qué propuso la persona que más interés suscitaba en la Asamblea. ¿Y por qué tanto interés? Porque Venezuela y su actual proceso de cambio, está llenando un vacío que hasta ahora nadie ha logrado; cual es construir y propiciar un modelo alternativo al capitalismo neoliberal en sus diversas expresiones. Lo interesante es que Chávez no se ha quedado en la denuncia, como ha sucedido con la mayoría de los movimientos antiglobalizantes, sino que también y, principalmente, ha pasado a la acción de construir, de ir generando opinión con hechos.



El Presidente Chávez la ha denominado Revolución Bolivariana, Socialismo del Siglo XXI, pero más allá de la forma, en el fondo es una alternativa a lo que también me han reconocido los intelectuales más conservadores, que el actual modelo neoliberal ha ido extendiendo las desigualdades y, que si bien hay avances tecnológicos fundamentales, libertad política, de iniciativa económica, les preocupa que el mundo esté en un 20% de gente que goza de estas posibilidades y un 80% que está por debajo de la línea de pobreza en un mundo globalizado.



Y qué propuso Chávez al respecto, o sea veamos por un momento el fondo y no sólo la forma de su discurso, y dentro del fondo, lo que considero sustancial:



ˇ «Ellos quieren imponernos el modelo democrático como lo conciben: la falsa democracia de las élites. Y además un modelo democrático muy original: Ä„impuesto a bombazos, a bombardeos y a punta de invasiones y de cañonazos! Ä„Vaya qué democracia! Habría que revisar las tesis de Aristóteles, ¿no? Y de los primeros que hablaron por allá en Grecia, de la democracia, a ver qué modelo de democracia es ése, el que se impone a punta de marines, de invasiones, de agresiones y de bombas.



ˇ Sí, nos llaman extremistas, insurgimos contra el imperio, insurgimos contra el modelo de dominación.



ˇ y yo creo que aquí casi nadie en esta sala pudiera pararse a defender: el sistema de Naciones Unidas, nacido después de la Segunda Guerra Mundial —aceptémoslo con honestidad—, colapsó, se desplomó, Ä„no sirve! Sirve para venir aquí a dar discursos, a vernos una vez al año, sí, para eso sí sirve; y para hacer documentos muy largos y hacer buenas reflexiones y oír buenos discursos como el de Evo ayer, como el de Lula, y muchos discursos, el que estábamos oyendo ahora mismo, del Presidente de Sri Lanka y el de la Presidenta de Chile. Sí, para eso sirve. Pero nos han convertido a esta Asamblea en un órgano meramente deliberativo, meramente deliberativo sin ningún tipo de poder para impactar de la más mínima manera la realidad terrible que vive el mundo.



ˇ Primero, la expansión —ayer lo decía Lula aquí mismo— del Consejo de Seguridad, tanto en sus categorías permanentes como en las no permanentes, dando entrada a nuevos países desarrollados y a países subdesarrollados, el tercer mundo, como nuevos miembros permanentes. Eso en primer lugar.



ˇ En segundo lugar, la aplicación de métodos eficaces de atención y resolución de los conflictos mundiales, métodos transparentes de debate, de decisiones.



ˇ Tercero, nos parece fundamental la supresión inmediata —y eso es un clamor de todos— de ese mecanismo antidemocrático del veto, el veto en las decisiones del Consejo de Seguridad. Vaya un ejemplo reciente: El veto inmoral del Gobierno de los Estados Unidos permitió libremente a las fuerzas israelíes destrozar el Líbano, en el rostro, delante de todos nosotros, evitando una resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.



ˇ Y en cuarto lugar, necesario fortalecer —decimos siempre— el papel, las atribuciones del secretario general de Naciones Unidas. Ayer nos daba un discurso el secretario general, prácticamente de despedida, y reconocía que en estos diez años el mundo lo que ha hecho es complicarse, y que los graves problemas del mundo, el hambre, la miseria, la violencia, la violación a los derechos humanos lo que ha hecho es agravarse. Esto es consecuencia terrible del colapso del sistema de Naciones Unidas y de la pretensión imperialista norteamericana.



ˇ Por otra parte, señora Presidenta, Venezuela decidió hace varios años dar esta batalla por dentro de Naciones Unidas, reconociendo Naciones Unidas como miembros que somos, con nuestra voz, con nuestras modestas reflexiones; una voz independiente somos para representar la dignidad y la búsqueda de la paz, la reformulación del sistema internacional; para denunciar la persecución y las agresiones del hegemonismo contra los pueblos del planeta. Venezuela de esa manera ha presentado su nombre, esta Patria de Bolívar ha presentado su nombre y se ha postulado para un puesto como miembro no permanente del Consejo de Seguridad.



ˇ Se demostró ya en apenas una década que era totalmente falsa la tesis del fin de la historia, totalmente falsa la tesis de la instauración del imperio americano, de la pax americana, la instauración del modelo capitalista, neoliberal que lo que genera es miseria y pobreza, es totalmente falsa la tesis, se vino abajo, ahora hay que definir el futuro del mundo. Hay un amanecer en el planeta y se ve por todas partes, por América Latina, por Asia, por África, por Europa, por Oceanía.



ˇ Nosotros somos hombres y mujeres del Sur, nosotros somos portadores, con estos documentos, con estas ideas, con estas criticas, con estas reflexiones —que ya cierro mi carpeta y el libro me lo llevo, no olviden que se los recomiendo mucho, con mucha humildad—, tratamos de aportar ideas para la salvación de este planeta, para salvarlo de la amenaza imperialista y para que, ojalá pronto, en este siglo, no muy tarde, ojalá podamos verlo nosotros y vivirlo mejor nuestros hijos y nuestros nietos: un mundo de paz, bajo los principios fundamentales de la Organización de Naciones Unidas, pero relanzada, relanzada y reubicada. Creo que a Naciones Unidas tenemos que ubicarla en otro país, en alguna ciudad del Sur, hemos propuesto desde Venezuela».



En definitiva propuestas que mucho querían escuchar y que otros mandatarios no se atrevieron o no quisieron proponer.



¿Ha cometido errores Venezuela?, sin duda, ¿tiene defectos?, también ¿pero qué país no? Lo importante es saber tomar lo positivo, constructivo de cada país para adecuarlo a la realidad, nacional, regional y mundial.



Me parece legítimo que Venezuela haga estas propuestas, cuando en general la clase política se ha desacreditado en el mundo; cuando se han perdido los nortes, y la visión originada hace tres siglos de Izquierda, Centro y Derecha está obsoleta, la política ya no es unidimensional, y hay imágenes que lo reflejan, hablando de formas, una reciente, la Presidenta socialista de Chile tocando la campana de apertura de la jornada de la Bolsa de Valores de Nueva York, uno de los máximos símbolos del capitalismo especulativo.



Por último, ya que la globalización llegó para quedarse: más que seguir globalizando la competencia entre los seres humanos, ¿por qué mejor no globalizamos la solidaridad? Y eso es un asunto de voluntad, no de utopía cómo varios señalan para evitar abordar el tema.



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Gonzalo Meza Allende. Director Consultora Opinión. Mail: gmeza@consultoraopinion.cl

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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